Dudas y confusión
El pasado día 5 de diciembre el “Wall Street Journal” transcribía una noticia, a mi entender importante, que apenas ha tenido difusión ni trascendencia. El titulo de la noticia era: “De Busher a la bomba” y en él se decía que a mediados del mes de octubre pasado se habían extraído más de 100 varillas de material combustible del reactor nuclear de la localidad de Busher en Irán con la finalidad de extraer de ellas, mediante un complicado proceso, plutonio. Expertos nucleares tanto norteamericanos como israelíes han mantenido siempre que la tecnología para extraer plutonio de varillas de combustible es un proceso excesivamente caro y desde luego lejos de la capacidad de los científicos iraníes. No opina lo mismo el citado diario quien aduce que a estas alturas Irán sí dispone de esa capacidad y que en estos momentos está en condiciones de construir bombas de plutonio sin la necesidad de un reactor nuclear como el que existe en la localidad iraní de Arak. De ser ciertas esas aseveraciones – algo no comprobado – Irán podría mediante este método extraer hasta 100 kg de plutonio cantidad suficiente para montar hasta 20 bombas nucleares tipo Nagasaki.
Cierto o no, la realidad es que nos encontramos con unas declaraciones, hechas el pasado día 10 de diciembre en Nueva Delhi, de Mostafa Dolatyar, cabeza del Instituto de estudios políticos e internacionales del ministerio de asuntos exteriores iraní así como jefe de la delegación que negocia con los EEUU en Lausanne la interrupción del enriquecimiento de uranio, en las que explicita que ya no tienen sentido las mismas toda vez que Irán ya ha conseguido su objetivo por otra vía. Hay que tener en cuenta que las palabras de Mostafa Dolatyar tienen el visto bueno de la oficina del líder supremo el Ayatollah Ali Khamenei y que éste es un mensaje a los EEUU y a Israel en el sentido de que el juego se ha terminado. De ser así, las negociaciones “secretas” que se desarrollan en Lausanne entre los EEUU e Irán desde el pasado día 1 de diciembre han llegado a un callejón sin salida y de ser cierta esta revelación no cabe duda ya que las negociaciones para detener el proceso de enriquecimiento de uranio y los intentos de cerrar la instalación subterránea de Fordo ya no tienen sentido.
Y lo que es peor. Nos encontraríamos con que la línea roja fijada por Netanyahu el pasado día 27 de septiembre en las NNUU habría sido traspasada.
El hecho de que la noticia del “Wall Street Journal” apenas haya tenido trascendencia y haya pasado desapercibida se puede deber a dos razones.
La primera a que no sea verdad, sino tan sólo una especulación e interpretación interesada de las palabras de Mostafa Dolatyar que continúa con el juego del gato y el ratón al que nos tienen acostumbrados los dirigentes iraníes.
Y la segunda, ciertamente preocupante, es que sí lo sea y que no interese de ninguna manera que se difunda este hecho por las repercusiones del mismo. También explicaría la reciente docilidad mostrada por Irán para la continuación de las negociaciones con el grupo 5+1.
Y mientras esto sucede, Obama retira de las aguas del mediterráneo oriental al Grupo de Ataque del “USS Eisenhower” y al Grupo Anfibio del “USS Iwojima” ante el enfado de las autoridades turcas. Se trata con seguridad de aliviar la tensión en la zona. Situación que es aprovechada por la flota rusa del mar negro para recalar en el puerto sirio de Tartus para, según unos, realizar obras menores y según otros para desembarcar suministros de armas para Al Assad.
Grave situación y encrucijada en la que se encuentra Israel, sumida, a la par que en un proceso electoral, en el dilema de mantener un peligroso equilibrio en demasiados frentes.
Sin duda de todo cuanto acontece tendremos noticias pronto pues es evidente que si hay algo que Israel no puede mostrar ahora es debilidad. Nunca la ha demostrado pero en estos momentos de cruce de crisis, en todo su espectro geográfico, si la manifestara la pagaría caro y es algo que no se puede permitir pues va en ello su supervivencia.