Suecia y Finlandia juegan en otra liga en la primera semifinal de Eurovisión

No hubo sorpresas, las dos delegaciones favoritas, Suecia, Finlandia, pasaron sin dificultad. Tras ellos, los primeros clasificados para la gran gala final fueron Croacia, Moldavia, Suiza, Chequia, Israel, Portugal, Serbia y Noruega.

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La puesta en escena de Loreen juega en otra liga, igual que su canción 'Tattoo'.

No hubo sorpresas, las dos delegaciones favoritas para pasar a la gran final de Eurovisión lo hicieron sin problema. Suecia, Finlandia, pelearon en otra liga. Iban sobrados y lo sabían. Tras ellos pasaron a la final Croacia, Moldavia, Suiza, Chequia, Israel, Portugal, Serbia y Noruega.

El resultado de la primera semifinal estaba cantado casi antes de comenzar esta anómala edición de Eurovisión, en la que Reino Unido ha sido el país encargado de acoger el festival tras la pasada victoria de Kalush Orchestra, los representantes de Ucrania en Turín.

Estaba tan claro como las cifras de audiencia. Relegada a la segunda cadena, porque no se han atrevido a guillotinar el segundo plato del MasterChef semanal y con un megasúperpartido de fútbol, la semifinal de la Champion a la misma hora, la primera semifinal estaba destinada al fracaso. De hecho, se tuvo que conformar con un 4,3% de share y 594.000 espectadores. Lo cierto es que casi dobla la media de la cadena que cerró el pasado mes de abril con un 2,6% de cuota de pantalla.

Las redes no son la televisión

Que las redes sociales, los pichones y lo eurogays se vuelvan locos no significa que vaya a tener su rédito en las cifras de audiencia. El año pasado, la primera semifinal sedujo a un 9,2% del total de espectadores que a esa hora estaban viendo la tele. Ojo, en La 1. La grande, la hermana mayor de la Corporación pública. Del 2016 al 2021 la cuota de pantalla de la primera semifinal en La 2 osciló entre un 2,8% y un 3,6%. No es de extrañar el batacazo de anoche.

Por no tener, lo de anoche no tuvo ni emoción. Puesto que el supuesto duelo entre las dos favoritas, Suecia y Finlandia, no lo era tanto. Se trataba de pasar y llegar a la final donde ambas delegaciones se verán las caras de verdad.

Nos guste más o menos, Suecia y Finlandia son las dos grandes favoritas de las casas de apuestas y se la jugarán el próximo sábado 13 de mayo en el Liverpool Arena.

Si gana Loreen llevará el séptimo micrófono de cristal a Suecia empatando con Irlanda en el podio de premios. La sueca de origen bereber también empatará con Johnny Logan, el único intérprete que ha hecho doblete en eurovisión. Ella ya sabe lo que es ganar. Suyo fue el Micrófono de Cristal en Baku en 2012 gracias a Euphoria. Este himno ha sido elegido como una de las 10 mejores canciones de la historia de Eurovisión junto con el Hold me now de Johnny Logan. Nada es gratuito.

El australiano nacionalizado irlandés además de ganar el certamen en dos ocasiones como cantante, también triunfó como compositor. De manera que todavía podría presumir de ser el rey del Olimpo eurovisivo.

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Käärijä, en un momento de su divertido Cha Cha Cha.

De triunfar el Cha Cha Cha esquizoide de Käärijä, un tema hipnótico gestionado para convencer a los más jóvenes, será la segunda victoria festivalera para Finlandia. Cuantas más veces escuchas el tema más te engancha. Este Cha Cha Cha que entrelaza los acordes latinos con bases de heavy metal y música electrónica te atrapa la mente y se aferra a ella con sus ritmos repetitivos. Es como un guilty pleasure en el cine. Sabes que no tiene calidad, pero lo ves con el encefalograma plano.

Noruega levanta el telón de la semifinal

La vikinga Alessandra levantó el telón de la primera semifinal. Su interpretación de Queen of Kings y sus ritmos guerreros anunciaban una noche potente, que luego lo fue a medias. La noruega aspira a llegar al top ten final. Y no parece que lo tenga complicado. Ahora bien, la hicieron sufrir. Ella fue la última delegación en subirse al carro de la final.

Tras el gorgorito final de la princesa vikinga, lo de Malta fue una solemne tomadura de pelo. The Buster, una banda que se presenta como indie pop y que por lo visto arrasó con el televoto al recibir 80 puntos en el MESC 2023 defendió Dance (our own party), una melange sin sentido de luces, brilli brilli y colorinchis. Infumable es poco. En la segunda actuación las ganas de darle al mando se antojaban irresistibles.

Alessandra, representante de Noruega, en un momento de la interpretación de 'Queen of Kings'.

Luke Black, el solista serbio defendió Samo mi se Spava, cuya traducción significa algo así como Solo tengo sueño. ¡Ah! Por esos surgió de una ostra cual perla del caribe. Se despertó y de la pantalla surgió un megamonstruo entre araña y cucharacha (él sostiene que es una langosta) que se tornó en su peor pesadilla y en la de los espectadores. Luke fue el penúltimo en saber que estaba en la final.

Letonia apostó por la típica boy band bautizada como Sudden Lights. Su Aijā nació con el propósito de ser una nana. Como nuestra EaEa. Lo cierto es que sonaba a todo menos a nana.

Sin duda, Portugal fue el tapado de la semifinal. El Ai Coração de Mimicat tiene su puntito. Es pegadiza. Ya está en la final. A ver si supera el noveno puesto del año pasado.

Bustamante vestido de burbuja Freixenet

El vocalista de la banda irlandesa Wild Youth surgió en el Liverpool Arena como un engendro de Bustamante disfrazado de burbuja de Freixenet en la década de los años 70, campanolos incluidos. Por supuesto, a la puesta en escena de We are one no le faltó su dosis de fuegos de artificio en el colofón final. Una imitación burda de Coldplay. Si son de los que se perdieron la semifinal, se han quedado sin ver al primo de Bustamante anunciando cava por Navidad.

Los Irlandeses Wild Youth, convertidos en burbujas Freixenet, se cayeron del podio.

Tras los irlandeses llegaron los provocadores Let 3 interpretando Mama sc!, cuyo estribillo para el oído español parece que decía Mama compra la tractora. En todas las ediciones resucita una versión de Rodolfo el Chikilicuatre y este año le ha tocado a Croacia. Los de la tractora finalizaron su actuación en gayumbos.

Remo Rorrer con su canción popera antibelicista Water gun representó con elegancia a Suiza. Era lógico que pasara a la final.

¡Cómo le gusta una diva a Israel! Dana Internacional, Shiri Malmon, Noa, Netta. Este año le ha tocado el turno a Noa Kirel y representa a su país con Unicorn. Dicen que es la cantante más prometedora de su país. El caso es que desde el sofá se antoja como una imitadora de Chanel que solo sorprende con un break dance final. Kirel no le llega a nuestra diva ni a la altura de las babuchas. Para empezar, no es capaz de cantar y bailar a la vez al ritmo que lo hizo la española en la pasada edición. Feno, feno, fenomenal. Otro estribillo en español, bastante menos pegadizo que aquel llámame, llámame. Hola mi bebe bé de WRS.

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Noa Kirel, la versión zeta de Chanel, representará a Israel en la gala final.

Los cuernos de la semifinal

Lo de Moldavia fue un alarde de ritmos pseudofolkloricos, redobles de timbales, luces y una puesta en escena que pretendía ocultar la nada. No hay edición sin cuernos y en Liverpool fueron las coletas de las coristas moldavas que según como se pusieran lucían como cuernos ancestrales. Ojo, los cuernos consiguieron su hueco en la gala final.

Loreen con los primeros acordes de Tattoo espoleó al público. Entre gritos histéricos la sueca interpretó un tema que, dada la calidad de la noche, juega en otra liga. Además de una puesta en escena típicamente festivalera, detrás de la canción sueca hay calidad de verdad.

El caso es que la sueca por poco no llega a la gala. En el último ensayo los tramoyistas casi hacen un sándwich con ella y las dos plataformas.

Los gemelos de Azebayan arrancaron con una realización en blanco y negro. Por un instante, los boomers del lugar creímos haber vuelto a la niñez. Los hermanos Bachmanov y su Tell me more lucían aquel look setentero de los festivales retransmitidos en VHF. Eran los tiempos de las grandes sentadas familiares, los twelve point de Andorra y Portugal y la voz inolvidable de José Luis Uribarri. Aquel brujo que siempre adivinaba los puntos que nos iban a dar. Aquella era otra Europa y otro festival, sin semis ni falta que hacían.

El dúo holandés Mia & Dion defendió con elegancia Burning Daylight. Por fin, una balada con dos voces muy bien empastadas y un mensaje que pretende llegar a los corazones europeos.

Cerró la primera semifinal el gran favorito, el que anda recortando puestos a la sueca Loreen. El rapero cantante y compositor Käärijä surgió de un contenedor gigante interpretando su Cha cha cha. Al final, Käärijä protagonizó uno de los momentos más divertidos de la noche. La suya es una propuesta descarada que rezuma la paleta de color de la bandera arco iris. Será o no será, pero este Cha cha cha del siglo XXI tiene su puntito.

Sobre el autor de esta publicación

Miran DaTele

Miran DaTele nació con las 625 líneas, cuando la televisión era en blanco y negro y en España sólo había dos cadenas: la primera y el uhf. Se come todo lo que le echen, lo disfruta con palomitas, patatas fritas y si no disfruta de sus dosis de tele diaria, no duerme. A veces no duerme porque se queda disfrutando hasta altas horas de la madrugada de lo que le echen. Ya saben, la televisión es nutritiva.