Aunque la prudencia siempre es buena para hacer pronósticos electorales (por cierto ¿ha dimitido Tezanos en el CIS o espera hacer su última felonía?), los más certeros oráculos de la ciencia demoscópica parecen ya alineados para anunciar que Sánchez perderá las elecciones generales en julio.
Con lo que el Presidente del peor gobierno de la historia reciente de España pasará, en tan solo 50 días, del tsunami del 28-M al harakiri en del 23-J, que Sánchez tendrá que ejecutar con la katana que Otegui le ha regalado para culminar su esperado y dramático final político.
Las primeras encuestas sobre las elecciones generales del 23-J ya anuncian una clara victoria del PP y una debacle del PSOE donde cunde el desánimo y la indignación contra Pedro Sánchez al que culpan del fiasco por causa de sus pactos Frankenstein y en contra de España.
El Sánchez que ahora pide a dirigentes regionales y locales de su partido, a los que él ha llevado a la ruina, que le saquen ‘las castañas del fuego’ y que lideren en sus respectivas circunscripciones las listas del PSOE al Congreso de los Diputados, lo que va a indignar al colectivo de los diputados salientes del PSOE.
De momento, la encuesta ‘flash’ de IMOP, para El Confidencial, anuncia al PP de Feijóo un total de 144 escaños y 52 a Vox de Abascal. Mientras que al PSOE de Sánchez lo deja en 93 diputados y a Sumar en 25 escaños. Lo que anuncia una clara victoria del bloque de la derecha (197 escaños) frente al bloque de la izquierda (118 diputados).
Y lo que está creando una espiral de desánimo en las filas del PSOE y en Podemos, donde se alzan voces pidiendo la dimisión de Belarra, Montero y Echenique por el desastre del 28-M. Y la disolución de Podemos en el seno de Sumar donde los ánimos también están de capa caída, una vez que Díaz también salió tocada el 28-M. Aunque no tanto como Podemos que quedó fuera de las instituciones de Valencia y Madrid.
En el PP por su parte crece la euforia pero temen el efecto de una escasa participación electoral y el ascenso de la abstención, especialmente de los de los antiguos votantes de Cs, por causa de la celebración de elecciones en plena temporada vacacional (segunda quincena de julio). Lo que puede perjudicar a todos aunque en La Moncloa creen que más al PP por eso de que los pobres y asalariados mileuristas no se tomarán vacaciones.
Mientras que desde el PP se considera que el problema de las vacaciones de julio aumentará en el centro izquierda la indignación de los votantes del PSOE. Y de los miles de ciudadanos que serán convocados a formar las mesas electorales a finales de julio, lo que hará que muchos de estos voten contra Sánchez y puede que al PP.
No obstante, las próximas encuestas, salvo la del CIS, confirmarán el que Sánchez pueda pasar del tsunami al harakiri. Aunque, como se suele decir, ‘hasta el rabo todo es toro’ por lo que conviene ser prudentes, no en vano un toro mal herido y acorralado siempre puede dar una última cornada letal.