Después de El brazo tonto de la ley, Misión en Marbella, El protector, Lethal crisis y Operación Eurovegas llega En busca del gayumbo perdido, sexta entrega cinematográfica de la saga Torrente.
En esta ocasión el vodevil está interpretado no por su genial creador, Santiago Segura, sino por Juan Bernardo Fuentes Curbelo, más conocido en el mundo de los negocios, que no de la política, como Tito Berni.
Este diputado del PSOE por Canarias hasta que estalló el escándalo ‘Mediador’ es un hombre de principios sobrecogedores, recursos variopintos y cierta capacidad interpretativa -da bien a la cámara especialmente cuando posa en ropa interior, lo cual no siempre es fácil- que guarda además un cierto parecido con el actor principal de las cinco historias anteriores.
Como en aquellas, En busca del gayumbo perdido nos introduce en un sórdido y caricaturesco mundo, entre cutre, rijoso y grotesco, de corrupción, descojono y estupidez que en esta ocasión nos trae y nos lleva, haciéndonos reír y llorar, aunque más lo primero que lo segundo, por los despachos del Congreso de los Diputados de la Carrera de San Jerónimo, por los restaurantes más horteras de Madrid y por los prostíbulos más respetables de la capital.
Llegados hasta aquí es necesario advertir que Tito Berni -que fue obligado a dejar su acta de diputado y expulsado rápidamente del PSOE- nos ha dado su palabra de honor de que desconocía absolutamente la profesión de las mujeres con las que intimaba: “No sabía que eran prostitutas. A mí me presentaron unas amigas y yo soy una persona muy afectiva”.
Golfos a espuertas, políticos sin escrúpulos, empresarios ambiciosos, intermediarios a comisión, además de putas (o amigas, como nos contaba el Tito), comilonas, rayas de coca, fajos de 1.000 euros en billetes de 200 y 50 euros y un general de la Guardia Civil se reparten la pantalla en esta nueva torrentera de políticos en gayumbos.
Como decía este viernes el maestro Raúl del Pozo en El Mundo, desde La Celestina no se veía tal trasiego de políticos por los prostíbulos.
Políticos corruptos y ridículos que nos retrotraen a los tiempos del desaparecido Luis Roldán, cuando era director general de la Benemérita, o de Arturo González Panero, alias ‘El albondiguilla’, cuando era alcalde de Boadilla del Monte, por citar sólo un par de casos.
El tiempo pasa, pero el gayumbo permanece en la política española. Pieza clave de la corrupción patria, el gayumbo, antes y ahora, es el signo de distinción de sus protagonistas, el que define sus trayectorias. No eres nadie en ese universo chorizil si no eres capaz de ser inmortalizado de esta guisa, aunque sea en un descuido. La ocasión exige, por supuesto, que el calzón sea blanco inmaculado y no tenga el más mínimo zurraspa.
Película cargada de una potente y creativa simbología, En busca del gayumbo perdido nos introduce en el proceloso universo de los bocadillos de calamares, los bolígrafos BIC de punta fina y los menús de 12 euros. Gracias a la intervención judicial de las conversaciones nos enteraremos a lo largo de la peli de que los bocadillos son la imagen de las mordidas conseguidas; los bolígrafos, el número de euros que viajan a la buchaca; y el menú, el catálogo de prostitutas de confianza cuya calidad ha sido contrastada ya por la trama.
El primer borrador del guion de En busca del gayumbo perdido ha sido escrito ya por la propia Fiscalía Anticorrupción: “Una trama formada por autoridades, altos cargos públicos y otras personas intermedias de aquellas que ofrecían a distintos empresarios la posibilidad de obtener privilegios en el ámbito de la contratación pública u otras manifestaciones o beneficios derivados del sector público a cambio del pago de regalos, dádivas, entregas de dinero u otros obsequios".
Además de Tito Berni, la sexta entrega de Torrente contará con la participación de Francisco Espinosa Navas, general de la Guardia Civil; el empresario canario Antonio Navarro Tacoronte, más conocido como ‘el Mediador’, que da nombre al entramado; y Taishet Fuentes, ‘Tai’, también alto cargo del PSOE y sobrino predilecto de Tito Berni.
No se descarta la presencia de otro general en el contubernio y cameos de más diputados socialistas además de Patxi López y hasta del propio Pedro Sánchez repitiendo lo de ‘con la corrupción: tolerancia cero’. Irene Montero y Ione Belarra también podrían salir a escena si lo de la prostitución coge más fuerza todavía.
Según el auto de la Fiscalía, también veremos en pantalla a Adelaida María Pérez Sánchez, más conocida por su nombre artístico de ‘Chocho Volador’, una de las grandes sorpresas de la temporada corrupta, amante del general Espinosa y a quien el militar enchufó, con la tarifa correspondiente, en la trama Mediador.
A la hora de concluir este artículo todavía desconocemos si finalmente Tito Berni ha encontrado ya el gayumbo perdido. Lo buscaba desesperadamente en su despacho del Congreso de los Diputados, en los reservados de determinados restaurantes de la capital o en alguno de sus prostíbulos de confianza.
Es de risa, hemos dicho antes, pero dan ganas de llorar.