Cuando estamos durmiendo nuestra mente sigue activa. Soñar es un proceso mental involuntario en el que nuestro cerebro asimila información (imágenes, recuerdos, pensamientos...) en nuestra memoria. Si algo nos preocupa o nos ronda mucho por la cabeza nuestro subconsciente puede seguir en ellos durante el sueño. Nuestra mente crea una realidad virtual en la que dará solución a problemas o hasta será una vía de escape para evadirse de la realidad. Se suelen concentrar en la fase REM (Rapid Eye Movement) o lo que es lo mismo MOR (Movimientos Rápidos de los Ojos), y al despertarnos podemos recordar todo o parte del sueño, dependiendo también del tipo de sueño que hemos tenido.
Las pesadillas son sueños que nos producen miedo o terror y despiertan al afectado de la fase REM del sueño. Las pesadillas pueden ser recurrentes y repetitivas y hasta se pueden dar varias en la misma noche. Entre un 10% y un 50% de la población tenemos pesadillas y pasa lo mismo con los niños. Las pesadillas en niños suelen presentarse a partir de los 2 años, pero son más comunes en niños de 3 a 5 años. No se sabe cual es la causa concreta de por qué los niños tienen pesadillas, pero se le relaciona con el estrés y la ansiedad.
Si no lo prevenimos y/o no estamos preparados pueden aparecer conductas que dificulten un descanso normal, como miedos infantiles a dormirse, a la oscuridad, o negarse a ir a la cama o la necesidad de dormir con las luces encendidas.
Lo primero que debemos hacer los padres es estar atentos a lo que los niños vean en televisión, sobretodo antes de acostarse, porque esas imágenes son algo que pueden afectar al sueño y producir pesadillas. Y algo que no se suele decir, pero que también es importante, es que la habitación tenga buena temperatura, las pesadillas suelen ser más frecuentes cuando tenemos frío.
Hay que estar atentos de nuestros hijos, por si se despiertan en mitad de la noche con miedo, acudid enseguida, así sabrán que no tienen nada que temer porque sus padres están a su lado, tienen que sentirse protegidos. Y darles todo nuestro apoyo, ayuda y consuelo.
Aunque nos despierten en mitad de la noche con sus llantos, no nos tenemos que poner nerviosos, tienen que notar que estamos tranquilos, les tenemos que hablar con calma, estar con ellos y esperar a que se calmen y vuelvan a dormirse. Y siempre que lo deseen, es bueno hablar de las pesadillas y hacerles comprender que todo está bien. Para que los niños sean más abiertos en estos temas hay una buena técnica que es decirles la teoría de "si cuentas los sueños no se cumplen, así que si cuentas las pesadillas nunca se harán realidad", para que las compartan con nosotros y podamos darles nuestro apoyo.
Es aconsejable que no los despertéis, si solloza o habla mientras duerme. Es mejor esperar a que se despierte por si solo o vuelva a conciliar un sueño pacífico. Puede que el propio niño supere su pesadilla en el propio sueño. Para reforzar su autoconfianza podéis contarles que cuando uno sueña se puede ser lo que uno quiera y hasta se puede tener poderes, ser un superhéroe, etc. eso les ayudará a superar sus miedos. También se les puede contar lo que son los sueños y porque los tenemos. Todo estyo puede ayudar a tu hijo a dormir mejor.
Nadie está a favor de llevarlos a nuestra propia cama, ni que los padres se introduzcan en la suya, puede llevar a la confusión de que si no duerme con nosotros nunca van a estar seguros o que las pesadillas continuarán.
Si observáis que las pesadillas se repiten con frecuencia debéis consultarlo con el pediatra.
Foto | Pavel Losevsky
Las Pesadillas en niños

Las Pesadillas