La incipiente crisis financiera internacional se puede convertir en un nuevo y serio problema electoral para Pedro Sánchez si el deterioro financiero no cesa de crecer tras los problemas de Deutsche Bank y se extiende a otros países europeos.
No en vano una gran mayoría de ciudadanos, temerosos de este tornado financiero, creerán y con razón que el PP puede gestionar mejor la crisis que el hoy debilitado gobierno de Sánchez, habitado por los comunistas de UP y apoyado por los nacionalistas separatistas. Un Gobierno desde el que se ha atacado recientemente a los banqueros y grandes empresarios, dañando la estabilidad económica y la seguridad jurídica del país.
En el PP consideran que la imagen del presidente Sánchez ha sufrido en los últimos meses un severo desgaste (código penal, presos de ETA y Ley del sí es sí, entre otras cosas). Y que ello, y a pesar de las encuestas del CIS, se apreciará en los resultados electorales municipales del próximo día 28 de mayo en votos y concejales.
Y puede que también en algunas de las autonomías que gobierna el PSOE (Aragón, Valencia, Baleares, La Rioja, Castilla La Mancha y Extremadura). Sobre todo una vez que la gran mayoría de las encuestas independientes muestran, en sus ‘tripas’ demoscópicas, que en las 26 provincias que tienen 5 o menos diputados el PP podría ganar con facilidad al PSOE sobre todo en las elecciones generales de diciembre.
Lo que el PSOE solo podría compensar en caso de que Unidas Podemos (o Podemos y Sumar) renuncien a presentar en las elecciones generales del mes de diciembre candidaturas en las 30 provincias donde la extrema izquierda nunca ha obtenido, ni logrará, un escaño. Para que, de semejante manera, todos los votantes de la izquierda radical se sumen y apoyen en esas 30 provincias a los candidatos del PSOE.
Ademas, tenemos el caso emblemático de la Comunidad de Madrid donde Isabel Ayuso quiere emular el excelente resultado de Juanma Moreno en Andalucía y lograr la mayoría absoluta de los 69 escaños. Sabiendo que, en las pasadas elecciones madrileñas de 2021 a Isabel Ayuso, sólo le faltaron 4 escaños para la mayoría absoluta después del hundimiento de Cs (que pasó de 26 diputados madrileños a 0).
Pero, a pesar del hundimiento, en esos comicios de 2021 Cs logró 130.000 votos que, está vez y en buena medida, Ayuso espera incorporar al PP con algunos miles de votos más de Vox. Y precisamente para ello y en busca de la mayoría absoluta Ayuso rompió su relación con la líder de Vox en Madrid, Rocio Monasterio.
Asimismo, en los comicios del 28-M estarán en juego cuatro importantes alcaldías como son las de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. En esta última el PP de Juanma Moreno tiene muchas posibilidades de ganar. En Madrid, ante el hundimiento de Cs, falta por ver si Almeida es capaz de incorporar a sus resultados los 11 concejales que en 2019 logró Villacís. Mientras que en Barcelona y Valencia con nacionalistas de por medio los resultados son por ahora impredecibles.
No obstante en el PP de Feijóo actualmente impera el optimismo y una cierta euforia. Pero si sus pronósticos no se cumplen como ellos esperan y Sánchez resiste el 28-M el embate electoral del PP entonces que se cuide Feijóo.
Porque si Ayuso logra mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid y Feijóo resbala nadie debe descartar que Ayuso pretenda -de cara a las elecciones generales del mes de diciembre- asumir desde la presidencia de La Puerta del Sol el cartel electoral y nacional del PP frente a Pedro Sánchez. Lo que sin duda es una ambición y aspiración que la madrileña nunca ha dejado de contemplar. Y precisamente para eso ella traicionó a Casado y lo ‘apuñaló’.