Francisco Javier Almeida, acusado de matar al niño Álex, de nueve años, el 28 de octubre del 2021 en Lardero (La Rioja), ha asegurado este martes, al final de juicio, arrepentirse "de verdad" y se ha excusado en que le sobrevino una "fantasía" mientras le enseñaba un pájaro al menor. El día de los hechos, ha dicho, había bebido y bajó a la calle sin ninguna intención. Luego, le ofreció al niño ver su pájaro y, en casa, asegura que 'sólo' le pasó el pene por la cara. Después, cuando empezaron a oírse ruidos le cogió del cuello, pero sin ninguna intención de provocarle la muerte. "Lo siento, no era mi intención matarlo en ningún momento", ha asegurado, pidiendo perdón a la familia y a todos los que haya "hecho daño".
La Audiencia Provincial de Logroño ha celebrado la séptima y última sesión del juicio con tribunal popular contra Almeida, quien, cuando ocurrió el crimen de Álex en Lardero, se encontraba en libertad condicional por el asesinato y agresión sexual a una mujer en Logroño en 1998, por lo que fue condenado a 30 años de cárcel.
En el uso de su derecho a ejercer la última palabra en el juicio, el procesado ha asegurado que no fue algo "precalculado" y ha culpado a los medios de comunicación, que han "tergiversado e inventado" lo que se ha contado en la sala durante el juicio.
“Vi a Álex deambulando por el parque, le dije que si quería venir a mi casa para enseñarle un pájaro. Ni le obligué, ni le forcé, ni le agarré. El niño entró en el portal, y él solo subió deprisa por las escaleras”, ha subrayado en su relato.
"Ese día había bebido mucho, y la bebida no afecta a todos igual", según se ha justificado, y bajó al parque situado al lado de su casa a fumar, "no con un plan premeditado" de ir a buscar niños "con el fin que se ha expuesto en la sala".
Ha reconocido que, tras enseñarle a Álex el pájaro, empezó "a tener una cierta fantasía en ese momento", pero ha rechazado que le agrediera sexualmente.
"A ver, se está diciendo que si metí el pene que si no metí el pene, que si tal. Lo único que hice fue enseñarle el pene y pasárselo por la cara", ha dicho, negando que hubiera eyaculado en la boca de Álex como defiende el fiscal.
"Cuando empecé a oír ruidos (en el edificio), supe que el niño quería huir. Le agarré de la camiseta por detrás, que le dejó una marca, y le tapé la boca. Le sujeté sin apretar, no tenía ninguna intención de matarle. De repente, me doy cuenta de que ha perdido el conocimiento y salgo a pedir ayuda con el niño en brazos", ha explicado.
Después, ha proseguido, "con la cremallera bajada (del pantalón) y sin abrigo", bajó por la escaleras porque el ascensor estaba ocupado y cuando se encontró a un policía, le entregó al niño (ya sin vida, según los testigos), pero "en ningún momento" lo escondió.
En la vista, el fiscal, la acusación particular, por los padres de Álex, y la particular, por la asociación Clara Campoamor, han confirmado su petición de prisión permanente revisable por un delito de asesinato y de 15 años de prisión por otro de agresión sexual.
La defensa de Almeida ha pedido su libre absolución, y, de forma subsidiaria si es declarado culpable, que se tengan en cuenta las atenuantes de reparación del daño y de confesión.
Un depredador sin empatía
El fiscal ha recordado a los miembros del jurado que en el juicio se ha contado con los testimonios y los análisis realizados por los "mejores profesionales" de los laboratorios "más punteros", cuyos informes han alcanzado "un nivel de carga probatoria más que suficiente" para confirmar sus conclusiones.
"Es un hombre de extremada sangre fría. Estaba tranquilo cuando fue sorprendido por la policía en la escalera y ha seguido así todo el juicio. Se han mostrado fotos horribles, el padre de Álex se derrumbó, y una psicóloga lloró. ¿Le han visto algún gesto compungido, triste, alguna angustia o empatía hacia los padres?", ha preguntado al jurado.
Ha insistido en que "no tiene remordimientos, no le sale" y, para él, Almeida es "un depredador" que buscó como "presa" a un niño pequeño por ser un "objetivo fácil" y que "sabe perfectamente que hace daño, no tiene doble personalidad ni un problema mental: le satisface y voluntariamente lo hace", en relación con la agresión sexual; y, además, "no mató a Álex, le asesinó", porque hubo alevosía, al no tener el niño capacidad de defensa.
El abogado defensor ha dicho que no hay ninguna duda de que "el niño sube a la casa por su voluntad" y ha rechazado que su defendido tuviera "un plan preconcebido", porque no trató de esconder el cadáver y salió con el niño en brazos a buscar ayuda.
Por su parte, la abogada de la acusación particular y popular ejercida por la Asociación Clara Campoamor, Alicia Redondo, ha considerado tras escuchar la declaración de Almeida que "no deja de ser un ser repugnante que lo que ha hecho hoy es aumentar, un poco más, el dolor de esta familia y el sufrimiento que ha tenido".
"Se me ha revuelto el estómago", ha reconocido en declaraciones a los medios. En ese sentido, ha entendido que "las pruebas son totalmente evidentes" y "contundentes" y el propio Almeida "sabe que es culpable". "Esperaba que hablase, pero no que fuera tan sumamente repugnante y cínico", ha afirmado.
"A él le gusta hablar, también habló en el crimen de la inmobiliaria, es una manera más de poner de manifiesto lo depravado y repugnante que es", ha añadido considerando que ha sido una actitud "deliberada de aumentar el dolor de los padres".