La ley de la gravitación universal, formulada en el año de 1687 por Isaac Newton, establece que “la fuerza con que se atraen dos objetos es proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa”. Gracias a ella, todo lo que sube, baja, y todo lo que baja, sube.
Aplicado a la política en general, la gente vota y a veces suben unos partidos y bajan otros, a veces incluso empatan o a veces simplemente desaparecen.
El 23J se celebran elecciones generales en España y todo hace indicar que la ley de la gravedad permitirá que el PP y VOX, como ha ocurrido en 135 municipios españoles tras los comicios locales y algunas comunidades autónomas, se coaligarán para poner punto y final a la etapa de PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno durante las últimas legislaturas.
Pero habrá que esperar que la ciudadanía vote -algo absolutamente justo y necesario- y dicte sentencia para confirmar el cambio que la mayoría de los medios de comunicación sostiene a través de editoriales y encuestas.
El ejercicio de paciencia hasta que la gente se manifieste no es baladí, es imprescindible. No sería ni la primera ni la última que se vende la piel del oso antes de matarlo en un proceso electoral en nuestro país. El PP de José María Aznar perdió por más de cuatro puntos de diferencia ante el PSOE de Felipe González en los comicios de 1993, cuando hasta radio-taxi daba como claro ganador al líder de los populares. Tuvo que esperar tres años para alcanzar la playa de Moncloa, y fue con poco más de un punto de diferencia y 200.000 votos.
En cualquier caso, siendo objetivos, aunque la izquierda a la izquierda del PSOE se ha recompuesto in extremis en Sumar y eso le llevará a aprovechar mejor los votos que Podemos decidió tirar a la papelera en mayo, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz van a necesitar algo más que una gran movilización para mantenerse en el poder.
Es verdad que las diferencias entre socialistas y populares en España el 28M, sin contar Madrid, apenas fueron 75.000 votos, pero no es menos cierto que en la comunidad autónoma madrileña la brecha alcanzó los 650.000 votos, con Isabel Díaz Ayuso y su discurso trumpista como principal referente del PP. Y, en otros comicios, la ola del partido ganador en las municipales tiende a subir en las generales. Así ha sido siempre.
En definitiva, si el bloque de izquierdas quiere darle la vuelta a las encuestas y al fatal destino que alumbran, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, una vez que Sumar ha mandado a por tabaco a los elementos más distorsionadores -Echenique, Montero, etc.-, tienen que esforzarse, como si fuera una retahíla, en detallar los logros sociales y económicos del Gobierno que han compartido, y hacer pedagogía, sobre todo en Madrid, para que las clases medias y trabajadoras no voten de nuevo en contra de sus intereses.
Por ejemplo, Pedro Sánchez debería seguir el consejo de un ciudadano que ha dejado caer en las redes sociales este ‘si yo fuera Pedro Sánchez’ ciertamente rompedor:
“Si yo me presentara a las elecciones generales, tendría muy claro mi programa electoral. En primer lugar, convocaría una rueda de prensa y diría: “El pueblo siempre tiene razón, he entendido muy bien lo que quiere la mayoría de españoles, así que, no es necesario que Feijóo pida la derogación del sanchismo, lo derogo yo.
Queda derogado el aumento del salario mínimo, volveremos a los 600€.
Queda derogada la reforma laboral, volveremos a la de Fátima Báñez.
Queda derogada la ley de la vivienda, el que pueda pagarse el alquiler que ponga el propietario, bien, el que no pueda, allá él.
Bajaré todos los impuestos a las grandes fortunas, a las grandes fortunas eh, que quede claro.
Desaparece el ingreso mínimo vital.
Queda derogada la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, el Plan Operativo para la Protección de los Derechos Humanos de Mujeres y Niñas víctimas de Trata, Explotación Sexual y en Contextos de Prostitución, la bajada del IVA del 10 al 4 % de los productos de higiene femenina, preservativos y anticonceptivos no medicinales... resumiendo quedan derogadas todas las medidas en favor de la igualdad. Los 20.319 millones de euros, es decir, un aumento del 387% para políticas públicas destinadas a avanzar en la igualdad efectiva entre mujeres y hombres se dedicarán a luchar contra ETA, sí, contra el grupo terrorista que ya no existe.
Se acabarán los ERTES, las moratorias y cualquier tipo de protección ante nuevas pandemias o situaciones de alto riesgo para la población. Ni estados de alarma, ni dinero público para vacunas, mascarillas, ni atención sanitaria a contagiados, a cambio, barra libre para cañas.
Se acabará con las becas para los más necesitados, las becas serán para los ricos. Se aumentarán las partidas económicas para los colegios privados y concertados.
Todos, todos los inmigrantes tendrán un plazo de un mes para que abandonen España. Ni un inmigrante en este país. Ya os las arregláis para que limpien vuestras casas, cuiden de vuestros mayores y recojan vuestras cosechas.
Las pensiones bajarán a las cuantías que estableció el PP, y de subidas conforme al IPC, nada de nada.
Como bajaré los impuestos, la sanidad y la educación no tendrán financiación pública, así que os pido que no enferméis, por vuestro bien.
Bueno, no os canso más. Haré lo que habéis dicho que haga en las elecciones municipales y autonómicas.
Buenos días, y que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga”.
Puro realismo político para que suene la flauta de Newton.