Agentes de la Policía Nacional detuvieron en agosto en la localidad madrileña de Pinto a Santiago, un hombre de 25 años que trabaja en la hostelería, por agredir sexualmente a su bebé, una pequeña de pocos meses, y utilizar diferentes redes sociales, así como servicios de mensajería instantánea, tanto para descargar como para difundir estos contenidos. Por si fuera poco, Santiago ofrecía a su hija a terceros, aunque nadie habría aceptado ese 'trato': hasta los propios pederastas lo veían demasiado. Ante el juez, este español de origen venezolano confesó que "estaba enfermo y no podía evitarlo", pero lo que hizo ya es para los agentes que lo investigaron uno de los peores casos a los que se han enfrentado. Las aberraciones que cometió contra su propia hija fueron múltiples y según El Mundo tenía un pasado complicado: pegó una paliza a su padre, tras lo cual le echaron de casa, era controlador, tomaba drogas de forma habitual y abusaba de niños y adolescentes, a los que buscaba por plaza de España y el Templo de Debod, en la capital.
Santiago ya había sido detenido en otras dos ocasiones, pero había salido en libertad. En la tercera, la que le dejará en la cárcel varios años, también fue detenida su pareja y madre de la niña, de 23 años, ya que en su móvil había archivos pedófilos. Se cree que ella, según su versión, le ayudó a compartir imágenes y vídeos para evitar que la Policía le pillase, dejándole su teléfono para seguir cometiendo delitos.
De hecho, la mujer se puso a vomitar cuando los agentes le enseñaron las imágenes de su pareja violando a la pequeña y dijo no saber nada. Los agentes creen su versión y por eso está en libertad, aunque sigue investigada.
Además, según El Mundo, era maltratada de forma sistemática por Santiago, que le contó que tenía imágenes pornográficas y por ello había sido arrestado en un pasado, pero sin admitir que el contenido era de abusos y agresiones a niños.
Al parecer, la progenitora de la víctima estaba a punto de cambiarse de sexo cuando conoció a Santiago, que la habría dejado embarazada para impedirlo.
Las pesquisas se iniciaron hace poco más de un año, cuando agentes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, con información del patrullaje activo que realizan en la web y en redes sociales y con la colaboración con el HIS (Homeland Security Investigations) de los Estados Unidos, detectaron a una persona que compartía imágenes sobre explotación sexual a menores de corta edad a través de diferentes redes sociales.
Los investigadores, a través de diversas gestiones, pudieron identificarlo e investigar su entorno, momento en el que descubrieron que acababa de tener una hija con su pareja, nacida en mayo 2022, lo que aceleró la actuación policial.
Además de todos los indicios recopilados y al detectar que además el varón había sido arrestado por compartir pornografía infantil en 2019, tras lo cual quedó en libertad, los agentes solicitaron una entrada y registro en su domicilio que entonces tenían en el madrileño barrio de Aluche, donde se encontraron evidencias de que el detenido no solo descargaba este material sino que también lo difundía a terceros. Tenía en el móvil un centenar de vídeos de menores de dos años con contenidos sexuales muy duros.
El piso donde se encontraban la madre, el padre y la menor estaba en pésimas condiciones, por lo que los agentes dieron parte a los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, quienes retiraron la custodia a los padres unas semanas después. En la vivienda encontraron también restos de drogas y la niña tenía lesiones en la cara. Ambos eran adictos.
El juez decretó una orden de alejamiento de los padres sobre la bebé, pero dejó al arrestado, una vez más, en libertad.
Mientras tanto, en el análisis del material intervenido por parte de agentes del Grupo I de Protección Central de Investigación Tecnológica encontraron vídeos en los que el detenido había agredido sexualmente a su hija, además de múltiples conversaciones en las que ofrecía al bebé a terceros para tener sexo, incluso tríos.
Descubrieron que había imágenes del padre con los genitales dentro la boca de su bebé y contenidos más aberrantes de cuando la pequeña apenas tenía medio año de vida, según han indicado las mismas fuentes.
Por todo ello, pusieron en marcha un nuevo operativo, que se ejecutó a finales de agosto, donde fueron detenidos el padre y la madre, que se fueron a vivir a Pinto tras ser expulsados del piso de Aluche.