'TardeAR', nada nuevo bajo el sol

Un estreno tibio para Ana Rosa en la tarde. Logra un 11,3% de cuota de pantalla y se ve superada por el doble capítulo de 'La promesa', en La 1, que lideró su franja con un 12,4% y un 13,6%. Sonsoles le pisa los talones a su ex jefa con un 11,1% de share

TardeAR

TelecincoAna Rosa regresa a la televisión con 'TardeAR', un magazine vespertino.

Regresó Ana Rosa a la tarde rejuvenecida, tirando de Inteligencia Artificial y una de sus últimas apariciones vespertinas de 30 años atrás. Acudió a su cita más feminista que nunca. Por lo menos al principio. Recordó que la televisión es la historia de las familias, que es la historia de las mujeres, las pioneras de la pequeña pantalla que ya se fueron.

Y así fue, poco a poco, fue recitando los nombres de las grandes mujeres que han hecho historia en la pequeña pantalla. Laura Valenzuela, la primera presentadora que hubo en España. Pilar Miró, la primera realizadora, “la primera mujer en tomar las riendas de una televisión en España”. La televisión es Loló Rico. Literal, le puso el acento que jamás tuvo “la primera guionista que abrió la puerta a genialidades como La bola de cristal”. Por supuesto, “la televisión es la frescura y la ternura de Carmen Sevilla” y la más grande “productora, empresaria y actriz Lina Morgan”.

Para Ana Rosa, “la televisión es la ironía y la rebeldía” de Rosa María Sardá bajando las escaleras de Ahí te quiero ver. “La televisión es la profesionalidad, la genialidad y las entrevistas de mi amiga Concha García Campoy. La televisión con mayúsculas es Rafaela Carrá, la mujer que lo tenía todo, cantaba, bailaba, presentaba, nos levantaba del asiento y la tele es aquella niña llamada María Teresa que quería entrar dentro de la pantalla para contar historias. Porque la televisión es María Teresa Campos. Ella fue la gran innovadora, una maestra que no solo introdujo la política en las mañanas, sino que renovó la forma de contar la vida en televisión. María Teresa Campos allá donde estés contando historias en el jardín junto a las mujeres pioneras, siempre serás historia de la tele. Y yo hoy quiero dedicarte el primer programa”.

Un debut nervioso

Debutó Ana Rosa rezumando los nervios típicos de la vuelta y de la presión. Apareció envuelta en un plató dorado, ese que de ser una portada de revista necesitaría añadir una quinta plancha a la cuatricomía habitual. El dorado se utiliza en diseño gráfico para agregar un toque de elegancia y sofisticación. Y con esa misma intención llegó Ana Rosa a TardeAR. De blanco impoluto, el color del poder. Ella se acordó de las reinas de la televisión que ya no están y entre líneas quiso dejar claro que la reina viva es ella. Matinal o vespertina, da igual. Ella es AR vaya donde vaya. “Y fracasar sería perder contra Sonsoles o Jordi”, como ha confesado en la entrevista previa.

El estreno de TardeAR congregó a 905.000 espectadores, lo que supuso una cuota de pantalla de 11,3%. Un estreno tibio superado por el doble capítulo de La promesa en La 1 que lideró su franja con un 12,4% y un 13,6%. Pisandole los talones a TardeAR se quedó Y ahora Sonsoles que logró un 11,1% de share. Lo cierto es que TardeAR tuvo sus luces y sus sombras. Necesitará rodar más y los espectadores deberán tirar de paciencia para ver de qué palo va a ir Ana Rosa.

Una mesa VIP atropellada y con verborrea

Arrancó Ana Rosa con un discurso feminista que prometía, pero se chafó y se desinfló nada más arrancar la mesa de VIP. Una mesa abarrotada de gente. No había mesa para tanta gente.

Sin duda, la mayor sombra fue una mesa VIP compuesta por Javier Sardá, Alaska, Mario Vaquerizo, Vicky Martin Berrocal y Ángela Rozas. A los que acompañaron Beatriz Archidona y Jorge duque los brazos izquierdo y derecho de AR en TardeAR.

Mario Vaquerizo tiró de esa diarrea verbal que le caracteriza para convertirse en la vergüenza ajena del grupo. Empeñado en dar la nota, su incontinencia hiperactiva lo dejó a la altura de unas babuchas. Que no, Vaquerizo, que no tienes gracias, por más que te empeñes.

La mesa pretendió ser lo contrario a las mesas políticas de los magazines matinales. Todo juerga, bullicio y parranda. Pero hay temas que no aceptan tonos como éste. Entre jarana y jarana trataron asuntos como la condena a una mujer por agresión sexual a un hombre, que provocó las afirmaciones más inoportunas de la tarde respecto al acoso. Alaska se peguntó “qué va a pasar entonces en las discotecas de ambiente” y Vicky Martín Berrocal, desaforada, confesó: “Ya hubiera querido yo un roce o algo”. Inoportuno de todas, todas.

'Elovejas', otro que no entiende el caso Rubiales

A la hora de merendAR surgió elovejas, un personaje inexplicable que vendieron como el defensor del pueblo. Se suponía que lo suyo estaba destinado a ser la fiesta de la risa, pero el supuesto pastor nadas entrar en el plató la cagó, como todos aquellos que no han entendido nada del caso Rubiales. “Daos por besaos no vaya a ser que nos denuncie alguien”. Allí se descojonaron todos porque, un mes después del puto beso, no se enteran. Vamos a ver, fue un beso no consentido de un superior. Un acto marcado por el abuso de PODER. ¡Coño, que ya una no sabe cómo explicarlo!

Pues nada, la mesa se descojonó con lo rural y el consentimiento. Se cargaron de un plumazo la catilinaria feminista de la jefa. Por fin se agotaba un primer bloque precipitado, atolondrado, desordenado, confuso y frívolo, muy frívolo.

Sucesos y corazón

Ana Rosa se levantó, se despidió con un beso de Javier Sardà y a los demás los dejó sentados con un palmo de narices. Dio paso a la sección de Marlasca y así arrancó un bloque bastante más controlado, pero sin innovación. La sección de Marlasca es más de lo mismo. Tira del mismo esquema que el periodista especialista en sucesos ha estado haciendo en La Sexta. Tiró de Sancho, de un monje vidente de un barrio escandalizado porque un vecino se decía a eyacular en sus coches. “¿Eyacular es un abuso sexual a los coches?”, se preguntó AR. Dios mío que ganas de buscarle tres pies al gato. ¡Que cansinos que son!

La mesa del corazón fue una más de las tantas que ha moderado AR. De ahí que se presentara como un reloj perfectamente engranado. Si algo sabe la aspirante a reina vespertina es manejar las piezas del corazón.

Ahora bien fue como un déjà vu del fresh de Ya es mediodía. Miguel Ángel Nicolás se alzó como copresentador y manejó el cotarro como si fuera el mediodía.

Ivana Andrés, lo mejor de 'TardeAR'

El último bloque fue, con diferencia, lo mejor de la tarde. Ivana Andrés, capitana de la selección española de fútbol, tuvo que esperar dos horas para entrar en plató. Dos horas sentada tras las cámaras, 120 minutos intentando no poner caras cuando en plató se decían burrada sobre el fútbol, Rubiales o la lista de las futbolistas convocadas para el próximo partido y su negativa a ir mientras no cambien las cosas. Porque ya lo hemos dicho por estos lares. Como no desmonten la RFEF esto no será nada más que un quítate tú para ponerme yo.

Valió la pena. “Queremos que haya una federación que nos dé un trato igualitario y de respeto a las mujeres”, confesaba la futbolista a la que sorprendieron con la llamada de su mujer. Para recordar la lucha femenina AR invitó a tres futbolistas que exintegrantes de la primera selección femenina allá por la década de los años 60. TardeAR  se cerró con todas las jugadoras infantiles del club deportivo Breugan, con las que AR escenificó el pasado, presente y futuro del fútbol. “Las que vienen lo van a tener más fácil, por una parte, pero se lo tienen que currar”, concluyó Ana Rosa.

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Miran DaTele

Miran DaTele nació con las 625 líneas, cuando la televisión era en blanco y negro y en España sólo había dos cadenas: la primera y el uhf. Se come todo lo que le echen, lo disfruta con palomitas, patatas fritas y si no disfruta de sus dosis de tele diaria, no duerme. A veces no duerme porque se queda disfrutando hasta altas horas de la madrugada de lo que le echen. Ya saben, la televisión es nutritiva.