El momento del empleo
Empiezan julio y el tercer trimestre del año con la publicación, como todos los inicios de mes, de los datos de paro. Los de mayo fueron estupendos, los de junio se esperan menos buenos, pero tras el registro de inscritos del Ministerio de Empleo quedamos a la espera de lo que salga de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, que se conocerá allá por los últimos días de julio, en la que debería consolidarse el primer trimestre con creación de empleo. Es lo que vaticinan algunos portavoces oficiales, señalando a estos indicadores como preludio de la salida de la crisis. España no podría permitirse otro año 2012, en el que se redujo el empleo en 850.500 personas, un 4,78%, con especial intensidad en el cuarto trimestre del año. El año 2013 no ha comenzado bien, con 322.000 empleados menos.
Hay esperanza de que el segundo trimestre ofrezca los primeros datos positivos en bastante tiempo en lo tocante al empleo. En el segundo trimestre del pasado año, el empleo cayó en apenas 15.000 personas, dato que se benefició, como suele suceder en estos meses, del, impacto positivo de la contratación turística, tanto en Semana Santa en algunos casos como sobre todo de cara al verano. Parece que el turismo extranjero está funcionando bien, aunque, todo hay que decirlo, la inestabilidad en algunos países áreas, como Egipto y Turquía, está favoreciendo el desvío de turistas internacionales hacia España. Tras los datos de caída del paro del mes de mayo cabe suponer, en suma, que el segundo trimestre haya sido positivo para la creación de empleo, lo que constituirá el primer alivio significativo para el mercado de trabajo español en mucho tiempo.
La eventual mejora de las cifras del mercado de trabajo se produce en unos momentos en los que la UE parece haber tomado cartas en el asunto del paro juvenil. Esta vez, según los analistas de las cuestiones europeas, parece que Bruselas cuenta con instrumentos adecuados para ir poniendo las bases de una estrategia de apoyo al empleo juvenil, en especial en los países de la periferia europea, principalmente España.
La estrategia europea de apoyo al empleo y a la financiación de las pequeñas y medianas empresas debería concretarse en los próximos días, en los que Rajoy va a participar en la firma de algunos acuerdos paneuropeos de mayor alcance. Los programas de inversión del Banco Europeo de Inversiones (BEI) pueden ser de importante utilidad en este sentido para el impulso de las obras públicas y las infraestructuras en la zona euro, en especial en algunos países como España, en los que la actividad de la obra pública ha ido reduciéndose casi a un valor testimonial.
Se dice que la Eurozona ha cambiado el sesgo de su política social, lo que no parece reflejar exactamente la realidad, ya que por delante Alemania se ha encargado de lanzar importantes exigencias en cuestiones clave como el saneamiento presupuestario, la reducción de los déficits públicos en especial de algunos países importantes como Italia, Francia y España y, sobre todo, el lanzamiento de una agenda reformista que en el caso de España estamos viendo cómo se ha acelerado en las últimas semanas, con aumentos de algunos tributos y compromisos firmes en aspectos importantes de la actividad económica, como lo que atañe al marco que regula la actividad de las pequeñas y medianas empresas. Sin estos pasos previos, la Eurozona habría abordado una salida de la crisis en falso.