Si te gusta comer, ¡dibuja!
Comer, cocinar, descubrir sitios nuevos, estar al tanto de las últimas tendencias culinarias, sacarle partido a un plato incluso a oscuras y con la cámara de una blackberry. A su manera, la vida de un foodie –o de un comidista, si optamos por su traducción española– es bastante creativa.
Sin embargo, hasta ahora, a nadie se le había ocurrido poner a los apasionados de la comida a dibujar. Hasta ahora.
‘Garabatos para foodies’ es un cuaderno de actividades creativas recién publicado en España por Lunwerg y dirigido a las personas que adoran la comida. Esas personas que tienen "más utensilios que pares de zapatos" y para las cuales "la repostería es la mejor terapia" (ver el hilarante apartado ‘20 cosas que te delatan como foodie’).
La autora de esta joyita es la dibujante, escritora e ilustradora inglesa Gemma Correll, autora de otros tres cuadernillos de la misma serie dedicados respectivamente a los locos de los gatos, de los perros y de la moda.
El objetivo de estos cuadernos es estimular la creatividad y la imaginación del lector, utilizando este o aquel interés como pívot pero estirándolo mucho más allá de sus actuales confines.
Las páginas de ‘Garabatos para foodies’ están llenas de ilustraciones bonitas (que no cucas), de curiosidades y de guiños a algún que otro tic de los comidistas de verdad (como por ejemplo “menospreciar a la gente que no prepara su salsa casera” o a la que no pronuncia correctamente el nombre de algún alimento).
Pero sobre todo proporcionan al hambriento lector 50 divertidas actividades que mezclan lápices, bolígrafos y rotuladores con helados, tartas, pizzas y dim sum.
Y como los foodies somos monotemáticos pero a nuestra manera polifacéticos, no se nos pone sólo a dibujar un queso, la pizza ideal o una piña superpunki, sino que también ponen a prueba nuestros conocimientos sobre los utensilios, los personajes culinarios, las técnicas de cocción de un huevo y la jerga foodie.
El único problema es encontrar el tiempo de ponernos a ello, después de habernos pasado el día pensando en la comida. ¿Tendremos al final de la jornada todavía un poquito de hambre como para seguir ejercitándonos con tanta pizza y tanto cupcake? No sé vosotros, pero yo creo que sí. Cuando se habla de comida en todas sus acepciones, el aguante de un foodie es infinito.
Imágenes: algunas páginas de 'Garabatos para foodies' de Gemma Correll publicado por Lunwerg.