En el Día del Niño, merece la pena hablar de la importancia que tiene el juego en el desarrollo de los más pequeños. A diferencia de lo que piensan muchos adultos, jugar no es una pérdida de tiempo. Se trata de un método de aprendizaje que permite a los más pequeños aprender en un ambiente lúdico y relajado, en el que realmente se sienten a gusto. Los psicólogos infantiles aseguran que hay estudios que demuestran que todo lo que los niños aprenden jugando lo comprenden, retienen y reproducen mucho mejor.
Jugar les ayuda a fomentar la creatividad y a desarrollar nuevas habilidades. Es muy común que los niños copien a los adultos, lo que les sirve para mejorar la confianza que tienen en sí mismos. Son ellos quienes lideran el juego y, por lo tanto, tienen la capacidad de decidir qué hacer en cada momento.
A esto hay que sumar que el juego es un medio de socialización muy interesante para los más pequeños. Mediante las relaciones con los adultos y con otros niños, es como aprenden a conocerse a sí mismos y a construir su representación en el mundo.
No hay que olvidar que en el juego los niños disfrutan de nuevas experiencias, en las que cometen tanto aciertos como errores. Pueden aplicar los conocimientos que adquieren, y aprenden a resolver problemas. El juego estimula el desarrollo de capacidades tan importantes durante todas las etapas de la vida como la creatividad y la capacidad de atención, concentración y pensamiento.
Los mejores juegos para los niños en casa
Los adultos somos el mejor ejemplo a seguir para los niños, de forma que para que se diviertan podemos organizar algunos juegos en casa. Está muy bien que los más pequeños jueguen ellos solos de vez en cuando para que exploren por sí mismos todos los recursos que tienen a su alcance, pero también es interesante que organicemos actividades en familia.
Si a nuestros hijos les gustan las manualidades, esta es una actividad estupenda si tienen más de 18 meses. Sobre una cartulina de color, realizamos un dibujo cualquier, por ejemplo de una casa o de un coche. Luego, cortamos un folio en pequeños trozos y hacemos varias bolas con ellos. La idea es que los niños rellenen el dibujo pegando los trozos de papel hasta completar la figura. Por supuesto, debemos vigilarles en todo momento para que no se lleven el pegamento a la boca.
El palo de lluvia es uno de los juegos más divertidos para los más pequeños. Podemos utilizar el tubo de cartón del papel de hornear. Cerramos uno de los extremos con cinta y después introducimos por el extremo contrario pasta seca. Luego, cerramos el otro extremo, y así, cuando giremos hacia un extremo y al otro, los más pequeños piensan que se trata del sonido de la lluvia.
Sin lugar a dudas, los títeres con calcetines son uno de los mejores juegos para entretener a los niños en casa. Necesitamos calcetines de colores, varios hilos de lana, botones, aguja e hilo. Los materiales son muy sencillos. Cosemos los trozos de lana a los calcetines para hacer el pelo de los títeres, y con los botones diseñamos los ojos. La boca la pintamos con cualquier rotulador. Una vez decorados, introducimos la mano en el calcetín y les contamos una historia a los más pequeños.
Para realizar este juego necesitamos un poco de pasta sin cocer y unos platos hondos. El objetivo es de lo más sencillo: pasar la pasta de un plato a otro, ya sea con las manos o con una cuchara. Aunque parezca demasiado simple, lo cierto es que a los niños les encanta y, además, les ayuda a estimular la coordinación de sus ojos y sus manos.
Y, por último, las guirnaldas de papel. Podemos preparar tiras de papel de colores y hacer junto a los más pequeños anillas de papel. Luego, unimos cada una de las anillas con pegamento. Cuando más larga y colorida sea la guirnalda, más divertida será la actividad. Podemos colorear antes de comenzar a pegarla.
Estos son los mejores juegos para los más pequeños en el Día del Niño. Todos podemos hacerlos en casa de manera muy sencilla y rápida.