El joven llegó al instituto Joan Fuster de la capital catalana hacia las 09:15 horas de la mañana -con más de una hora de retraso-, armado con una ballesta cargada para disparar, un machete de montaña y una mochila, en la que llevaba un cóctel molotov, que no llegó a utilizar.
Tras llamar a la puerta de su clase, disparó con la ballesta tuneada contra la profesora de castellano, cuando ésta le abiró. Una alumna de la clase, hija de la profesora herida, acudió rápidamente a ayudar a su madre, momento en el que el agresor le clavó el machete en la pierna.
Posteriormente, según algunos testigos, el chico sacó de su mochila una botella de cerveza con líquidos inflamables y amenazó con hacerla estallar desatando el pánico entre los alumnos de la clase que empezaron a chillar y trataron de huir.
El chico entonces salió del aula y subió al primer piso, donde varios alumnos estaban también fuera de las aulas, debido al griterío que procedía de la planta baja. El estudiante se dirigió entonces hacia un profesor de Historia, natural de Lleida y que llevaba diez días en el instituto como substituto, y le clavó el machete en el tórax, causándole la muerte.
Tras matar a este profesor, el chico, que llevaba una cazadora de aspecto militar en la mano, disparó de forma indiscriminada la ballesta y blandió su machete aleatoriamente, provocando lesiones a otra profesora y otro alumno. La ballesta era de un tipo profesional, mientras que las flechas que ha disparado eran caseras, elaboradas con bolígrafos, según algunos testigos.
Escucha voces en su cabeza que le instaban a matar
Un profesor de educación física fue el único que logró calmar al alumno tras encerrarse en un aula donde manipulaba un cóctel molotov. Según han informado fuentes cercanas al caso, el joven se refugió en un aula, aprovechando que los demás alumnos salieron corriendo del instituto. El estudiante sacó entonces la botella de cerveza con líquidos explosivos que y la empezó a manipular, para tratar de introducirle la mecha.
El profesor de educación física lo ha visto, ha entrado en el aula y ha hablado con el chico, que estaba muy alterado y que se limitaba a repetir que oía voces que le decían que tenía que matar. Tras intentar establecer una conversación con él, el profesor pudo calmar al alumno, le quitó de las manos el cóctel molotov y esperó a que llegaran los Mossos d'Esquadra.
Según fuentes cercanas al caso, el agresor llevaba una lista sobre potenciales objetivos en su mochila, tanto de profesores como de alumnos.
"Ya dijo que quería matar a todos los profesores y luego suicidarse", ha comentado un alumno. "Tenía una lista negra", ha abundado otro. "Siempre hablaba de armas y quería ser militar", ha espetado otro chico. "Siempre estaba solo", ha subrayado un cuarto estudiante. Sin embargo, nadie se imaginaba que este chico, al que le encantaba ‘Walking Dead’ y jugar al videojuego W2k15, cumpliría sus amenazas.
La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampa) del instituto Joan Fuster ha asegurado que lo ocurrido este lunes es un hecho "aislado" y ha defendido la seguridad del centro. "El colegio es seguro y continúa funcionando bien", ha declarado a los periodistas la presidenta de la asociación, que se ha identificado como Mercè, y ha asegurado que el nivel de conflictividad entre los alumnos es "muy bajo".
Por su parte, la directora del instituto Joan Fuster de Barcelona ha informado que el martes los estudiantes recibirán atención psicológica en sus aulas y que el miércoles se retomarán las clases "con la máxima normalidad posible". El miércoles se retomarán las clases y se programará una ceremonia conmemorativa, según Parramon, que ha calificado los hechos de "muy graves" y ha mostrado el dolor por lo ocurrido.
Al ser menor no puede ser imputado
Dada su condición de inimputable, se le someterá a un programa de reeducación, ha afirmado este lunes la directora general de Atención a la Infancia, Mercè Santmartí. En declaraciones a los medios, Santmartí se ha limitado a explicar el protocolo al que se someten los menores de 14 años que, por ley, "son inimputables" y no pueden ser declarados culpables.
El protocolo consiste en hacer un seguimiento al menor con el trabajo de profesionales educativos y psicólogos que puede durar "tanto tres sesiones como diez", y siempre con una segunda evaluación antes de dar por acabado el tratamiento.
El objetivo de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA), organismo que se encarga de los asuntos conflictivos de menores, es el de "prevenir que estos casos se puedan repetir a través de un trabajo de mediación y reparación psicológica", ha indicado Santmartí. "El trabajo de mediación con el menor conflictivo busca que éste no pueda repetir sus acciones en un futuro, con 14 años, y cometa delito, ni más adelante", ha explicado la directora de Atención a la Infancia.
Según Santmartí, siempre que los padres tengan plena capacidad educativa, el trabajo se limita al menor, que hará "una vida normal" aunque no ha querido concretar más, puesto que la DGAIA acoge a cualquier menor que haya cometido alguna infracción como puede ser "quemar una papelera".
En 2013, la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia trató más de 600 casos de menores que habían cometido algún tipo de infracción, y en 2014 la cifra aumento a más de 800.
El Gobierno no se plantea cambiar la Ley del Menor
Pese a lo sucedido este lunes, la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero, ha asegurado que el Gobierno no tiene "encima de la mesa" reformar la ley de responsabilidad del menor y ha planteado la necesidad de estudiar el entorno violento que rodea a los jóvenes en las redes sociales o la televisión. "Algo está pasando en la sociedad; los jóvenes están cada vez más rodeados de violencia, en las series, en el cine, en las redes sociales, en los videojuegos; es una situación en la que tenemos que trabajar y pensar qué es lo que está pasando", ha señalado.
La secretaria de Estado ha recordado que el Gobierno ha trasladado al Parlamento la ley de protección de la infancia, que aborda la situación que tienen los menores con problemas en los centros y su recuperación, y en la que no se plantea cambiar la legislación de responsabilidad penal de los menores.
"Nosotros hemos hecho una modificación de la ley de protección de la infancia donde se mantiene tal y como estaba; lo que creo más importante es trabajar por la sensibilización de que la violencia no es el camino y trabajar porque estos hechos no ocurran", ha señalado. En este sentido, al ser preguntada por si es partidaria de reformar la ley del menor o de endurecer penas, ha dicho que ese asunto "no está encima de la mesa".
Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha mostrado "conmocionado" por este suceso, ante el que la Generalitat ha decretado una jornada de duelo para mañana martes y ha suspendido los actos públicos previstos para este lunes.
Primera muerte de un docente a manos de un alumno
La muerte este lunes del profesor del instituto Joan Fuster de Barcelona es el primer homicidio documentado entre las agresiones a docentes en el desarrollo de su profesión durante las últimas décadas.
El presidente de la Asociación nacional de Profesores de Enseñanza (ANPE), Nicolás Fernández, ha subrayado que se trata de un caso "absolutamente novedoso en España" y totalmente aislado. "Esto nos tiene que servir para continuar trabajando con más determinación en la prevención y detección de la violencia en los centros escolares", ha señalado el líder del sindicato, que cada año presenta un estudio sobre convivencia escolar y que en el último destacaba que las agresiones físicas de alumnos hacia los profesores representan el 7% de los casos analizados.
La detención de Juan Manuel M.S., joven de 21 años, el pasado mes de octubre de 2012 en Palma de Mallorca, donde pretendía atentar contra la Universidad de las Islas Baleares con 240 kilos de explosivos, constituye uno de los últimos episodios de violencia registrados en la comunidad educativa en España en los que se han registrado detenciones. El joven detenido admitió su total admiración por los autores que causaron la matanza en Columbine (Estados Unidos), en la que fallecieron 13 persona en la que es la peor matanza cometida en un centro de educación secundaria de este país.
En 2005, se produjo otro suceso que causó la muerte a un estudiante en el instituto Sant Josep de Calassanç, en Barcelona, donde tres menores fueron acusados de asesinar al joven Ronny Tapias, un suceso en el que se vieron involucrados varios jóvenes. Finalmente, los tres autores del asesinato, todos mayores de edad, fueron condenados a 17 años de cárcel.
Además de estos casos, un estudio presentado a finales del año pasado por ANPE documenta las agresiones, insultos, "falsas acusaciones" y denuncias, entre otros ataques, que sufren los profesores por parte de sus alumnos. Según el estudio, una media de diez profesores piden diariamente asistencia y ayuda al servicio de atención al profesorado que gestiona el sindicato. En total, 3.345 profesores han pedido ayuda por casos de ataques --verbales o físicos-- de alumnos o sus padres durante 2014.