Ahora que nos acercamos, por fin, al cierre de la campaña electoral parece haber llegado el momento de los zombis de la política que vienen a socorrer a sus candidatos y partidos, aunque alguno de ellos como Aznar ya lleva un tiempo dando la matraca en los mítines del PP para frenar a Vox.
Y lo hace Aznar junto a su lideresa preferida Isabel Ayuso, de la que tiene el más alto concepto. Convencido como parece Aznar de que Isabel será, y no Yolanda Díaz, la primera mujer que presida el Gobierno de España, si un día los españoles pierden el sentido común y el contacto con la realidad.
Porque una cosa es jugar con el oso y el madroño en la Puerta del Sol y otra muy distinta gobernar España. Pero Aznar sigue empeñado en tener razón y busca su particular revancha mientras se niega a reconocer los errores que, premeditadamente, cometió en su aciaga despedida del poder, plagada de mentiras sobre Irak y el 11-M, y acompañada en su cortejo fúnebre por un destacado elenco de corrupción.
Una despedida de Aznar que ahora recuerda Zapatero. Otro zombi de la anti España que le abrió a Cataluña la puerta de la autodeterminación con su ‘aprobaré en Madrid lo que acuerde el parlamento catalán’ y con su infame declaración de ‘la nación española discutida y discutible’. Lo que acabó en un nuevo Estatuto que resultó inconstitucional y nos llevó al fallido golpe de Estado catalán de 2017.
Y por ahí va ZP pidiendo, como en 2004, ‘movilización contra el engaño y la desfachatez’ de Aznar y Ayuso. Pero sin decir ZP ni pío sobre los ‘engaños’ de Sánchez y la ‘desfachatez’ de Otegui. Que son de ahora y no de hace 20 años como lo de Aznar.
Aunque el más divertido de los zombis que han reaparecido en el cierre de la campaña electoral es Pablo Iglesias. El que actuará en Valencia y en Madrid para ver si Podemos logra el 5 % de los votos en ambas plazas y evita, así, el quedar excluidos de las Cortes valencianas y de la Asamblea de Madrid.
Aunque esta vez Iglesias no hablara de ‘¡alerta fascista!’ como hizo en 2021 con un impostado dramatismo que resultó un fiasco y lo obligó a dimitir de todos sus cargos políticos. Esta vez Iglesias habla ‘de golpe de Estado’ de la derecha a la que acusa de querer ilegalizar Bildu y Podemos.
Y aprovechando que el Manzanares pasa por Madrid, Iglesias no le ahorrará algún que otro varapalo a Yolanda Díaz. La que fue ‘la niña de sus ojos’ y a la que ahora no puede ni ver. Y a la que culpará el 29-M del ya esperado fracaso de Podemos que puede ser grande, pequeño o regular.