Incendios de Murcia, un caso de irregularidades conocidas pero consentidas

Los propietarios de los locales decidieron en su día dividirlos con pladur, pero no los compartimentaron con medidas de seguridad frente a incendios, es decir, dejaron a los dos establecimientos con medidas para la evacuación "nulas"

Vista aérea de las discotecas Golden, Teatre y La Fonda tras los incendios en Murcia.

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"Un caso de irregularidades conocidas pero consentidas". Así resume José Luis Gómez Calvo, experto en seguridad de actividades y eventos, los incendios en las discotecas Teatre y Fonda Milagros del domingo en Murcia, donde murieron al menos trece personas por la "ratonera" en que quedó convertida por sus "nulas" condiciones de evacuación.

Este experto, autor de un informe técnico sobre la tragedia del Madrid Arena, cuando una avalancha acabó con la vida de cinco chicas en una fiesta de Halloween hace casi once años, recuerda que las irregularidades en los dos locales van más allá de que ambos estuvieran abiertos aun careciendo de licencia. Y esas irregularidades -subraya en declaraciones a EFE- las conocían y consentían tanto el actual gobierno municipal del PP como el anterior socialista.

Porque ambos locales publicitaban sus actividades y, por lo que parece, quien tenía que inspeccionar y velar por el cumplimiento de las normativas "no lo hacía" y dejaba "campar por sus respetos" a los que las incumplían, recalca el experto. "Si falla el cumplimiento, no puede fallar la vigilancia del cumplimiento. Y en este caso ha fallado", lamenta Gómez.

Recuerda el experto que los propietarios de los locales decidieron en su día dividirlos con pladur, pero no los compartimentaron con medidas de seguridad frente a incendios, es decir, dejaron a los dos establecimientos con medidas para la evacuación "nulas".

La compartimentación de los locales a través del falso techo los convirtió en una "ratonera" para los clientes, sobre todo para los que se encontraban en el palco -donde se produjo el mayor número de muertos- porque no pudieron escapar del "laberinto" que conducía a la salida.

Gómez explica que, por supuesto, un incendio puede ocurrir por cualquier motivo (no está seguro de que las chispas del cañón de fuego frío no pudieran provocarlo), pero insiste en que no había "condiciones seguras de evacuación". "Y se consentía", apostilla.

Como tampoco una evaluación de riesgos para haber podido adoptar unas medidas de seguridad adecuadas a unos locales en los que la gente se divierte hasta altas horas de la madrugada. A todo ello se añade una decoración con guirnaldas y otro material "altamente inflamable".

En suma, Gómez aprecia una serie de irregularidades que también extiende a muchos locales de España: falta de licencia y escasas condiciones de seguridad, sobre todo en materia de evacuación de incendios.

Por todo ello, pide una revisión a fondo de los locales y, el caso de que se detecten este tipo de irregularidades, proceder a adoptar medidas "drásticas" como el precinto.

Sin necesidad de que el castigo llegue a ser la cárcel, Gómez apuesta por sanciones económicas duras, pero acompañadas de la prohibición durante un tiempo de abrir locales, como por ejemplo tres años.

Y es que, según señala el experto, para los empresarios que incumplen es menos oneroso pagar la sanción que no poder continuar con la actividad durante un tiempo.