“Bienvenidos a la temporada número 18 de El hormiguero. No puedo estar más feliz porque la madrina de esta temporada es Isabel Pantoja”. Pablo Motos estrenó temporada con la viuda de España que accedió al plató entre la gloria y en olor de multitudes. Con el público entregado. Su club de fans se arremolinaba en las butacas. Excitados. Como si jamás hubieran visto a la tonadillera tan cerca. “Guapa, guapa”, le voceaban igual que le braman los devotos al trono de la Virgen en Semana Santa.
La tonadillera que mejor mueve la bata de cola se presentaba en El hormiguero para celebrar que cumple 50 años en la música. “Estar aquí sentada es una tranquilidad tan grande, me siento en casa y con todos los míos”. Pues claro que estaba con los suyos. Ella conoce a todos los miembros de su club de fans, después de tantos años es capaz de llamarles incluso por su nombre. Y allí estaban todos, sentados en las butacas del público.
El récord de Isabel Pantoja en 'El hormiguero'
No es casualidad que Pablo Motos haya escogido arrancar la nueva temporada con un pantojazo. La marinera de luces puede presumir de ser la entrevistada que mejores réditos le ha otorgado al programa. Su paso por el programa, en enero de 2017, justo después de su salida de la cárcel, sin duda en el momento más polémico de su carrera es la entrega más vista en la historia del programa.
En aquella ocasión Isabel Pantoja sentó frente al televisor a 4.783.000 espectadores, con momentos de casi siete. El programa alcanzó un 23,8% de cuota de pantalla, puede que en este punto haya sido superado por otros, pero los casi cinco millones ya son historia de El hormiguero. Los 50 años en la música no llegaron a tanto, pero también hicieron lo suyo. El hormiguero estrenó temporada como líder de la noche con un 18,7% de cuota de pantalla y 2,3 millones de espectadores. Mejoró en dos puntos el arranque del año pasado.
Lanzando puyitas a quien corresponda
La Pantoja, que no da puntada sin hilo, arrancó lanzando puyitas a todos aquellos que sostienen que vive secuestrada. “No. A mí salir a la calle, hacer maletas después de tanto viaje, no me apetece. Estoy en mi casa porque quiero. Con esta edad que tengo, cualquiera me prohíbe a mi nada”. A los haters, vayan apuntando.
Isabel Pantoja exhibió la capacidad de sobreactuación que rezuman todas las de su raza. Arrancó entregada a su público y distante con el entrevistador que no entró en honduras. No tocó ninguna de las llagas que infectan la imagen de la tonadillera. Nada de hijos, nietos, nietas y, por supuesto, nada de la boda de Chabeli. No existen.
Pablo Motos desveló la portada del disco conmemorativo de sus 50 años en la música. Un dibujo de Antonio de Felipe basado en una foto de la Pantoja con siete años y la contraportada con otro al que el óxido del tiempo la coloca en su plenitud artístico. “Será un libro y dos discos. Uno de copla con mis primeros temas grabados a los 15 años. Canciones que hemos traído al presente, con mi voz y arreglos actuales. El segundo será una recopilación dec anciones que me han gustado muchísimo y que nunca pude grabar. Lo he hecho por mi madre y se lo he dedicado a ella”.
Isabel Pantoja y el retrato de una pérdida
De luto riguroso, Isabel Pantoja anoche se convirtió en el retrato de una pérdida. Mutó de viuda a huérfana de España. Si antaño resurgió de su pena gracias a José Luis Perales y Marinero de luces, hoy espera retornar abrazada a sus 50 años en la música y la pérdida de la madre. Un manto que nos cubre desde que nacemos y el día que se apaga de verdad, ese día, conocemos el significado de la palabra orfandad.
Pablo Motos entró al trapo y desvelo cómo fue la despedida con su madre. “Me llamó guapo, se recostó y se dejó morir. El último minuto mi madre hizo una de esas cosas que solo hace una madre”, confesó el presentador consciente de que en ese mismo instante la Pantoja comía de su mano.
Se acabó la entrevista promocional. La tonadillera se abrió y comenzó a devolver recuerdos con su madre. “Mi madre no era la madre de la Pantoja, era una madre que quería a sus hijos y nosotros estuvimos a su lado hasta el último minuto. Me vais a permitir que le dedique este trabajo su madre”. Aplausos y ovaciones desde el graderío.
La Pantoja describió el duelo como nadie. Sin duda se ha convertido en la encarnación del luto. Determinista, cree en el destino, en Dios sobre todas las cosas y en su virgen del Rocío. “Cada persona lleva el duelo como cree y como lo siente. A mí me ha costado mucho arrancar. Cuando mi madre estaba muy mal, me avisaban y me decían que me fuera preparando, aunque yo no sé cómo se hace eso. Todos hemos perdido a seres queridos, pero cantar después de morir tu madre es muy duro. Te tienes que subir a un escenario y decir ‘aquí estoy yo’. El primer concierto fue en América, todavía no estoy preparada para cantar aquí. Me fui el día de su cumpleaños, el 22 de mayo. Quise pasarlo en un avión, que tanto miedo me da”, relató con sus aspavientos característicos.
Los problemas con la voz
Le contó la de Cantora a Pablo Motos que su voz ha cambiado, que se ha hecho más gruesa. Quiso rebatir los rumores de aquella esquina que le acusan de no haber cantado en su último concierto de Las Palmas. Ella defendió que la voz le ha cambiado por culpa del óxido del tiempo. Sostiene que le afecta mucho el sol, pero lo que no dijo, y es público y notorio, que su voz de cazallera es fruto del tabaco. Pues nada, la perra gorda para usted señora.
Lo cierto es que quienes la conocen bien cuentan que come poquísimo, cada vez menos, que es una fumadora compulsiva y adicta a la Coca-Cola Light.
En El hormiguero la Pantoja se mostró como la diva que es. Una divinidad acostumbrada a que se haga su santa voluntad, siempre rodeada de un séquito que la ha convertido en intocable, no por paria sino por privilegiada. Tuvo a todas las almas del programa a sus pies.
La entrevista finalizó con Trancas y Barrancas emulando una rueda de prensa con la diva. Todo que quiso saber sobre la Pantoja y jamás se atrevió a preguntar. Entonces, las hormigas aprovecharon para enviar un torpedo a la cadena enemiga. “Para el Salvaslips Deluxe ¿qué nota le pones a tu figura del museo de cera?”. Sin comentarios.
Un 'playback' absurdo
No hay visita de Isabel Pantoja sin actuación y para que producción pudiera montar un pseudo escenario con 13 músicos, el equipo de 7 y Acción estrenó la película de esta temporada. Ya saben, ese espacio que elaboran con todos sus invitados. La terminal se titula el corto de este año. Por esos minutos mereció la pena soportar el histrionismo y la sobreactuación de la cantante.
Sin duda, anoche el plató de El hormiguero olía a Au du Soir. Sí, porque allá por donde va y allí donde actúa Isabel Pantoja, le precede el clásico aroma de Sisley. Incluso es capaz de impregnar el escenario con su fragancia. La Pantoja dio por finalizada la entrevista interpretando, nunca mejor dicho porque fue una labor de interpretación, Embrujá por tu querer. Lo hizo abrazada por 13 músicos de palo que la acompañaron en un playback patético.
Por ti, por tu querer yo soy capaz de pedir limosna y de matar.
Ya lo dijo al empezar, se sentía en casa. Normal, jugaba en campo amigo. Como en los conciertos, el público se desgañitó pidiendo un bis y éste llegó con el poema de Rafael de León El garlochí.
Ven y espérame y te daré mi garlochí.
El garlochí se lo dio Pablo Motos a la Pantoja cuando apareció enfundado en una bata de cola. “Nadie mueve la bata de cola como tú. ¿Qué hay que hacer para moverla con arte?”, le espetaba el presentador.
Bajo los acordes de Como dos barquitos y jaleada por el público, la tonadillera intentó enseñar a Pablo Motos cómo se da el golpe de bata. “Pablo te voy a poner la cola como debe de ser”. Pues eso, se abre la veda.