Mientras Puigdemont y Junqueras suben el precio de la investidura y piden la amnistía y referéndum, Sánchez permanece callado como un muerto, que por cierto está muy vivo. Y convencido de que ERC y JxC acabarán por rendirse a sus pies para darle la investidura y no provocar la repetición electoral por la cuenta que les trae a todos ellos.
No en vano está demostrado que, como suele hacer Sánchez, los separatistas y golpistas, Puigdemont y Junqueras, tampoco dicen la verdad. Y además los de JxC y ERC van a tener que rendirse pronto porque Sánchez exige una investidura inmediata y en la primera votación.
Es verdad que la reciente exigencia del referéndum de autodeterminación que han puesto como condición Puigdemont y Junqueras, y que luego ratificó el parlamento catalán, parece un obstáculo insalvable según lo han dicho el PSOE y el PSC en un comunicado oficial.
Pero en la política española las promesas y los compromisos carecen de valor como está más que demostrado, especialmente en el bloque de Sánchez. Y una vez que el presidente en funciones dijo en la campaña electoral que no habría una Ley de amnistía, de la que ahora no se atreve a hablar.
Y Puigdemont y Junqueras, que se disputan el protagonismo en Cataluña, se hacen los duros frente a Sánchez, pero saben muy bien que lo mucho que se juegan en caso de repetición electoral: la amnistía y la llave de la gobernabilidad.
Así como la posibilidad de que el PP gane cómodamente las elecciones y Feijóo alcance la presidencia del Gobierno. Sobre todo porque Sánchez se ha quemado mucho con Puigdemont. Y está claro que Sumar y Podemos no concurrirán juntos a nuevas elecciones, lo que reduciría bastante las opciones de Sánchez.
En cuanto al silencio de Sánchez sobre la amnistía eso tiene una explicación muy sencilla: porque si los golpistas Puigdemont y Junqueras no dan marcha atrás en sus exigencias será Sánchez quien provoque (no presentándose a la investidura y anuncie la repetición electoral.
Diciendo en ese caso, con el cinismo que le caracteriza, que él no aceptó el chantaje de los golpistas sobre la amnistía y el referéndum de autodeterminación en defensa de ‘la legalidad, la Constitución y la unidad nacional’.