Ser de Osasuna es saludable

Imagen del Osasuna-Athletic

EFEImagen del Osasuna-Athletic

Ser socio o simplemente seguidor de Osasuna tiene mérito. Más que ser del Athletic. Los osasunistas pueden presumir del nombre de su club “La Salud” porque la tiene deportiva y económicamente. Es saludable tener puestos los grandes amores futbolísticos en una sociedad que sabe vivir con su modestia. Osasuna no sueña cada año con ser campeón o clasificarse para torneos europeos. Alguna vez lo consigue, pero incluso cuando ha llegado el descenso la moral rojilla no ha perdido enteros. Osasuna juega a ser peleón, inasequible al desaliento y ganar cualquier partido es satisfacción suficiente, independientemente del historial. Vencer al Athletic por un gol de Abde, a pase de Moi Gómez en el 47, fue razón suficiente para celebrarlo.

El oponente en El Sadar era el exrey de copas, destronado por el Barcelona, que un año más aspira, al menos a llegar a la final. Está en puertas pero para llegar a ella había que dejar en la cuneta a los pamplonicas. Era noche de mucho frío y, sin embargo, el ambiente era muy cálido. En la capital navarra se participa en los partidos con entusiasmos sanfermineros. No se baja el diapasón y se busca la victoria con todas las fuerzas físicas posibles.

En El Sadar no se rindió ninguno de los competidores. El juego estuvo muy igualado durante todo el partido aunque en los últimos minutos apretaron más los vizcaínos. Las ocasiones de gol no fueron muchas porque el juego desarrollado fue más de fuerza que de elaboración. El juego pareció de frontón. Cuando uno tiraba hacia adelante el otro, pared, respondía. No había jugadas con toques delicados. No jugaron para llegar a la plasticidad. Ambos conjuntos pelearon cada balón y no decayeron en su ánimo en ningún momento. En realidad fue partido copero, casi a la antigua usanza. De acuerdo con la antañona tradición.

Posdata. Gil Manzano, árbitro en El Sadar, es inteligente. En casos de duda, en favor del más fuerte. Oscar de Marco hizo una jugada similar a la de Correa, pero esta vez dando el manotazo en la cara, y no en el pecho. Ni amarilla. Cuestión de interpretación.

Sobre el autor de esta publicación

Julián García Candau

Nació en Vila-real (Castelló). Periodista.

Fue jefe de Deportes de “Ya”. Jefe de Deportes, Redactor Jefe y cronista parlamentario de “El País”. Director de Deportes de Televisión Española. Director de Deportes de la Agencia EFE. Director del diario “AS”. En la actualidad es colaborador de “Levante”.

Libros: “Santana”, “El fútbol sin ley”, “Historia de los Mundiales”, “Madrid-Barça- Historia de un desamor”, “La moral del Alcoyano”, “Bernabéu, el presidente”, “Celos, amor y muerte. Tragedias y pasiones del toreo” y “El deporte en la Guerra Civil”. Este libro el 26 de abril de 2008, el Premio de la Crítica en Valencia.

Ha colaborado en la Enciclopedia Espasa y en varios libros de diversos autores, entre ellos, “Historia de los espectáculos en España” y “Periodismo especializado”. En la actualidad es el único periodista en activo que informó de la victoria de la selección española de fútbol en la Copa de Europa en 1964. Posteriormente, asistió a las de 1968, 1980 y 2004.

Ha sido cronista de partidos de la selección española de fútbol desde 1963. Es el periodista deportivo que más crónicas ha dedicado al equipo nacional.

Ha sido enviado especial en campeonatos del Mundo de Alemania-74, Argentina-78, España-82, México-86, Italia-90, Estados Unidos-94, Francia-1998 y Alemania 2006.

Ha dirigido cursos de verano en la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander y Juan Carlos I en Ronda, sobre cuestiones deportivas.

Ha pronunciado conferencias sobre deportes, olimpismo y lenguaje deportivo en diversas universidades españolas. Formó parte de la Comisión de Prensa del Comité Olímpico Internacional durante cinco años.

En 1975 le otorgaron el Premio Promosport en San Sebastián.

En 1989, recibió el Premio de Periodista del Año de “El Mundo Deportivo” de Barcelona.

En 1992 le fue concedido el premio Víctor de la Serna de la Asociación de la Prensa de Madrid. Es el único periodista deportivo que lo posee.

En 2006, le fue otorgada la medalla de plata el Mérito Deportivo. También fue distinguido con la Medalla del Barón de Coubertin que concede el Comité Olímpico Internacional.