Príncipe versus Rey
Los políticos y periodistas que, de un tiempo a esta parte, vienen apostado por el príncipe Felipe y la abdicación del Rey, flaco favor están haciendo a la monarquía española y a la figura del soberano. Lo peor es que don Felipe se está prestando a ello con la ayuda de su consorte, quien tanta influencia tiene en lo que hace y dice el Príncipe de Asturias.
No se puede olvidar el día que compareció por sorpresa ante los periodistas acreditados en La Zarzuela para comunicarles, of the record, que ya estaba preparado para reinar.
¿Qué había pasado para tal declaración? Es un secreto. Pero los graves problemas matrimoniales entre don Juan Carlos y doña Sofía, siempre han sido causa de enfrentamiento entre padre e hijo, agravado, sobre todo, desde su boda con Letizia.
Lo que no es de recibo ni aceptable es que el Rey y su heredero, en temas tan trascendentales como los emanados del art. 56 de la Constitución, según el cual el soberano es “símbolo de la unidad y permanencia de España”, no estén de acuerdo.
Porque, mientras don Juan Carlos afirmó el 18 de septiembre en una carta en internet que “lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras y ahondar heridas que amenazan nuestro modelo de convivencia”, su hijo y heredero se mostró sensible a la creación del estado catalán cuando subraya, en su visita a Alcañiz, Teruel, hace unos días, la importancia del diálogo y el consenso para la solución del problema catalán que, para él, no existe al parecer tal problema.
Como resultado de las gravísimas palabras, los dirigentes nacionalistas piensan que el problema es el Rey mientras apuestan por el Príncipe, quien ha reconocido que en Cataluña “no pasa nada”. Los nacionalistas, insensatos ellos, se olvidan que el Jefe del Estado español, incluida Cataluña, es Su Majestad don Juan Carlos I mientras don Felipe es tan solo el heredero de una monarquía sin monárquicos pero con millones de juancarlistas que, en modo alguno, serán felipistas mañana. Y después de esto… mucho menos.
¡Larga vida al Rey por el bien de la unidad de España!
¿Quién le está dando alas a Felipe para este enfrentamiento con su padre? La reina, ingenua ella, declaró que “ni el Rey está cansado ni el Príncipe impaciente”. A lo peor, esto último, va a ser que sí, señora.
El Príncipe, como hijo y ciudadano, debe respeto y obediencia al Rey y, como sucesor, le debe fidelidad, estando sujeto a la Constitución, según Antonio Torres del Moral, catedrático de Derecho Constitucional.
Umbral escribía, hace años ya, a propósito del Príncipe Felipe que tenía el don mágico del silencio mientras que a los tontos se les nota en seguida por el ruido. ¡Menudo ruido está haciendo, Alteza!