El nuevo rumbo de Draghi
Las declaraciones del máximo responsable del BCE, Mario Draghi, han causado división de opiniones en los medios económicos. Draghi no ha dicho gran cosa pero le han estirado las interpretaciones al máximo provocando un efecto casi eufórico entre los profesionales del dinero y de la inversión. Sólo ha dicho que el BCE “acompañará la recuperación ajustando sus políticas”.
Como ya se está viendo y se ha divulgado ampliamente por numerosos expertos, la economía europea está funcionando algo mejor de lo que se esperaba a finales del pasado año aunque el ritmo de crecimiento no es para tirar cohetes. Pero si el BCE, que mantiene políticas monetarias expansivas (bajos tipos de interés, abundancia de liquidez) dice que ajustará estas políticas se entiende que puede impulsar un suave y gradual incremento de los tipos de interés al tiempo que deja de añadir liquidez a raudales.
Hay un aspecto que el BCE dice haber valorado de forma especial, el de la rotunda mejora de las expectativas políticas. La llegada de un reformista con amplia mayoría al poder en Francia ha sido un importante impulso al optimismo económico en la zona euro, sobre todo porque permite vislumbrar una creciente y estrecha colaboración entre franceses y alemanes, la alianza que debería ser el principal motor económico y político de la Eurozona. Los efectos beneficiosos de esta alianza parecen suficientes como para contrarrestar los temidos efectos negativos del Brexit, algo que también han sopesado los analistas económicos y los inversores durante estas últimas semanas. Los efectos de la salida de Gran Bretaña de la zona euro son vistos ahora, un año después de la votación británica, con menos dramatismo.
El cambio de rumbo en Francia, que no se vislumbraba a finales del pasado año cuando el populismo ultra de Le Pen amenazaba con provocar serias heridas a la zona euro, ha sido decisivo para cambiar a mejor las expectativas de la zona euro, mientras las posibilidades de que Angela Merkel alargue su mandato en Alemania con una nueva victoria electoral, no han hecho más que apoyar la mejoría de las expectativas económicas. Las declaraciones de Draghi estos días en la reunión de banqueros centrales europeos en Portugal se producen poco después de que el Instituto alemán IFO diese a conocer unos resultados de su sondeo mensual especialmente brillantes, con una mejora del clima empresarial en el país que juega el papel más destacado en la Eurozona.
En general, los riesgos políticos que se temían hace unos meses se han moderado sensiblemente y el temido movimiento populista parece contenido y acotado. En el plano político quizás quede por ver lo que sucede en Italia, uno de los países grandes de la UE en donde la estabilidad política interna está siempre en entredicho y en donde cabe esperar una próxima consulta electoral. Pero, con la salvedad italiana, la Eurozona ofrece a estas alturas del año 2017 un panorama mucho más tranquilizador, lo que explica la en buena medida la recuperación económica. Que el BCE vaya dejando a un lado, con el horizonte en el final de este año, las políticas de emergencia, entra dentro de las hipótesis más probables.