TELEVISIÓN

Jordi González, bendito tú seas entre todas las mujeres

RTVE estrena 'La Plaza' una apuesta por el directo, un nuevo 'magazine' que satura la oferta vespertina y alimenta el morbo de la batalla por la audiencia.

Jordi González, La Plaza

RTVETerelu Campos y Jordi González, en el primer programa de 'La Plaza'.

“Vamos a bajar todos los días a las seis y medias a La Plaza, y nos encontraremos con gente interesante, con ideas propias, gente guapa, con criterio, con una particularidad: toda esta gente, que admiro, que voy a recibir por las tardes son señoras, mujeres, chicas, muchachas”. Jordi, bendito tú sea entre todas las mujeres. Si esa es la gran innovación de La Plaza, gritamos a los cuatro vientos que vuelva El comodín de la 1 ya.

¿Qué necesidad había? ¿Otro magazine? ¿Más de lo mismo? Ah no, que La Plaza se ha vendido como una apuesta por el directo, algo que no sucedida en la pública desde tiempos inmemoriales. Pues nada, la batalla vespertina arranca a las cinco de la tarde con TardeAR, a las seis se sube al carro Y ahora Sonsoles y media hora más tarde, vuelve él, Jordi González, rodeado de mujeres, no lo olviden.

TVE está que lo tira. Aprovechando la debacle de Telecinco, el botón azul ha reaparecido en el mando del público. Pasito a pasito. Así, La 1 lleva unos meses jugando en la liga privada, desde el graderío público. Con el dinero de todos los españolitos. Lo cierto es que sus cifras van de subida, de una forma inversamente proporcional a las de Telecinco. Mientras, Antena 3 se mantiene en el podio sin esfuerzo, sin novedad en la parrilla.

Cambio de cromos

“¡Buenas tardes a todos! Hoy estamos de estreno y hemos quedado en La Plaza con Terelu Campos, Judith Mascó, Celia Villalobos y Marta Nebot”. Una voz de ultratumba, similar a la del Precio Justo, daba la bienvenida a los espectadores de La Plaza. La gran exclusiva del estreno era Terelu, la primogénita de la Campos regaló la primera entrevista tras el fallecimiento de su madre a La 1, a cambio de un contrato como colaboradora. Menos mal que se lo había prometido a Sonsoles en directo en el tanatorio. La pela es la pela y un contrato es un contrato. Nada más que añadir.

La televisión anda como el mar, alterada. Ya lo dijo Pármeno, el fiel criado de Calixto, “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Con tanta rivalidad, las cadenas se están cambiando los colaboradores como algunas cambiábamos cromos en la EGB. De ahí que las mujeres del estreno de La Plaza llegarán de repesca. Celia Villalobos, una asidua de Todo es Mentira y Marta Nebot aterrizaba en la tarde desde La hora de La 1, impulsada desde los programas de la cuerda de Unicorn Content. Ya saben la productora de Ana Rosa. Y Judit Mascó, no olvidemos a la supermodelo de antaño, que empezó en TVE hace 37 años y que hoy es presidenta de la Fundación Ared, de ayuda a las mujeres en situación de vulnerabilidad.

Según reza la nota de prensa del programa capitaneado por Bendito tú seas entre todas las mujeres, es decir, Jordi González, entre los fichajes pescados por La 1 se encuentran nombres como Mariló Montero, Norma Duval, Inés Hernand, Mar Saura, Mabel Lozano, Juncal Rivero, Marta Robles, Samanta Villar, Cristina Fernández, Silvia Tarragona, Ana Bernal-Triviño, y Susana Uribarri, entre otras. Lo dicho, más de lo mismo.

Una plató estridente

Se supone que González en La Plaza cada día recibirá a figuras del mundo de la música, el cine, la literatura, la crónica social o el periodismo. Nada nuevo bajo el sol. Se supone que el nuevo magazine de González pretende ser una ventana abierta en las tardes, una ventana que busca entretener, acompañar, emocionar y, por qué no, polemizar; pero siempre con una sonrisa. ¿No hemos quedado que era una plaza?

No, no solo no es una plaza. Es un plató horroroso. Debe estar de moda lo estridente. Cierto es que el set de La plaza no resulta tan abominable como el de Cuentos chinos, aunque comparte con el programa de Jorge Javier Vázquez el abuso del rojo y el amarillo. Sí, una bandera española en toda regla.

Desde aquí habría que recomendar a los decoradores que se repasen la psicología del color. Por mucho que los colores cálidos (rojos, naranjas o amarillos) se asocien con la energía, brillo, acción, pasión, fuerza o felicidad, en grandes cantidades pueden llegar a irritar nuestro humor, porque el ojo está habituado a verlos en pequeñas dosis. Por no hablar del amarillo y el mal fario que rezuma entre la gente de la farándula.

Piensen por qué es rojo el logo de esa cadena de restaurantes de comida chatarra que diría un mexicano. Para que los comensales salgan escopeteados y no se eternicen en la sobremesa. A La Plaza le pasa tres cuartos de lo mismo. Su plató enerva al espectador, tanto que el mando cobra vida y te obliga a zapear.

La competencia contraataca

Lo malo es que ya, a esa hora no hay nada nuevo. Ni siquiera se les ha ocurrido montar un plató imitando a cualquier plaza de pueblo o ciudad y sentar en sus bancos a las colaboradoras cual marujas de toda la vida. Hubiera sido lo suyo.

Mientras Jordi charlaba con Terelu, Sonsoles contratacaba con una entrevista a Carlo Constanzia, el hijo de Mar Flores que está a punto de pisar la cárcel por un presunto delito de estafa agravada por un negocio de compraventa de coches de lujo. Y Ana Rosa, desde su paupérrimo TardeAR despuntaba con las bacanales del cura abusador.

Nos han robado El comodín de la 1 para confundirnos. Porque desde ayer, 27 de septiembre, por la tarde da igual la cadena que veas. Nada nuevo bajo el sol. Menos mal que nos queda El cazador.

El estreno de La Plaza en la tarde de La 1 sedujo a 563.000 espectadores, alcanzando un 7.8% de share. Ana Rosa y su TardeAR le acompañaron en el monodígito. El espacio de Telecinco se tuvo que conformar con un 9,8% de cuota de pantalla y 767.000 espectadores. En el empacho de magazines, Sonsoles mantuvo el podio con un justito 10.8% de share y 796.000 espectadores.

Sobre el autor de esta publicación

Miran DaTele

Miran DaTele nació con las 625 líneas, cuando la televisión era en blanco y negro y en España sólo había dos cadenas: la primera y el uhf. Se come todo lo que le echen, lo disfruta con palomitas, patatas fritas y si no disfruta de sus dosis de tele diaria, no duerme. A veces no duerme porque se queda disfrutando hasta altas horas de la madrugada de lo que le echen. Ya saben, la televisión es nutritiva.