Cómo motivar al niño para que se 'enganche' a la lectura

Los niños necesitan motivación para leer

Leyendo

Los niños necesitan motivación para leer

Aunque puede parecer complicado incentivar a los niños a leer por el aluvión de pantallas, maquinitas y juegos interactivos que les rodean y les llaman mucho la atención, no es tan complicado si los padres les enseñamos algunas pautas que les ayuden a motivarles la lectura. Los niños tienden a imitar lo que hacen los mayores, por lo que si ellos se acostumbran a verte con un libro en la mano leyendo y ven cómo disfrutas de ese rato de lectura, ellos acabarán dándole la importancia que tiene a ese hábito tan interesante que les estimula la imaginación.
Porque no hay nada como abrir un libro y que te enganche su historia, averiguar poco a poco que va a pasar, imaginarte las escenas, los paisajes y los personajes. Eso es precisamente lo que ellos deben conseguir para habituarse a leer, necesitan aprender a engancharse a un buen libro y con ello, a la lectura. Por ello me ha parecido interesante comentar algunos consejos que he leído y que tras la experiencia personal, me han parecido que podrían ser interesantes para conseguir precisamente eso, que a los niños les ‘guste’ leer.
No es la primera vez que os hablo de lectura, aunque en otras ocasiones hemos hablado de los beneficios de leer cuentos a los más pequeños de la casa. En este caso, no se tratará de los beneficios que aporta la lectura en el mundo infantil, sino de cómo conseguir que los niños se enganchen a la lectura, que es diferente. El primer paso que se debería dar, ya lo hemos explicado, es decir, los niños necesitan ver que en casa se lee. Los padres, los abuelos, los hermanos, todos deben participar en este hábito, de forma que el pequeño de la casa se dé cuenta que tener un libro en la mano es algo bueno, es divertido y es muy interesante.
El segundo de los consejos es que los niños tengan libros a mano. No puedes hacer que los niños amen la lectura si en casa no hay libros y si no tienen contacto con ellos. Además, hay lecturas para cada edad, por lo que puedes hacer que el niño tenga los de su edad a mano. Pero no hay que impedirles que lleguen a 'todos' los libros de la casa, ya sean viejos o nuevos, con imágenes o sin ellas. Si algo he aprendido de mi hija pequeña, es que es una imitadora innata y cuando viene al despacho, que es donde tenemos más libros, le gusta imitar que lee, pero también le gusta coger los libros, tocarlos, ordenarlos y hacer de bibliotecaria.
Eso me lleva al siguiente paso, la biblioteca. Reconozco que yo tengo muchos libros en casa y que si un libro me gusta, intento comprarlo, pero no hay mejor manera de incentivar a un niño pequeño a la lectura que llevarlo a la biblioteca, hacerle su propio carnet de biblioteca le dará al niño un valor especial. En este lugar tan especial se aprende a apreciar los libros, su olor, su textura y sus historias. Todo cuenta para que los niños aprendan el valor de un libro y aprendan lo que significa tener un libro en sus manos.
Por lo tanto, para que un niño aprenda a 'amar' la lectura, debe aprender a respetar un libro, debe saber cómo se hacen, como se escriben, porqué tienen tanto valor y porque gustan tanto. Una forma de conseguir que en casa se lea más son las rutinas. Si el niño es muy pequeño, desde chiquitines pueden tener cuentos de su edad, siempre a mano. Cuando ya empiecen a comprender algunas palabras leerles cuentos cada día, cuando son más mayores se pueden establecer rutinas donde se pueden dedicar algunos ratos del día a leer, pero eso sí, nunca hay que obligar a un niño a sentarse en un silla y a leer a la fuerza.
Ellos deben aprender a leer y a seguir la historia, el libro debe hipnotizarles libremente, porque el niño ha llegado a ese punto en que comprende lo que lee y se anima a seguir leyendo para ver qué pasa. Si se les obliga a leer, sin tener ganas, podemos caer en el error de conseguir el efecto contrario, es decir, que odien la lectura. Otra de las razones que pueden hacer que un niño odie la lectura es que se le regalen libros en lugar de juguetes. Es decir, los juguetes son necesarios para su desarrollo, los libros también. Unos no deben interponerse en el camino de los otros para evitar que el niño pueda coger manía al libro, ya que estamos buscando lo contrario.
Por otro lado, los padres pueden compartir la historia con el niño, de forma que el pequeño pueda comentar lo que pasa, desarrollar posibles finales, es incluso, podemos mirar de incentivar esa lectura consiguiendo personajes de ficción, ya sean dibujados o regalados, pero que animen al niño a engancharse a seguir leyendo. Para incentivar la lectura casi todo vale. ¿Qué otros consejos darías para conseguir que los niños se 'enganchen’ a la lectura?
Imagen | arrathoonlaa@att.net