Mas se agarra al victimismo para intentar salvarse
Artur Mas está intentando utilizar su imputación por desobediencia, prevaricación, obstrucción a la justicia y malversación de fondos públicos, por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por haber convocado un referéndum ilegal el pasado 9 de noviembre, y en contra de varias resoluciones del Tribunal Constitucional, como argumento supremo y decisivo, para salvarse de la crisis política en la que se encuentra personalmente, y que él mismo ha provocado.
Por eso, ha movilizado las redes sociales buscando apoyos ha convocado una cacerolada que se ha quedado más en manifestación folklórica que en movimiento masivo de solidaridad y de protesta (nada que ver con las protestas de la ciudadanía al descubrirse que Jordi Pujol, su esposa Marta Ferrusola y sus hijos, habían amasado una fortuna de cientos de millones de euros, desde la misma Generalitat), ha comenzado una ofensiva de declaraciones contra un Gobierno “rabioso, torpe e incapaz de dialogar y herido en su orgullo”, que ha presionado a la Justicia, y ha echado todo tipo de redes para convencer a la CUP (Candidatura de Unidad Popular) de que no frenen el proceso soberanista, poniéndole el veto como Presidente de la nueva Generalitat.
Igual que su protector y protegido Jordi Pujol, Mas ha acudido al victimismo, una vía muy de los nacionalistas, ha levantado la bandera de Cataluña, y se ha presentado como víctima de una persecución política, cuando resulta evidente que él, como representante del Estado no puede ignorar, ni la Ley normal, ni las resoluciones, mandatos y sentencias del Tribunal Constitucional la máxima autoridad para interpretar la Carta Magna. En un gesto de mártir ha asegurado que el 15 de octubre, fecha del 75 aniversario del fusilamiento de Lluís Companys, comparecerá ante el Tribunal de Justicia de Cataluña, después eso sí, de visitar su tumba acompañado de los suyos, como prueba de que no piensa seguir desobedeciendo lo que es la legalidad judicial vigente.
Mas cree contar con el apoyo de los medios internacionales de prensa, que hasta ahora se han manifestado muy crítico con él, con la plataforma “Junts pel Si”, en la que él ocupa el puesto número 4 y Oriol Junqueras el 5, y que le han echado en cara que a la Europa actual que todavía no ha salido de la crisis económica, que está sumida en la actualidad en una importante crisis política provocado por el caso de los “refugiados”, no se le puede añadir un problema de nuevas nacionalidades en España, Francia Bélgica, o Italia. Por otra parte, la mayoría de los medios internacionales, han incidido en la derrota de lo que ha sido un plebiscito, por lo que el resultado, como dice Le Monde no le da a Mas la legitimidad suficiente para organizar de aquí a 18 meses una salida unílateral de Cataluña de España. “Los independentistas no pueden, como pretenden, pasar por encima de la Constitución española y del 52% de catalanes que no han aprobado su hoja de ruta secesionista. Aparte de que Artur Mas debe su mayoría a los votos del partido eurófobo CUP, de extrema izquierda’.
Posición muy parecida a la que ha venido defendiendo Financial Times, en el sentido de que los resultados del 27S no le da a Mas ningún derecho legal de iniciar su plan de secesión, ya que los datos del resultado suscitan dudas sobre la verdad de la fortaleza de la demanda popular por la independencia. ”Los partidos secesionistas obtuvieron en conjunto el 48% de los votos emitidos, eso quiere decir que en la más importante consulta hasta ahora sobre la independencia, no llegaron a la mayoría que sería necesaria en un referéndum de verdad". Todo eso no quita para que este miércoles varios medios de prestigio como The Telegraph, The Wall Street Journal o Le Monde, le dediquen algún espacio a la imputación del Presidente de la Generalitat sobre la votación de la independencia en noviembre y, de pasada, alguno comente que el hecho de que Mas se siente frente a un Tribunal puede suponer un impulso político para él y el bloque independentista.