Después de la crisis energética, cada vez más familias están buscando el ahorro energético, para ahorrar dinero y luchar contra el cambio climático. Eso conlleva un esfuerzo que incluye comprar electrodomésticos con elevada eficiencia energética, consumir menos energía o reutilizar. Sin embargo, este esfuerzo parece ser insuficiente, ya que somos responsables del 20% de la contaminación ambiental desde nuestra casa, así que hay que ir más allá.
Para hacerlo, se apuesta por la llamada arquitectura pasiva o la doctrina Passivhaus. Es una doctrina de construcción que busca la máxima eficiencia energética dentro de la propia casa, en combinación con materiales reciclados. ¿Quieres saber cómo funciona? Pues hoy te contaremos más sobre ella y su utilidad para ahorrar dinero en energía.
Todo sobre la arquitectura pasiva
Llamamos Passivhaus a un método de construcción que permite reducir el consumo energético sin renunciar a la comodidad. Este concepto de arquitectura pasiva no es algo nuevo, ya que es originario de la crisis del petróleo del 73, siendo creado en los años 80 como un estándar.
Aquí se combinan conceptos antiguos como el aislamiento, que se utilizaba antes de que existiera la calefacción moderna, todo en combinación con conceptos nuevos como la ventilación del doble flujo, las renovables o el reciclaje.
Como es un concepto completo, hay que explicar todos sus principios uno por uno, incluyendo la reducción de consumo a mínimos, el aislamiento acústico y térmico utilizando materiales reciclados, el aprovechamiento de la luz solar, la ventilación natural cruzada y el uso complementario de energías renovables.
Reducción de consumo al mínimo
El principio de la arquitectura pasiva es buscar el ahorro energético máximo. Eso sí, eso no implica que se deba renunciar a poner la calefacción, sino que debe optimizarse para tener que usarse poco.
Para ello, se utilizan técnicas de construcción basadas en el conocimiento del terreno y en materiales que ayudan a reducir el consumo energético. Además, se buscará reducir al máximo la huella de carbono y la maximización del reciclaje.
Aislamiento acústico y térmico reciclado
La primera forma de conseguir ahorro energético es mediante los paneles acústicos y el aislamiento térmico. Estos paneles son capaces de mantener una temperatura agradable, de absorber el calor y reducir la humedad sin gastar energía.
Eso sí, como sí que se gasta energía y recursos en fabricarlos, se buscará el uso de materiales reciclados y orgánicos, como por ejemplo el de las botellas de plástico PET.
Aprovechar al máximo la luz solar
La energía natural del sol es la más importante y la que más se debe aprovechar, ya que es gratis y renovable. Para ello, se utilizan amplias ventanas de doble y triple vidrio, con aleros que puedan generar sombra en verano.
Gracias a esto, se consigue mantener una temperatura elevada en invierno y una agradable en el verano, consiguiendo los objetivos de reducción del uso de la calefacción y el aire acondicionado.
Ventilación natural cruzada y orientación
El ahorro energético de los hogares viene desde la construcción de las mismas. La arquitectura pasiva busca aprovechar al máximo la incidencia del sol. Se suele construir con el muro de acumulación orientando al sol, para que absorba las radiaciones solares y consiga regular la temperatura tanto en invierno como en verano.
La orientación también es útil para ahorrar dinero en ventiladores. Eso es gracias a la llamada ventilación natural cruzada, la cual aprovecha las corrientes de aire, con el fin de conseguir que recorran toda la vivienda. Gracias a esto, se ventila y se ahorra mucho dinero en verano, regulando la temperatura del hogar y manteniendo la casa lo más fresca posible.
Energías renovables
La arquitectura pasiva consigue reducir el consumo energético hasta en un 70%, una cifra que es sencillamente espectacular. Eso sí, aún queda un 30% de energía que debemos gastar para tener una vida confortable. Por ello, se suele complementar con energéticas renovables.
Esto incluye la energía solar fotovoltaica, la cual es capaz de generar la energía eléctrica. En cuanto a la calefacción, se pueden apostar por sistemas de bomba de calor con suelo radiante, utilizando un sistema de agua fría en invierno. Además, este sistema proporciona agua caliente sanitaria de forma económica.
Finalmente, se pueden usar otras fuentes como la aerotermia o la geotérmica, las cuales ayudan a generar la energía necesaria en estas viviendas pasivas. Si se combinan, se conseguirá energía totalmente limpia y con 0 contaminación.