Ya en casa

Ya en casa

Pixabayuvas

Huele el aire a vino

Cae desde la parra con las uvas, en su justo envero, diciendo con su olor que, un día más, y será tarde para la vendimia.

Suelo decir que tendría que ser siempre abril, pero hoy lo cambiaría por septiembre, por este septiembre lleno de frutos cayendo del cielo entre las ramas, haciendo un sonido cuyo nombre desconozco pero que reconozco perfectamente: el caer de un hayuco, de una castaña o de una naranja. Suelo estar sola cuando la gravedad atrae con más fuerza que la rama y además en silencio, en este maravilloso silencio de septiembre que parece preceder a todas las tormentas que vendrán. Y en esta calmería inusual, tan extraña que hasta te llama la atención por el aire tan detenido, suena el chasquido de una rama, que recuerda al de un cándalo seco, despidiéndose del fruto con todas las hojas a su paso hasta el suelo.

Es una bobada, pero a mí me fascinan estos sonidos.

Tengo la impresión, en la soledad de mi jardín que es ya un bosque, de estar asistiendo a algo importante.

Sé que incluso para los botánicos, este hecho de la caída de los frutos tiene un nombre: barocoria; pero no conozco ningún nombre para el sonido que hacen, primero entre las ramas, y luego en el suelo, llamando a las puertas de la tierra, toc toc, para solicitar, en algún rinconcito disponible, por favor poder germinar.

Todo el mundo suele imaginar, o al menos así nos lo contaron, un principio de la vida muy estruendoso, entre rayos y truenos. Sin embargo yo lo imagino silencioso, con sonidos muy sutiles, como el rodar de una canica por las losetas de un pasillo hasta alcanzar el “gua”.

La firma del azar no sólo es invisible.

También es sigilosa.

No sabemos qué, o quién, la traza.

Pero todo es azar.

Un azar imparable y callado.

Aunque hasta las uvas nos susurren que están maduras cuando, de noche, recién llegada ayer de mi último viaje, pudiera oler el intenso olor a vino al pasar bajo la parra.

Ya en casa.

Donde nada se detiene aunque me marche.

Sobre el autor de esta publicación

Mónica Fernández-Aceytuno

Nace el 4 de mayo de 1961 en Villa Cisneros (Sáhara Español).

Licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid se dedica desde 1991 a la divulgación de la Naturaleza en la prensa por lo que obtiene en el año 2003 el Premio Nacional de Medio Ambiente “Félix Rodríguez de la Fuente de Conservación de la Naturaleza” por su labor de difusión, y en el año 2007 el Premio Literario Jaime de Foxá.

El dos de octubre de 2008, se le entrega la Medalla de Honor del Colegio de Ingenieros de Montes al Mérito Profesional por su actividad en la prensa y en Internet.

Es columnista de ABC desde 1997, y colabora asiduamente en el suplemento NATURAL de ABC.

En 2007 funda el portal de la Naturaleza www.aceytuno.com, del cual es editora.