Begoña Villa-cís siempre ha querido ser influencer. No hay nada que le guste más que una cámara o una alcachofa. Ella no da puntada sin hilo. Consciente de que la liga naranja en la que milita está a punto de ser fagocitada por una inmensa gaviota, la vicealcaldesa de Madrid y candidata de Cs a la Alcaldía ha protagonizado una entrada de lo más cinematográfica en la Real Casa de Correos.
Begoña Villa-cís, cual reina del celuloide, ha sorprendido a los invitados a los actos del Dos de Mayo (y a los no invitados) luciendo un abrigo blanco con un mensaje en la espalda. Esta Villa ni se rinde ni se entrega, una frase que alude a su lema de precampaña y a su propia situación de cara a las elecciones del 28 de mayo. Villa-cís ni se rinde, ni se entrega.
La vicealcaldesa madrileña se ha paseado por la alfombra roja de la comunidad como lo hubiera hecho su alter ego, Meghan Markel, en la coronación de Carlos III. Consciente de que puede ser su último paseíllo.
Villacís en el Dos de Mayo pic.twitter.com/rFuK0bJEp3
— Paloma Esteban (@PalomaEsteban) May 2, 2023
Lo del abrigo con el lema bordado en el lomo ha sido su canto del cisne. Un tirito directo a Almeida, que le ha robado dos compañeros (de momento). Y, por qué no, otro a aquellos que vaticinan que su partido no superará el umbral del 5% de votos que le otorgaría la entrada en el Ayuntamiento madrileño. Ella está convencida de que no va a perder su silla. Qué fácil es ver la paja ajena y no la viga en tu propia casa.
Villa-cís siempre quiso ser influencer. En la última campaña a la alcaldía, explotó su supuesto parecido con la protagonista de Suit. Metida en la piel de la duquesa de Suss-ex, embarazada, recién separada y recién parida, le copió todos los outfits a la nuera de Lady Di. El plan dio resultado. El equipo naranjito se alzó con 11 concejales frente a los siete anteriores. Villa-cís se convirtió en vicealcaldesa y en portavoz de su grupo.
'Villa-cís', en manos de una agencia de influencers
Han pasado cuatro años, y viendo que los votos se le escapan por el sumidero, el pasado mes de febrero se puso en manos de la agencia de influecers Soy Olivia. Se supone que lo hizo para negociar la estrategia digital en la que basar su campaña política a la alcaldía de Madrid, para fomentar su impacto en las plataformas virtuales. Pero en la agencia, Begoña Villa-cís se codea con Vicky Fede Marichalar Borbón, las hermanas Pombo, Grace Villarreal o María Fernández-Rubíes. ¿No le suenan? Las influencer que lo petan, las que más ganan y las que más empresas buscan. Y la agencia ha hecho lo que sabe hacer. Ratificar a Villa-cís como influencer. Lo de la política para ellos, digan lo que digan, es secundario.
Así las cosas, de la noche a la mañana la imagen de Begoña Villa-cís vistió la fachada de la calle Goya 123, las marquesinas de la zona alta de Madrid se cubrieron con su foto, un número de teléfono y un QR para que los ciudadanos de bien le hicieran llegar a la candidata sus cuitas.
La reina de las gabardinas no se ha perdido un sarao desde que desplegó la pancarta de Goya. Inenarrable el modelito fucsia que lució en la gala de los Premios Platino. ¿Se acuerdan? Sí, hombre, en la misma fiesta en la que Andrea Levy confundió a Benicio del Toro por Vinicius. La vicealcaldesa pisó la alfombra roja cual tarta de fresa, con el rostro recién recauchutado y vestida con un frondoso y exuberante modelo de Hannibal Laguna que forma parte de la colección primavera-verano de 2023.
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Villa-cís, no se rinde ni se entrega, pero si pierde su silla, seguro que la encuentran reconvertida en influencer.