TELEVISIÓN

'Sálvame' muere matando a Mediaset

'Sálvame' agoniza dando lo mejor de sí. Han vuelto a sacar el ingenio, el sarcasmo y la mordacidad que les convirtió en el programa más disruptivo de la parrilla, mientras Mediaset se halla en una asonada que busca un giro a la derecha de la derecha.

Los colaboradores de Sálvame, sentados ante el experto en currículum.

Telecinco.Los colaboradores de Sálvame, sentados ante el experto en currículum.

Desde que supieron que tenían fecha de caducidad han vuelto a sacar el ingenio, el sarcasmo y la mordacidad que les convirtió en el programa más disruptivo de la parrilla televisiva. Mediaset ha decidido prescindir de Sálvame y sus adláteres y ellos han decidido morir matando.

La fábrica de la tele, productora de Sálvame supo por sorpresa que la nueva dirección de la cadena de Fuencarral había decidido prescindir del programa. De hecho, sus colaboradores se enteraron en directo mediante un whatsApp enviado por los socios de la productora, Óscar Cornejo y Adrián Madrid. La tragedia se mascaba en directo en el plató. Y no, no era por la muerte del gato de Marlene Morreau. María Patiño no lloraba la pérdida del minino, sino a posible pérdida de la poltrona vespertina.

Un fin de semana les duró la pena. El lunes siguiente, Sálvame y su troupe arrancaron con un especialista en Recursos Humanos enseñándoles a renovar su currículo. Papel y lápiz en mano, Jesús Ripoll les daba una clase magistral para entrar de nuevo en el mercado laboral. “Ya sabéis que esto se acaba, pero no os preocupéis, yo estoy aquí para ayudaros, para que realicéis un buen currículum y lo actualicéis porque es vintage, y se peleen por vosotros”.

El especialista tiró de ironía y añadió: “Os voy a dar las claves para que quieran contar con todos ¿Sabéis por qué? Porque así es la vida”. No se cortó un pelo y lanzó un dardo envenenado al programa que se supone que sustituirá a Sálvame el próximo 26 de junio. Sandra Barneda se pondrá a frente de Así es la vida, el magazine veraniego creado como la transición de Sálvame a la versión vespertina de Ana Rosa Quintana. Programa en el que, según confesó Alessandro Salem en una entrevista en El País, “no habrá política en las tardes de Telecinco”.

El nuevo CEO de Mediaset, como un mantra, se defendió de las acusaciones de futuro giro a la derecha y gritó a quien quiso creerle que no ha habido connotaciones políticas en la cancelación de Sálvame. Algo difícil de creer, a no ser que giren aún más a la derecha.

'Sálvame', un grano en la peor parte del cuerpo

Mientras tanto, Sálvame se ha convertido en un grano en el peor lugar que te pueda salir para la cadena. Para lo que les queda en el convento, sus mentes pensantes han decidido putear al máximo a aquellos que decidieron cortarles la cabeza. Saben que tienen la sartén por el mango. Si deciden acabar de un plumazo el programa por culpa de tocapelotismo al que se han aferrado y sustituir esa franja por cualquier serie enlatada, son conscientes de que las audiencias se les irían al fondo del pozo. Repartidas entre Antena 3, su mayor enemigo, y La 1. Levantarlas no resultaría una tarea fácil. Los espectadores se pierden en un chasquido y se necesitan años para recuperarlos.

Así las cosas, en Sálvame no paran. Han vuelto a su esencia. A ese programa que hace 14 años les llevó a ser líderes de audiencia. Recordemos que Sálvame se estrenó en 2009 en horario de late night para comentar Supervivientes. Iba a ser un espacio semanal. Aquel primer programa marcó unas audiencias que sorprendieron a la dirección de la cadena y a la productora. Hizo un magnífico 25,8% de share y casi un millón de seguidores (976.000) que le llevó directamente a la parrilla de la tarde.

Desde que saben que agonizan han traspasado el plató, han estrenado una versión blanca a la que han bautizado Sálvame Algodón de Azúcar en la que han parodiado sin pudor el sofá de corazón de Ana Rosa.

Frivolidad, entretenimiento y telebasura

Andan jugando en las redes con su futuro, han publicado un vídeo con la palabra Sálvame en la orilla del mar con tres puntos suspensivos que tiene a toda la profesión soliviantada, elucubrando en qué canal de streaming pueden tener hueco.

Óscar Cornejo, CEO de La fábrica, se marcó un artículo de opinión en La Vanguardia el pasado domingo en el que defendía que hablar de telebasura es “como hablar de CDs a la generación Z, es como decir efectiviwonder o leña al mono que es de goma”. Sostiene Cornejo que el término está en desuso, que su objetivo siempre ha sido entretener tirando de la frivolidad. Por lo visto la frivolidad ni adoctrina ni es telebasura.

A Cornejo se le olvida que el óxido de tiempo desgastó el formato de Sálvame y mutó en un culebrón crepuscular protagonizado por sus colaboradores. Aprendieron a meterse unos con otros y a traicionarse. Con sus maldades y sus detritus llenaban cuatro horas de programación en directo sin gastar mucho. Las series y la producción propia resulta mucho más costosas para la cuenta de resultados.

Abusaron de los personajes. Su universo de cotilleo, además de los colaboradores, se articuló entre la fortuna y la adversidad de las familias de dos tonadilleras: Isabel Pantoja y Rocío Jurado. No les interesaba nada más. Preferían las vomiteras emocionales de Rociíto a la bronca entre Johnny Depp y Amber Heard. Se preocuparon más por la gluteoplastia y abdominoplastia de Anabel Pantoja que por el pluscuamperfecto y millonario trasero de JLo. Fagocitaron hasta las revistas del corazón que cayeron al nivel de la chabacanería más alto de su historia.

Mediaset, a la derecha de la derecha

La vendetta emocional de Rociíto engendró una guerra entre productoras de la que Ana Rosa ha salido triunfante. Por un lado, Unicorn y Ana Rosa en contra de la hija de la más grande y por otro, los de la fábrica apoyando a la niña mimada enmerdó aún más las cosas. Si todo esto no es telebasura, a saber qué será.

A Cornejo también se le olvidó contar en su artículo que tanto él como Adrián Madrid están investigados en la Operación Deluxe. El elevado número de afectados ha retrasado el fin de la instrucción judicial sobre las filtraciones policiales sobre famosos que salpican a Sálvame. Ya hay más de 30 famosos personados en la causa.

Jorge Javier cavó su propia tumba el día que dijo que Sálvame era “un programa de rojos y maricones”. Vasile le dejó de hablar, pero en cuanto supo que se iba, le renovó el contrato con Mediaset y lo dejó bien blindado hasta 2025.

Sin duda, corren aguas turbulentas en los pasillos de Mediaset. La pérdida del liderazgo, los datos de audiencia de los últimos meses son sólo la punta del iceberg, vestigios claros de que bajo el hielo de esas cifras menguantes se gesta una revolución interna que va más allá de no saber qué programar y cuándo programarlo. Hay nervios y prisa. Ambos malos consejeros.

Fusión con Media For Europe

Mediaset se halla envuelta en una asonada que parece buscar un giro a la derecha de la derecha de forma descarada. Porque de derechas ya lo era. Si alguien cree que Telecinco ha sido alguna vez una cadena de izquierdas, anda un poco desnortado. La sombra de Berlusconi siempre ha sido alargada.

El exprimer ministro italiano puso a Vasile y su hijo le invitó a salir. Hoy Mediaset anda inmersa en un proceso de fusión con Media For Europe (MFE) que culminará en el segundo trimestre de 2023. MFE es un grupo controlado por la familia Berlusconi en cuyo accionariado participa Vivendi con un 4,6%. Esta empresa de capital francés acaba de recibir la autorización del Gobierno para incrementar su participación en el capital social de Prisa. Esto no ha hecho más que empezar.