TELEVISIÓN

Todo al rosa para una segunda semifinal de Eurovisión convertida en mero trámite

Albania, Chipre, Estonia, Bélgica, Austria, Lituania, Polonia, Australia, Armenia y Eslovenia son los países afortunados que obtuvieron los últimos 10 pases para la final de Eurovisión.

Segunda semifinal

Belgium: Gustaph - "Because of You"Gustaph, en un momento de su actuación en de la semifinal

Ni delirio, ni entusiasmo ni ná. Lamentablemente cuando sabes que está todo el pescado vendido, cuando cada vez está más claro que Loreen acaricia el Micrófono de Cristal, que el próximo sábado 13 de mayo Suecia se alzará con su séptimo triunfo en Eurovisión, ya todo te da igual. La segunda semifinal se convierte en un mero trámite. Que salga el sol por Antequera. Qué más da.

Ayer, jueves 11 de mayo, 16 países lucharon por obtener uno de los 10 pases que quedaban para la gran final de Eurovisión. Los afortunados fueron: Albania, Chipre, Estonia, Bélgica, Austria, Lituania, Polonia, Australia, Armenia y Eslovenia.

Segunda semifinal

Reiley, el representante de Dinamarca no convenció a los eurofans.

Por primera vez desde 2009, la decisión recayó, exclusivamente, en los espectadores. En la segunda semifinal votaron los países participantes más España, Reino Unido y Ucrania, el ganador de la pasada edición y parte de los miembros del Big Five que están directamente clasificados en la final. Además, por primera vez en la historia, en las semifinales podían votar los espectadores del mundo a través de una plataforma online.

Para empezar, lo de la segunda semifinal, fue un todo al rosa en el Liverpool Arena. Como si se hubieran puesto de acuerdo, delegaciones como Dinamarca, Armenia, Rumanía, Bélgica, Islandia, Polonia, Eslovenia y Lituania tiraron del color preferido de Letizia para resaltar sus propuestas escénicas o de vestuario. Por su puesto, nada que ver con el modelazo de nuestra Reina en la coronación de Carlos III. Ese peplum de Carolina Herrera la convirtió en la testa coronada más elegante de la celebración. Os pongáis como os pongáis.

Arranque soporífero

Reiley, el representante de Dinamarca, fue el responsable de la obertura festivalera con su Breaking my heart. Un efebo tiktokero que cuenta con más de 10 millones de seguidores, lo que le ha permitido globalizar su música. Su primer disco ha volado de Estados Unidos a Corea del Sur. Como no podía ser de otra forma, su pastelosa propuesta estaba basada en la estética que predomina en Tik Tok. No olvidemos que la red que tiene a los más jóvenes con el seso sorbido patrocina esta edición de Eurovisión.

Armenia apostó por el feminismo y la salud mental a través de Future love, una balada interpretada por la cantautora Brunette que compró un pase para la final.

Theodor Andrei, el representante de Rumanía interpretó la segunda pseudo balada de la noche. Su D.G.T. (Off and on) quiso enviar un mensaje de amor y de no a la guerra. Todo muy utópico y bonito, pero nada que ver con WRS y su divertido Llámame, llámame. Hola mi bebe bé. Demasiados gritos, a comprar el billete de vuelta.

Segunda

Brunette, la representante Armenia, pasó a la final con 'Future love'.

A estas alturas de la segunda semifinal, ya iban cuatro temitas medio lentos. Estonia y su piano mágico cuyas teclas se movían solas acompañando con sus acordes a Alika fue el quinto. La joven de 22 años defendió Bridges, un tema que escribió tras sufrir un ataque de ansiedad.

Cinco interpretaciones y los espectadores al otro lado de la pantalla ya estaban a punto de caer en brazos de Morfeo presos del aburrimiento festivalero. ¡Qué más da quien pase en la segunda semifinal, si el micrófono de cristal ya tiene dueña!

Bélgica se inspira en Helmut Newton

Gustaph se proclamaba por sorpresa vencedor del Eurosong 2023 el pasado mes de enero en el Palais 12 de Bruselas y anoche pasó a la final con Beacuse of you. Sus conocimientos musicales y su técnica vocal, para algo es profesor de canto, y una puesta en escena que pululó por los universos de la moda las fotografías de Helmut Newton para Vogue y las drags le encauzaron directamente hacia la final.

Otro que derrochó fuegos de artificio, humo y vozarrón fue Andrew Lambrou. El representante de Chipre era uno de los favoritos de la crítica y acertaron. Pasó.

Islandia lo intentó. Nadie puso en duda el Power de Diljá, pero vocalmente necesita mejorar o aprender a respirar sin hacer ruido. Por supuesto, las supuestas voces entendidas consideraron que su emoción traspasó las pantallas.

Los eurogays especialistas en eurovisión, que son todo un mundo aparte, no recibieron a Victor Vernicos y su What they say con las mejores expectativas. Lo cierto es que el griego de innovación, poquito. La suya es una actuación más que pasará sin pena ni gloria.

Segunda semifinal.

Blanka, justita de voz, pero sobrada de físico y de efectos visuales.

Medio búlgara, medio polaca, Blanka se presentó con un tema propio. Solo ya cuenta con más de 10 millones de reproducciones en Spotify. Esta chica anda justita de voz, pero sobrada de físico y de efectos visuales. Por eso también consiguió el ansiado pase.

Nada como seducir a un 'eurogay'

Eslovenia partía en esta segunda semifinal como uno de los países favoritos para conseguir uno de los deseados pases a la final. La puesta en escena de Carpe Diem estaba absolutamente pensada para el universo eurogay, con intento de lametazo a la cámara incluido. Joker Out consiguió un puesto en la final.

Llega un momento en el que te empachas de tanto abuso de juegos de luz, humo fuego y brilli brilli. Tanta extravagancia agota. Ya no sabes si vas o vienes. Si la interpretación de Georgia es mejor o peor que la de San Marino. Iru, de niña ya ganó Eurovisión. De momento con eso se queda. Y el de San Marino, por muy guapo que sea, debe aprender que la belleza no lo es todo en Eurovisión. El mamoneo, a lo mejor, pero el rostro no.

Segunda semifinal

Joker Out en un momento de su actuación en el Liverpool Arena.

Cuando entre tanta cosa repetida surge algo diferente como la apuesta de Teya y Salena que evoca al fantasma de Edgar Allan Poe, abres un ojo y te dices a ti misma: “Éstas austriacas pasan”. Empastan bien, vocalmente son geniales (una más que otra) y no necesitan envolver su canción Who the hell is Edgar? con lacitos huecos, con jugadas frívolas que encandilan sin ofrecer nada de valor.

La dosis de flolore que faltaba en la semifinal

¿Qué se pensaban, que en esta segunda semifinal no iba a pulular por el escenario el folclore? Claro que sí. La familia Kelmendi regaló ese regusto ancestral. Ahora bien, si tiras de tradición y lo haces con coherencia pues te pasa lo que le ocurrió a la delegación albana, cuenta con un ticket para la final gracias a Duje.

Lituania ya convenció a la prensa durante el ensayo. Monika Likyte con su torrente de voz y el apoyo de las coristas mereció otro pase.

Los que siempre se lo curran de una forma espectacular son los australianos.  Qué menos, ya que vienen de tapados. Sheldon Riley, su representante del año pasado rompió la pana con una máscara de cristales y un traje de chaqueta blanco con cola de plumas que para moverla necesitaba la ayuda de dos pajes como mínimo. La banda Voyager cerró la segunda semifinal con los acordes del rock de su Promise.

Sobre el autor de esta publicación

Miran DaTele

Miran DaTele nació con las 625 líneas, cuando la televisión era en blanco y negro y en España sólo había dos cadenas: la primera y el uhf. Se come todo lo que le echen, lo disfruta con palomitas, patatas fritas y si no disfruta de sus dosis de tele diaria, no duerme. A veces no duerme porque se queda disfrutando hasta altas horas de la madrugada de lo que le echen. Ya saben, la televisión es nutritiva.