Preámbulos del “gran rescate”…
Con cientos de miles de ciudadanos indignados en las calles de medio país protestando por los últimos ajustes (por los recortes a los funcionarios públicos, por la subida del IVA, por los cambios en el seguro de desempleo…); con todo el Parlamento en contra de las medidas de ajuste propuestas por el Gobierno del Partido Popular; con un Gobierno que parece desbordado y asustado por los acontecimientos que no controla la situación; con un Presidente desaparecido y que se resiste a dar la cara; con la prima de riesgo por encima de los seiscientos puntos (el máximo se ha registrado a primeras horas de la tarde y ha subido nada mas, y nada menos, que a 613 puntos); con uno de los mayores hundimientos de la Bolsa que se recuerda en los últimos años (casi un seis por ciento) y, con el bono a diez años por encima del siete por ciento (7,26 por ciento, un autentico record , desde la entrada en funcionamiento del euro como moneda), el Gobierno, y, el país, han vivido su particular Viernes negro, precisamente, cuando se acaba de aprobar en el Eurogrupo, el Memorándum de Entendimiento del rescate del sistema financiero español que, en principio, debería llevar una cierta tranquilidad a la gravísima situación, situación de emergencia, por la que atraviesa el país.
Discutido el citado Memorándum, hasta en sus mas mínimos detalles por los Parlamentos de los países de la eurozona, hasta el punto que a Finlandia -el último país que ha dado luz verde al rescate- ha habido que darle garantías de que el Estado español respondía de la ayuda con sus activos, en nuestro país se ha ocultado al Parlamento y, a la opinión pública, la numerosa documentación que ha estado disponible en otros países y en sus Parlamentos, en las versiones distribuidas por las páginas webs de sus respectivos Ministerios económicos.
Aquí, ni el Presidente del Gobierno ha informado del rescate financiero al Parlamento (la Moncloa sigue prohibiendo que se utilice el término “rescate” y se sigue hablando de “ayuda” o de “crédito preferente”), ni los diputados españoles conocen las tripas del llamado “Memorándum de Entendimiento”, al que se ha dado este Viernes, luz verde en Bruselas , ni ha habido el mínimo debate sobre el rescate financiero, que contiene añadidos desconocidos hasta ahora, para los responsables de la soberanía nacional y para la opinión pública española.
Una cosa es que el Partido en el poder utilice legítimamente su mayoría absoluta en el Parlamento para aprobar unos recortes profundamente impopulares que contribuyen, además, a aumentar la recesión económica y, por lo tanto a la imposibilidad de pagar los crecientes intereses de la Deuda Pública, porque no hay crecimiento económico y, otra, muy distinta, es que no se informe al Parlamento sobre una cuestión que afecta, nada más y nada menos, que a la soberanía nacional, como es un rescate financiero, que los países de la eurozona acaban de autorizar y que puede ser simplemente el preámbulo del “gran rescate”, del rescate del país, teniendo en cuenta los graves problemas de las Autonomías (Valencia acaba de pedir el rescate del Estado español ante la imposibilidad de hacer frente a sus compromisos financieros) y, ante una prima de riesgo que es insostenible, y que acaba de superar los pronósticos más pesimistas.