Del tirón. Rafa Castaño se ha hecho el bote del tirón. Orestes no ha tenido tiempo ni de abrir la boca. El sevillano jamás se va a olvidar de su último rosco con el que se ha embolsado 2.272.000 euros del bote de Pasapalabra. El gran duelo de Pasapalabra ha terminado con la victoria de Rafa sobre Orestes por K.O. Un primervueltismo más propio de Orestes que de Rafa. En cuanto ha soltado la última palabra el plató se ha convertido en una fiesta abarrotada de confeti, lágrimas y abrazos. Han sido 196 programas, 4.350 aciertos y 13 roscos de 24 palabras, pero Rafa pasará a la historia del concurso por ser el hombre del doble récord. Se ha llevado el mayor bote de la historia y lo ha hecho en la primera vuelta, sin descanso.
Tras tener a los frikis de Pasapalabra en vilo durante tres días, al final, Antena 3 anunció que el día R, la noche del Rosco, sería el jueves 16 de marzo en prime time. La jugada les ha salido fetén. Desde que se supo que el rosco tenía nombre, Pasapalabra se aseguró el minuto de oro y una audiencia tri millonaria. Así, el lunes, el concurso consiguió un estupendo 26% de cuota de pantalla, superando los tres millones de espectadores. El martes, la cuota subió al 27,1%, rebasando de nuevo los tres millones de audiencia y el miércoles los datos se dispararon al 28, 2%. Veremos hasta dónde llega la de esta gran final.
Ya saben, las cifras suelen estar intrínsecamente relacionadas con el tamaño del bote de Pasapalabra y el carisma de los concursantes. A mayor bote, mayor audiencia. Cuantos más programas superen, más se encariñan los espectadores con los protagonistas del rosco. Esto no deja de ser un silogismo básico que no necesita demostración.
El éxito de los concursos de televisión, desde el Un, dos tres hasta nuestros días es la intriga, la tensión y la curiosidad que transmiten al espectador. ¿Se llevarán la Ruperta, el coche o el apartamento en Benidorm? ¿Contestará las 15 preguntas que le harán millonario? ¿Acertará el precio justo?
Así las cosas, los españolitos de a pie llevaban una semana divididos entre los del equipo de Orestes (Burgos 1997) y los partidarios de Rafa (Sevilla, 1990). Al final la balanza se decantó por el concursante de Híspalis.
“Gracias por tanto, por vuestra ayuda, por vuestros chistes, vuestras versiones en inglés, vuestro trabajo delante y detrás de las cámaras. Sois familia y aquí se os quiere y mucho. Pasapalabra es y será siempre vuestra casa". Antes del duelo, a través de sus redes, un emocionado Roberto Leal se despedía de los dos concursantes. “No sabéis lo que os vamos a echar de menos”.

Rafa Castaño gana el bote del tirón.
¿Quién es verdaderamente Rafa Castaño?
¿Quién es Rafa Castaño? Rafa el de Pasapalabra. Ese jovencito que el pasado 1 de junio de 2022 se instaló en el salón de nuestras casas y al que hemos llegado a sentir como parte de la familia, es la mezcla perfecta entre la prudencia y la educación, aderezadas con una pizca de timidez, un inmenso mundo interior y cierto grado de picardía.
Apasionado de la lectura, no concibe un día sin tener un libro entre manos. Sus primeros recuerdos son de la serie blanca del Barco de vapor. En alguna ocasión ha confesado que se leía uno cada día antes de entrar al colegio. Y comics, muchos comics. Sobre todo, los de Mortadelo y Filemón.
Es absolutamente consciente de que su pasión por la lectura nació como trinchera emocional, como refugio defensor de un mundo que al niño y al adolescente Castaño le provocaba cierto recelo y desconfianza. Con el óxido del tiempo, como todos, Castaño fue ganando sagacidad y experiencia. En cuanto tiene ocasión, le gusta presumir de ser alumno de colegio, instituto y universidad pública.
Periodista decepcionado
Se define como periodista, escritor y concursista. Licenciado en Periodismo y con un Máster en Comunicación y Cultura, confiesa que los estudios superiores fueron toda una decepción. Deshicieron de un soplo sus expectativas románticas de una profesión idealizada. Por lo visto le sirvieron para conseguir una visión crítica de los medios y para dedicar gran parte de su tiempo a leer y ver películas que sacaba de la biblioteca y la videoteca. Comprometido con la sociedad, decidió centrar su Trabajo Fin de Máster en la Guerra Civil.
Trabajó en el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Sevilla de 2015 a 2017. También ha sido colaborador de Anochece que no es poco, un programa de cine y series dirigido por Arturo Hacha que se emite los jueves en Neo FM.
Su película española favorita es El verdugo. Extrajera, El padrino. Friki de la saga Star Wars, se queda con la primera trilogía. Prefiere ver el cine en versión original que doblado. Sin palomitas, por supuesto. Su actor favorito es Daniel Day Lewis y de la patria, José Sacristán. Chico listo.
Sostiene que no hay serie como The Wire, “la mejor que se ha hecho en años”. Es aficionado al fútbol. Sufridor o no, el corazón de Rafa es verdiblanco, de esos que se desgañitan diciendo: “Viva el Betis, ma’n que pierda”.
Desde marzo de 2018 ve la vida pasar en el Espacio Cultural Caótica, la librería de la calle José Gestona de la que es socio gracias a su segunda participación en Pasapalabra. "Siempre he sido cliente de librerías y tenía esa ilusión que poseen todos los lectores de montar una. Luego te das cuenta de que hay cosas maravillosas y otras muy engorrosas. Antes de invertir en la librería era socio consumidor… No pude llevarme el bote, pero con lo que gané compré mi parte". Así consiguió un trabajo que le gustaba y un lugar para vivir.
Amante de la música, le apasiona cantar. Fue miembro de un coro de voces blancas y a los cinco años aprendió a tocar el piano. Así entenderán porque Rafa Castaño era el rey de la prueba musical.
Respecto a la música, lo suyo es una miscelánea curiosa. Confiesa que admira a Rocío Jurado, que el mejor concierto de su vida fue el de AC/DC en la Cartuja y que su banda sonora preferida es la de Cinema Paradiso.
Concursista
Rafa Castaño ha crecido entre concursos. Recién cumplida la mayoría de edad debutó en Canal Sur en Adivina quién es quién. Con su primer premio se compró una tele enorme y la XBOX One. Puede presumir de ser uno de los cien de Saber y ganar, de ahí saltó a Pasapalabra, donde debutó en 2015, repitió en 2017 y también en 2019. Llegó incluso a enfrentarse con su hermano. Esta cuarta y última vez le ha llevado hasta el bote.
Al igual que Orestes, Rafa es una vieja gloria del formato. Andaban los dos en pleno combate cuando Telecinco, el 1 de octubre de 2019, emitió su último Pasapalabra. Mediaset España decidió cumplir la sentencia del Tribunal Supremo, que ratificó el fallo del Juzgado de lo Mercantil de febrero de 2014, que condenaba a Telecinco a "cesar inmediatamente" las emisiones de Pasapalabra. ITV Studios Global Entertainment y la cadena de Fuencarral intentaron llegar a un acuerdo, pero el exconsejero delegado decidió que el precio exigido era muy alto y dejó marchar a la gallina de los huevos de oro.
Ni la audiencia, ni los concursantes esperaban una cancelación así. "En esa etapa estuve tres meses sin ir a trabajar, tomándome el concurso como unas oposiciones. Estudiaba entre seis y siete horas al día, alternando descansos, porque si no la cabeza te explota. Estaba agotado", confesó Rafa un tiempo después de la suspensión.

El duelo Orestes Rafa culmina tras 196 programas juntos.
Tráfico de palabras
Hubo una época en la que el rosco de Pasapalabra fue más fácil, pero conseguir los segundos necesarios se hacía muy cuesta arriba. Hoy, el rosco es para empollones. El tiempo no suele ser el problema. Así, cuentan los opositores de Pasapalabra que existe un verdadero tráfico de términos. Cada concursante tiene los suyos y entre colegas comparten sus listas.
Rafa poseía una colección propia de 8.000 o 9.000 palabras. Con ellas y con las prestadas ha logrado el mayor bote de la historia del concurso. Una cifra tan escandalosa como 2.272.000 euros. Con la que también ha cortado las alas a Orestes, su eterno contrincante. Según las reglas del programa, cuando un concursante se lleva el bote, el otro es eliminado automáticamente.
Así las cosas, Orestes, el concursante más longevo de la historia de Pasapalabra, regresará a la Facultad de Filosofía de Pamplona con 215.400 euros (brutos) conseguidos en 359 programas y 15 roscos de 24 aciertos. Graduado en Filología su sueño es convertirse en docente. Rafa, el bimillonario, tendrá que repartir su trofeo con hacienda que ya saben, somos todos. Al vivir en Sevilla tributará un 47,5 % del premio, es decir, 1.101.920 euros menos. ¡Quién fuera Rafa! ¿A quien le amargaría un milloncejo largo de euros?