La pandemia de COVID-19 ha llegado para quedarse y aunque no traiga síntomas demasiado graves, sí que puede afectar a los niños. El problema es que los niños también suelen tener laringitis, una enfermedad que es muy común en niños pequeños, de entre 6 meses y 6 años.
La enfermedad del COVID y la laringitis pueden tener síntomas parecidos, pero realmente no son iguales. Si quieres aprender a diferenciarlos de forma correcta, no te pierdas estos consejos para hacerlo.
¿Qué es la laringitis?
Antes de ver cómo diferenciarlo del coronavirus, hay que conocer la definición de laringitis. Su nombre lo indica muy claro, siendo una inflación de la laringe, la estructura situada en la parte inferior de la garganta y que contiene las cuerdas vocales.
También está causada por un virus, pero en este caso no es el coronavirus (salvo algunas excepciones que explicaremos más tarde), sino los virus Parainfluenzae e Influenzae. En raras ocasiones, podría aparecer una laringitis bacteriana, que suele ser una laringitis viral sobreinfectada provocada por múltiples bacterias.
Síntomas más comunes de la laringitis
El problema de esta enfermedad es que tiene síntomas muy parecidos al de otros cuadros respiratorios, incluyendo la COVID o la gripe. Los más comunes son los siguientes:
- Fiebre
- Tos metálica, similar al ladrido de perro
- Dolor de garganta
- Afonía
- Aparición del ruido estridor al respirar (que empeora cuando el niño se agita o llora)
- Dificultad respiratoria (sólo en casos graves)
Todos estos síntomas empeoran por la noche, así que hay que vigilarlo especialmente a la hora de dormir.
Diagnóstico
Diagnosticar una laringitis es sencillo para un profesional. Son capaces de distinguir fácilmente la tos metálica de la laringitis y la que aparece en otros cuadros respiratorios. Además, también son capaces de identificar el estridor y detectar si empeora cuando el niño está agitado.
De este modo, hay que llevarlo al médico en cuanto haya síntomas. Acude cuando el estridor aparezca incluso cuando está tranquilo, si notas que le cuesta tragar o si le cambia el color de la piel de los labios. Otros síntomas de alerta con la somnolencia, los problemas para hablar y la dificultad respiratoria, la cual se ve cuando se le hunde el pecho.
Otra herramienta de diagnóstico que se suele usar es el pulsioxímetro, un aparato especialmente pensado para ver la oxigenación del niño. Si se trata de algún caso grave con complicaciones o infecciones sobreañadidas, existe la opción de hacer una radiografía de tórax.
Tratamiento
Para tratar la laringitis en niños, hay que acudir al médico y no automedicar. Algunas personas cometen el grave error de dar antibióticos, algo que no funciona, ya que son infecciones que casi siempre son víricas.
Los médicos suelen dar un tratamiento con antitérmico para la fiebre, cuya dosis depende del peso del niño. Si el caso es más grave, se administran corticoides por vía oral y medicamentos nebulizados. Finalmente, en los casos más severos, se opta por la hospitalización y la oxigenoterapia.
Además de los consejos del médico, hay algunas cosas que podemos hacer por él de forma adicional para mejorar los síntomas:
- Mejor sentado que tumbado: si al niño le cuesta respirar, es mejor que se coloque en una posición sentado. De este modo, conseguirá respirar un poco mejor que si se tumba.
- Transmite tranquilidad: el estridor y las molestias aumentan cuando el niño se estresa o llora, así que trata de transmitirle la máxima tranquilidad posible.
- Humedad y aire frío: en estos casos, la humedad y el aire frío ayudan a que los síntomas mejoren. Puedes abrir la ventana, ir a dar un paseo con él al aire libre o incluso colocar un humidificador para el ambiente.
Cómo distinguir la laringitis del COVID-19
Después de explicar todo lo que la laringitis, es hora de aprender a distinguirlo del coronavirus. La COVID en niños suele ser una enfermedad leve, con síntomas como la tos, ligera fiebre y mocos, incluso siendo en muchos casos totalmente asintomática e indetectable.
Por lo general, la laringitis provoca una tos más metálica que la del coronavirus, así que es fácil de distinguir. Eso sí, en raras ocasiones, el propio COVID-19 podría producir una laringitis.
De este modo, la única forma totalmente eficaz de distinguirlo es acudiendo a hacerse un test PCR o test de antígenos.