El Congreso como el Hola
Millones de españoles pudieron verlo en directo y en todas las cadenas. ¿A qué viene ahora exigir velar el rostro del bebé que su impresentable madre está explotando en beneficio propio, utilizándolo descaradamente?
Es la primera vez que el rostro de una persona o personilla en el Congreso hubiera que velarlo, atendiendo la estricta protección de la Ley al Menor. Como si se tratara del hijo de una socialité, presentándolo en la portada del Hola.
Fue una desvergüenza que mamá utilizara a esa inocente criatura para que el jefe y el otro se pudieran fotografiar, como escribe mi querido Ramón Pérez Maura.
Tristeza daba ver cómo se lo pasaban de mano en mano, le acunaban, le hacían cucamonas, ajo, ajo, ante la complaciente mirada de mamá. Este niño que acaba de nacer, ya le están explotando, ya le están vendiendo, ya le están utilizando.
Cuando tenga uso de razón, puede que le pida responsabilidad a esa madre tan desnaturalizada que le ha utilizado contra toda la legislación vigente que exige, obliga a proteger a todos los menores de edad.
Sucedió en Estados Unidos. Un joven de una famosa, que había sido utilizado por su madre, cuando era un niño, para reportajes, sin su consentimiento of course, llevó a ésta a los tribunales, al cumplir la mayoría de edad, exigiéndole indemnización con carácter retroactivo. Y la madre fue condenada.
Cierto es que la Bescansa ha hecho lo que muchas socialités hacen en el Hola, exhibiendo a sus bebés recién nacidos, sin pixelar, a cambio de un buen dinero. Ni aún con la autorización de sus madres, se pueden exhibir a estos niños.
Lo que me ha indignado son los periódicos, las revistas que han pixelado el rostro del bebé cuando, durante horas, hemos visto su carita, unas veces acunado por mamá y otros por sus padrinos, en el peor sentido de la palabra, como parte inocente de las estrategias de comunicación, intentando demostrar que son muy humanos.
Ahora, eso sí, lo que no se vio es como le recogía la canguro ecuatoriana fuera del edificio para que no la vieran los periodistas.
¡Qué diferencia con Felipe González que, durante los catorce años de su mandato en La Moncloa nadie conoció el rostro de sus tres hijos! Incluso Zapatero lo intentó. Pero el Departamento de Comunicación de la Casa Blanca permitió conocer a las góticas que acudieron con sus padres a un encuentro con el presidente Obama.
El bebé y los comentarios de la vestimenta de los diputados, han convertido la apertura del Congreso en un número especial del Hola. Hasta las comentaristas de moda se ocuparon de ello.