Dice el dilema clásico: ‘O abandonaste la guardia o dejaste pasar al enemigo, en ambos casos mereces la muerte’. Sin el dramatismo de este ejemplo puede decirse que Sánchez está inmerso en un laberinto o dilema que no tiene salida ni solución.
Porque si los tribunales se cargan la Ley de amnistía la legislatura y sus pactos con ERC y JxC saltarán por los aires. Y porque la batalla cainita de Puigdemont y Junqueras solo tiene dos salidas:
1. Que los líderes de JxC y ERC se unan en un pacto de Gobierno catalán y de actuación conjunta para exigir a Sánchez la celebración del referéndum de autodeterminación. O de lo contrario volverán a declarar -como en 2017- unilateralmente la independencia catalana y ello que llevaría a Sánchez al precipicio.
2. Que Junqueras y Puigdemont -que el 27-O de 2017 casi llegaron a las manos- se vuelvan a pelear de muy mala manera, en cuyo caso uno de los dos romperá la legislatura y apoyará una moción de censura del PP.
De manera que vamos a ver cómo discurren los acontecimientos. Primero en los Tribunales, donde nada está escrito y sentenciado de antemano. Y vamos a ver cómo se desarrolla y cómo acaba la batalla cainita de Junqueras y Puigdemont.
Porque ambas cuestiones y, a pesar de Pumpido, están fuera del alcance de Sánchez y le pueden estallar, una de ella o las dos, en las manos y sin visos de solución.
Entre otras cosas porque tanto Junqueras como Puigdemont han dicho que la ley de amnistía es solo un primer paso hacia la independencia catalana, y por ello ninguno de los dos renunció a la ‘unilateralidad’.
O sea, cuidado con la investidura y con la gobernabilidad porque este traje improvisado y a la medida de Sánchez está pillado con alfileres y en cualquier momento se le puede desbaratar.
En suma el ‘manual de resistencia’ de Sánchez sólo le sirve para aquello -como el PSOE- que él puede controlar directa y personalmente. Pero para nada mas.