Si Amazon te trae la compra a casa
Hubo un tiempo no muy lejano en el que teníamos que ir al supermercado para hacer la compra. O como mucho la encargábamos por teléfono, a alguna tienda del barrio gestionada por gente de confianza. Luego llegó Internet y lo cambió todo, incluido algo tan íntimo y a la vez social como comprar comida.
Me gusta hacer la compra. Depende mucho de la tienda, claro –la carne y el pescado me aburren más, pero en las grandes superficies o las pequeñas tiendas gourmet me pasaría horas y horas– pero en general me gusta. Mirar, escoger, preguntar.
Sin embargo (o quizá justo porque disfruto haciendo la compra), muchas veces recurro a Internet, pues la cosa tiene sus lados positivos. Puedes hacer la compra a las once de la noche, la selección de productos suele ser más amplia, visualizas mejor las ofertas, no haces colas, no vuelves a casa cargado de bolsas. Por no hablar de esa experiencia maravillosa de mudarte a un piso nuevo y que la compra llegue al mismo tiempo que tú y tus muebles.
Pero justo cuando creías que eras la más moderna de tu casa, llega un gigante (EL gigante) de la venta online y mueve el límite de las experiencias futuribles y comestibles todavía más allá.
Sí, queridos, Amazon ya tiene su propio supermercado en España. Rigurosamente virtual, el super de Amazon no vende, de momento, productos frescos, como pasa en Estados Unidos, pero sí galletas, mermeladas, aceitunas y demás.
Le he echado un vistazo y por ahora puedo decir que los precios a veces me parecen un poquito altos, pero la oferta, aunque no sea muy amplia, tiene pinta de que lo será.
Botes de Nutella que no he visto en ninguna otra tienda, productos de repostería de importación, cajas de 64 minimermeladas. La cuestión no es qué hago yo con cada una de esas cosas, sino la amplitud potencialmente infinita de una compra en Amazon.
Amazon es red en estado puro, puedes encontrar de todo. Si no está en España, llegará de Inglaterra, Francia o Argentina. No digo que esto no lo pueda hacer un supermercado tradicional, pero quizá no con la misma rapidez y desde luego no en la misma cantidad. En perspectiva, el super de Amazon es lo más parecido que hay a un supermercado global.
Comprar comida de repente se desvincula del supermercado de toda la vida o de esta o aquella marca, para convertirse en una actividad cotidiana concreta que lidia con el infinito. Una actividad que hasta unos compañeros de piso desastre o unas tías hipotecnológicas podrían encontrar divertida. Para los que siempre lo hemos pasado bien haciendo la compra, simplemente es una buena noticia. ¡Bienvenidos al futuro!