Alemania y el optimismo empresarial
Este lunes ha amanecido con aires de renovado optimismo en la economía de Alemania, el motor de Europa. La buena sensación que han dejado los resultados de la encuesta de clima empresarial realizado como cada mes por el IFO ha contagiado a los medios económicos de buena parte de Europa y a los mercados. La economía alemana crece más de lo esperado, el consumo está en alza considerable y las exportaciones van mejor de lo previsto. El estado de optimismo de los dirigentes empresariales germanos no había estado tan alto desde hace mucho tiempo, lo que es bueno no sólo para Alemania sino para el conjunto de la zona euro.
Este diagnóstico y las estadísticas que lo acompañan se apoya, cuando menos, en tres elementos. El primero, un euro debilitado que favorece la competitividad internacional. El segundo, un precio del petróleo en baja, lo que llena de esperanza a muchos sectores industriales. Y. como tercer elemento explicativo, el impacto muy favorecedor de la política monetaria de la zona euro, ya que los bajísimos tipos de interés apoyan la inversión y disminuyen el coste de la deuda, con el efecto favorable sobre la cuenta de resultados de las empresas, es decir, estimulando el incremento de los beneficios.
Estos tres impulsores del crecimiento de la economía europea están ejerciendo una indudable influencia sobre el ánimo de los sectores económicos y sobre el clima empresarial, pero no resultan en sí mismos una garantía de continuidad ya que pueden convertirse en estímulos pasajeros. Uno de ellos, la política monetaria, tiene casi escrita su fecha de caducidad, ya que posiblemente a finales de este año el Banco Central Europeo (BCE) empiece a aplicar medidas algo menos complacientes, una vez que el efecto positivo de la elevada liquidez ha demostrado que ha cumplido con eficacia su cometido. Otro tanto se puede decir del precio del petróleo, cuya volatilidad no debería dar motivos de engaño ni ser fuente de ilusiones fugaces, teniendo en cuenta además que una bajada abrupta de los precios del petróleo también puede ocasionar problemas colaterales.
La solidez en la que se deberá apoyar la economía europea para justificar el buen estado de ánimo de los empresarios, reflejado en la encuesta del IFO, se apoya no obstante en otros factores, como la capacidad competitiva en materia de costes fruto de una mayor eficiencia en la gestión empresarial además de la influencia decisiva que ejerce la mayor capacidad tecnológica de las empresas europeas.
Estos factores, de carácter más permanente y estructural, son los que aportan la credibilidad suficiente al crecimiento económico europeo en los últimos meses, más que factores de tipo pasajero, que pueden ofrecer signos rápidamente cambiantes y de orientación inesperada. El IFO muestra el resultado del estado de ánimo de los empresarios alemanes, pero los factores que están empujando a la economía en los últimos meses son de ámbito genérico y afectan a todas las economías de la Eurozona. La diferencia entre Alemania y el resto radica en factores más de fondo, de mayor grado y nivel de permanencia, como la tecnología, las redes de distribución a escala internacional, la buena imagen de producto y la notable capacidad organizativa, factores que no están tan extendidos entre el resto de las economías europeas.