La Moncloa utiliza la primer encuesta del año para presionar al independentismo
La primera encuesta del año, la que ha realizado Sigma Dos para El Mundo, confirma el pronóstico de ayer de este cronista (ver “Se fue 2018 y llegó un 2019 que cambiará radicalmente el mapa político”). Un pronóstico sobre la formación a nivel nacional una quinta fuerza política, Vox, que ha dado la sorpresa en Andalucía el pasado 2 de Diciembre, con la obtención de doce escaños y que amenaza con trastocar todo el escenario de 2015, cuando aparecieron por primera vez, Ciudadanos y Podemos, y un “cuatripartito”, sucedió al bipartidismo.
La encuesta de Sigma Dos, indica que ese partido que es antiinmigración, antieuropeo y que pretende terminar con el sistema autonómico de 1978, conseguiría con un 12,9% de los votos, entre 43 y 45 escaños que junto con los 70-74 del Partido Popular, que pierde nada más y nada menos que 67 escaños, y los 66-70 de Ciudadanos que llega a ganar hasta 38 escaños respecto a las últimas elecciones generales de 2916, supera en tres escaños la mayoría absoluta de la Cámara.
Ese reparto, que complica la Ley de D´Hondt, hace imposible como insinuó el Presidente del Gobierno en su rueda de prensa de fin de año, uno de sus planes de volver a intentar al gobierno Frankistein, ya que los números no salen, porque entre otros factores se produce un hundimiento de Podemos con la pérdida de 26 escaños y un treinta por ciento de representación que le da derecho a 45 escaños (a punto de recibir el “Sorpasso” por parte de Vox, ante lo que puede ser hoy un empate de diputados. Esos datos de Podemos que empata con Vox, no se compensan con los escaños del independentismo catalán y vasco y con el PNV. En ese escenario de Sigma Dos, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) duplica votos, quitándoselos al partido controlado por Puigdemont, el PDeCat.
Los resultados del sondeo de hoy lo está utilizando el entorno de Moncloa (preocupado por últimos resultados que no tienen nada que ver con los del oficialista CIS, de José Félix Tezanos), para hacer llegar tanto a Puigdemont como a Quim Torra y a los representantes del PDeCat en el Congreso de los Diputados, que aun le siguen permaneciendo fieles, el mensaje de que un rechazo de los Presupuestos del Estado, puede provocar un adelanto electoral y en las actuales circunstancias eso significaría, y así parece indicarlo la encuesta de este Miércoles, un triunfo por mayoría absoluta de las tres derechas (PP y Vox). Eso significaría la aplicación, por un tiempo en principio indefinido del artículo 155 de la Constitución.
Para un sector del independentismo, el más radical, especialmente el que milita en la CUP (candidaturas de Unidad Popular) en los Comités de Defensa de la República (CDR), e incluso en sectores de la renovada Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), que se está acercando a los postulados de la CUP, esta seria la situación política ideal que agravaría la situación y aceleraría, con la gente en la calle, el proceso independentista. En esa posición se encontraría el ex Presidente Puigdemont, refugiado en Waterloo, y cada vez mas aislado y ahí está el fracaso de la “Crida Nacional“, un nuevo Movimiento a su servicio, y el actual presidente de la Generalitat Quim Torra que, refugiado en la defensa de los políticos presos y pendientes de juicio en las próximas semanas, se refugia en ellos para impedir cualquier acuerdo presupuestario.
Mientras tanto sigue el simulacro de “diálogo” entre la Generalitat y Gobierno central, un diálogo cada vez más complicado y difícil en el que ya ha empezado a dudar los propios socialistas catalanes, según deja traslucir el PSC. No hace falta recordar dos pruebas de ese diálogo imposible en el que no creen ni Puigdemont ni Torra: el llamamiento a la “rebelión“ del Presidente de la Generalitat el día del discurso de fin de año de Torra y los 21 puntos entregados al Presidente del Gobierno que permanecen en secreto y que incluye no dolo el derecho de autodeterminación, sino la intervención de mediadores internacionales en el conflicto.