Sesión de control al Gobierno en el Senado, con Bildu en el centro de la campaña de electoral del 28-M y horas después de que los siete terroristas de ETA con delitos de sangre que iban en las listas de Bildu anunciaran que se retiran de los comicios y no asumirán cargos de concejales si resultaran elegidos.
Feijóo aprieta y dice Sánchez que ‘ha sido más generoso con los verdugos que con las víctimas’. E insiste Feijóo: ‘¿le parece bien que se vayan los que apretaban el gatillo y que se queden los que les daban las pistolas?’.
Sanchez se ve acorralado y responde: ‘cuando ETA no es nada para ustedes ETA es todo’. Y después de varias réplicas Sánchez recurre a las notas que le pasan desde La Moncloa sobre los tiempos de Aznar y acaba hablando de los atentados yihadistas del 11-M en Madrid y de las mentiras del PP.
Pero Feijóo no suelta la presa y le pide, una y otra vez, a Sánchez que diga que rompe para siempre sus pactos con Bildu, y el presidente no responde, porque sabe que va a necesitar a Bildu ahora para pactar después del 28-M y puede que, más adelante, cuando concluyan las elecciones generales del mes de diciembre.
Sánchez no rompe y sus barones, temerosos de que el caso de Bildu pueda dañar sus inmediatos resultados electorales, callan porque este es el debate del momento sobre Bildu y ETA y todo apunta a que se alargará hasta el final de la campaña electoral.
De ahí que le resultó inútil a Sanchez intentar hablar de economía y de sus pretendidos éxitos en empleo y crecimiento, porque Feijóo no le dejó salir del caso de las listas de ETA.
Cuestión sobre la que cabe imaginar que hubo en los últimos días u horas alguna conversación entre Sanchez y Otegui de la que pudo salir la decisión de la retirada electoral de los siete asesinos de ETA. Decisión insuficiente porque quedan otros 37 etarras en las listas de Bildu, y porque ha relanzado el debate que sin duda continuará.
Mal le salió ayer a Sánchez la comparecencia frente a Feijóo en el Senado, en la que, en circunstancias distintas, Sánchez habría impuesto su discurso triunfalista sobre economía. Pero esta vez, y como dijo Sánchez, ahora ‘ETA es todo’. Y no solo para el PP sino para el conjunto del cuerpo electoral.