PIB del 3,1%, Cataluña incluida
La primera evaluación oficial del crecimiento de la economía española el pasado año apunta hacia un 3,1% de crecimiento real, con un 0,7% de avance en el último trimestre. Hay ya muchos datos que permiten venturar que esta será la cifra final de crecimiento del PIB. El dato vuelve a confirmar que la economía española crece con solidez, incluso en medio de los avatares políticos que tuvieron por escenario la vida política española a partir del pasado primero de octubre en Cataluña, unos hechos que han mermado algo el pulso económico en una región que representa una quinta parte del PIB español.
Este impacto no ha sido evaluado con precisión de momento por ninguno de los analistas que se dedican a estudiar aspectos tan concretos de la vida económica, pero las opiniones son de momento muy dispares, desde los que afirman que el impacto catalán ha sido insignificante hasta los que defienden la idea de que la merma de ingresos turísticos, de la actividad hotelera, de las inversiones paralizadas en algunas actividades como la inmobiliaria, entre otros aspectos, han podido restar entre una y dos décimas al aumento del PIB en el conjunto del año o, por lo menos, en el último trimestre. De hecho, en el cuarto trimestre del año, el PIB aumentó un 0,7%, el incremento más bajo de los trimestres anteriores. Por lo tanto, parece altamente probable que el impacto de la cuestión catalana ha sido pequeño, pero real. El 3,1% de aumento del PIB en el conjunto del año incluye ya, por lo tanto, un efecto de merma cuya prolongación durante este año es toda una incógnita, a pesar de que la Eurozona se está adentrando en una de sus etapas más brillantes de crecimiento económico, lo que beneficiará adicionalmente a la economía española.
La posibilidad de que la economía española prolongue esta tasa de crecimiento del 3,1% anual durante los primeros trimestres de este año es en todo caso bastante incierta. El PIB lleva once trimestres aumentando por encima del 3% en tasa anual y el año 2017 ha sido el tercer año completo en el que el crecimiento del PIB ha sido también superior al 3%.
Esta racha alcista se puede ver sometida este año a diversas circunstancias que podrían contribuir a ponerle un cierto freno. No sólo es una amenaza el mantenimiento de la inestabilidad política en Cataluña, que ha podido tener escaso impacto en estos tres meses pasados pero que puede llegar a tenerlo si se prolonga en el tiempo. La convulsión empresarial que está viviendo esta región española es una circunstancia de impacto incierto pero posiblemente poco favorable.
Como elementos que también han de influir en el crecimiento real de la economía española en estos cuatro trimestres del año 2018 hay que reseñar la fortaleza del euro, nada buena para nuestra capacidad exportadora a pesar de que la mayor parte de las ventas del país se dirigen hacia la zona euro, o el cambio de la política monetaria, por la vía del endurecimiento, es decir, la salida de la zona de tipos de interés cero o negativo, que tanto han ayudado a soportar el elevado coste financiero de una economía tan endeudada como la española, tanto en el sector público como en el privado. El freno adicional que pueda derivarse del retraso en la aprobación de los Presupuestos del Estado para 2018 no debería tampoco descartarse como factor poco favorable para el futuro devenir económico del país.