Zelenski, un recaudador muy eficaz

El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, en su llegada a Francia.

EFEEl presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, en su llegada a Francia.

Cuando salió elegido presidente de Ucrania hace ahora cuatro años (el mandato es por cinco años) el cómico/actor/productor de televisión, Volodimir Zelenski, pocos daban un duro por su proyección y por su eficacia. Nadie le otorgaba relevancia internacional, más bien un triunfo fruto del malestar general y el fracaso de los otros candidatos; un nuevo paso de Ucrania hacia el vacío. Cuatro años después, con una guerra y el influjo de Putin por medio, Zelenski es un líder internacional respetado, recibido y reconocido en todo el mundo. El presidente ucraniano, con su personal apariencia de persona en sufriente estado de guerra, decide con qué líder mundial quiere entrevistarse y qué capital desea visitar.

Esta última semana con medios de transporte propios y ajenos (por ejemplo, franceses) ha completado un influyente periplo por los centros de poder europeos, la Liga Árabe y el G7. De París a Hiroshima pasando por las escalas intermedias que ha programado. Nadie le niega honores, atención y avituallamiento bélico. Ha sido una gira para recaudar y para convencer, para consolidar alianzas y debilitar la oposición de los prorrusos.

Zelenski puede no conseguir todos sus objetivos a la primera, pero paso a paso consolida su plan recaudador y los aliados van cediendo a la entrega de armas, de tanques, de misiles y, ahora, de aviones de combate con creciente convicción.

Putin va de decepción en decepción. El plan A era que cuando los tanques rusos entraran en Kiev Zelenski saldría de inmediato. Un paseo militar como en Praga o Budapest décadas atrás. No ocurrió. El plan B era un conflicto más largo hasta el agotamiento de los ucranianos resistentes sin apoyo externo más allá de las declaraciones diplomáticas y algunas sanciones fáciles de burlar como venía ocurriendo desde 2015. Tampoco ocurrió. El apoyo norteamericano, de los países hermanos del este y de los europeos de la Unión Europea no ha cesado desde el primer minuto y va a más a medida que pasa el tiempo.

Zelenski se va acreditando como un duro resistente, un líder sólido y un excelente negociador a la hora de recaudar recursos, especialmente armas cada vez más eficientes. Las tropas rusas se ven abocadas ahora a confrontar con un armamento superior y su ventaja demográfica, más y más soldados, apenas rinde fruto militar. Los rusos tratan de resistir, temen la ofensiva ucraniana que les irá obligando a retirarse y a perder territorio; intentan ganar tiempo para agotar las reservas del enemigo y, sobre todo, debilitar a los aliados. Pero tras la gira diplomática de Zelenski por medio mundo ocurre lo contrario: los aliados mantienen y refuerzan el apoyo y los distantes reducen la equidistancia para reclamar acuerdos de paz que paren la guerra sin entrar en detalles sobre las condiciones.

Cuantos reclamaban a Zelenski que se aviniera a las exigencias rusas para imponer la paz incluida la entrega de un cuarto de Ucrania y la neutralización y so metimiento del resto, se van quedando en silencio con mensajes pacifistas que no pasan de una estéril retórica. Nadie sabe como acabará el conflicto, ni cuanto tardará la paz, pero lo evidente es que los escenarios deseados por Putin se van esfumando con el paso de las estaciones. El pez grande no se come al chico.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando González Urbaneja

Nacido en Burgos en 1950, licenciado en Ciencias Políticas y titulado en Periodismo.

Desde 1999 hasta el año 2006 profesor asociado del departamento de Historia Económica en la Universidad Carlos III.

En la actualidad es colaborador habitual de los diarios ABC y otras publicaciones. Desde noviembre de 2003 a diciembre de 2011 preside la Asociación de la Prensa de Madrid y desde abril del 2004 hasta septiembre de 2008 Presidente de la Federación de Periodistas de España (FAPE).

Autor de los libros “Rumasa” (Planeta, 1983); “Banca y poder, la pasión por ser banquero” (Espasa Calpe, 1993); “Ética en la empresa informativa” en “Ética y empresa, visión multidisciplinar”, (Fundación Argentaria-Visor, 1997).

El Gobierno le designó en mayo de 2004 como miembro del comité de expertos para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado.

Actualmente es Decano del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad Antonio de Nebrija.