La primera ministra Theresa May planta cara a Sánchez sobre Gibraltar
A solo 72 horas de la Cumbre Extraordinaria de los 27 miembros de la Unión Europea que tienen que aprobar el Tratado del Reino Unido de salida de la UE, el inicio del Brexit, el inicio del divorcio y salida del RU de Europa, España sigue dispuesta a ejercer el derecho de veto si no queda claro el futuro de Gibraltar que, hasta ahora no se ha conseguido a pesar de las presiones de España y de las conversaciones del presidente español Pedro Sánchez con el presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, el negociador europeo con el Reino Unido, Michel Barnier y la propia primera ministra británica Theresa May.
No parece que hayan dado resultado todas esas negociaciones, sino todo lo contrario ya que la primera ministra británica, crecida, ha afirmado en el Parlamento este jueves que protegerá la “soberanía británica” de Gibraltar durante las negociaciones sobre la futura relación entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE), y que anoche en su conversación con el Presidente español le dejó muy claro que protegerá la soberanía británica de Gibraltar y que la futura relación con la Unión Europea debe funcionar para toda la familia del Reino Unido" entendiendo que Gibraltar forma parte de esa familia.
Según vienen repitiendo los negociadores españoles el problema está en el artículo 184 del Tratado de salida. En él se habla de la aplicación de los acuerdos entre Londres y la UE una vez agotado el llamado "período de transición", que culminará en diciembre de 2020. España exige la máxima claridad en el sentido de que eso no incluye las conversaciones sobre Gibraltar, para las que se reserva una negociación directa entre Londres y Madrid. La fórmula que lo clarifique debe encontrarse antes del Consejo Europeo extraordinario de este domingo, convocado, precisamente, para evaluar la propuesta de Bruselas.
España votará en contra del acuerdo si no se aclara la situación de la antigua colonia británica, según ha venido repitiendo el Presidente español en las últimas horas, tanto en la Cumbre Económica organizada por el semanario The Economist celebrada en Madrid, como al finalizar la Cumbre hispano portuguesa celebrada el Miércoles en Valladolid. “Como país, no podemos asumir que lo que le ocurra a Gibraltar en el futuro solo dependa de Gran Bretaña y de la UE. Esto es algo que tenemos que definir, negociar y acordar entre Gran Bretaña y España con la mediación de la UE”, ha venido a insistir el Presidente español.
Sánchez hace hincapié en la sorpresa causada por una cláusula incluida en el proyecto de acuerdo del Brexit que aplaza el futuro de Gibraltar a las negociaciones entre la UE y Gran Bretaña. Pero, parte de lo que está ocurriendo es que la delegación española encargada de negociar y de estudiar la propuesta de Gran Bretaña contenida en más de quinientos folios, no valoró suficientemente el alcance de ese artículo 184 y, la gravedad de su letra pequeña, descubierta en Moncloa y no en la Secretaría de Estado para Europa.
En las últimas horas toda la prensa europea y algunos medios norteamericanos, intentan explicar que puede pasar si España mantiene el veto y el Reino Unido se niega a atender las peticiones españolas para evitar nuevas peticiones de otros países de la UE. La Stampa de Milán, dice que la esperanza de Madrid es llegar a una soberanía compartida, aunque los habitantes de Gibraltar se oponen firmemente a esta hipótesis y piden ayuda a la madre patria. Para la aprobación del acuerdo en la cumbre del domingo es necesario el voto positivo de 20 países por lo menos, en representación del 65% de la población de la Unión.
El francés Le Figaro destaca que el gobierno de Gibraltar se felicitó, tras la lectura del acuerdo negociado por Michel Barnier, de dos aspectos, precisamente los que molestaban a Madrid: que el artículo 3b incluya explícitamente a Gibraltar en la definición de Reino Unido y, como lo ha subrayado el jefe del gobierno, Fabian Picardo, que no haya "ninguna mención de negociaciones bilaterales que puedan generar preocupaciones". Por su parte el alemán Süddeutsche Zeitung recuerda que hasta ahora, la posición del PSOE era evitar las confrontaciones por el peñón, con lo que Sánchez con se aleja de la posición anterior del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) respecto a Gibraltar. Anteriormente, la posición del partido consistía en evitar la confrontación por el peñón y apostar por una estrecha cooperación económica con la antigua colonia de la Corona británica. En el peñón, cuyo principal factor económico es la industria de Internet, trabajan alrededor de 10.000 españoles que cruzan la frontera a diario en una zona con un paro endémico.
La versión del periódico belga De Morgen es que la polvareda suscitada por Madrid no ha dejado de sorprender a Bruselas. En abril, Sánchez recibió garantías de sus 26 homólogos de la UE, recogidas en una directiva de negociación, de que no se alcanzaría ningún acuerdo sobre Gibraltar sin la aprobación explícita del Reino Unido y de España. De esta manera, Sánchez obtuvo la deseada capacidad de veto. Sobre esta base, Madrid y Londres elaboraron (entre bastidores) un protocolo especial en el que se establecieron cuestiones prácticas sobre Gibraltar después del Brexit: derechos de los ciudadanos, transporte, fiscalidad, lucha contra la evasión fiscal y contra el contrabando de tabaco. El problema es que nada del texto parece poder cambiarse, a riesgo de abrir una catarata incierta de modificaciones, por lo que se busca una salida alternativa bajo la forma de un anexo o una fórmula por el estilo.
"Lo que no podemos es dar el visto bueno si no tenemos garantías" es la última palabra del ministro de Asuntos Exteriores Josep Borrell.