Empecemos insistiendo en la condena de Rusia por su guerra de agresión en Ucrania. No porque sea políticamente correcto, sino porque es una incontrovertible verdad. Y añadamos que se entiende muy bien la danza de la OTAN y de la Unión Europea en el alambre para ayudar a Ucrania hasta la línea roja tras la que acecha el peligro de una III y Última Guerra Mundial. Sanciones económicas a granel, pero material bélico con cuidado. Rusia se ha anexionado varias regiones ucranianas que ahora defenderá como parte inseparable de la Madre Patria. Putin no se recató en aludir a una escalada atómica como último recurso frente al enemigo. Nadie sabe cuál sería la respuesta del Kremlin al suministro de modernísimo armamento ofensivo por parte, principalmente, de EEUU y Alemania. Nos jugamos mucho.
Lo dicho no significa, sin embargo, que todo valga en nuestra política informativa y me refiero particularmente a España. La Ucrania agredida por Rusia no era precisamente un país modélico desde el punto de vista democrático. Tampoco era un ejemplo en lo que atañe a la corrupción. Por esas razones ni era miembro de la OTAN y la Unión Europea ni siquiera se encontraba en una prometedora lista de espera. Pese a ello, se nos presenta en los medios de comunicación, además de como víctima del expansionismo ruso, que lo es, como un ramillete de virtudes colectivas sin mezcla de tacha alguna. Véase la reproducción de las declaraciones diarias del Presidente ucraniano. Sólo falta una apostilla semejante a la que cierra la lectura del evangelio en la Santa Misa: “Palabra de Zelenski”.
Putin se equivocó en su ofensiva sobre Kiev, donde esperaba ser recibido como un libertador, y decidió retirarse hasta la no muy lejana frontera ruso-ucraniana para asegurarse, a cambio, las regiones que deseaba anexionarse en el Este. Nosotros hablamos de contraofensiva y de reconquista. Y hay otros ejemplos. No se prodiga en España la habitual coletilla con que en otros países se advierte de que la información, generalmente de Kiev, no pudo ser confirmada por otras vías. Los rusos aseguraron hace unos días haber conquistado Soledar, mientras que los ucranianos lo negaban. Nosotros optamos por cambiar de tema. Sólo indirectamente, al haberse trasladado los combates a Bagmut, nos vamos haciendo a la idea de que eran los rusos quienes decían la verdad.
Estos últimos cinco o seis días han aparecido en la prensa extranjera un par de interesantes noticias que no han tenido mucho eco en España (escribo el domingo 22 de enero). La primera es que Oleksii Réznikov, Ministro de Defensa de Ucrania, dará explicaciones en el Parlamento por la compra de alimentos a precios que triplican los del mercado. Y la segunda es que Vasyl Lozynkiy, Viceministro para el Desarrollo en el Ministerio del Interior, ha sido detenido y su casa registrada por un cohecho de cuatrocientos mil euros. Son noticias del periódico de internet Ukrainska Pravda. Claro que también puede ocurrir que se haya entrado en eso tan optimista de tolerancia cero. Así sea.