Nadie entiende la oposición de Unidas Podemos a reformar la ley del sí es sí, ante la constante sangría de mejoras penales a violadores y agresores sexuales. Pero la explicación es muy sencilla: Pablo Iglesias necesita salvar a Irene Montero (su esposa) de la quema de la reforma de la Ley porque ello sería el reconocimiento de sus errores y de su incompetencia.
E Iglesias necesita a Montero para el cartel electoral de UP porque no ve claro que Yolanda Díaz -que ya veremos cómo vota hoy- acepte ponerse a las órdenes de Iglesias que la llamó ‘miserable’. Con lo que UP necesita a Montero como cabecera de cartel porque Ione Belarra provoca rechazo y Lilith Vestringe está muy verde.
Y además si Montero acaba abrasada por su chapucera Ley en ese caso el único cartucho que le quedaría a UP para liderar y encabezar las elecciones generales sería el propio Iglesias, el que además ya no se oculta y actúa en público como el verdadero mandamás de UP.
Y el que, después de su batacazo en Madrid, no querrá más derrotas en un tiempo en el que las encuestas le dan a UP la pérdida de muchos de los 35 escaños que tiene ahora y que podrían quedarse en 20 como dicen algunos sondeos. O en bastantes menos si finalmente Díaz presenta su plataforma Sumar en solitario y al margen de UP.
De manera que este martes podemos asistir al primer enfrentamiento abierto entre Montero y Díaz durante la votación de la reforma de la dichosa Ley del sí es sí, si la vicepresidenta Yolanda Díaz vota a favor de Sánchez y contra la posición de UP, lo que también pueden hacer los ministros Alberto Garzón y Joan Subirats que parecen estar, como Yolanda, más cerca de Sánchez que de Iglesias.
Además si se confirma hoy esta ruptura de Díaz con Montero entonces a la vicepresidenta Díaz solo le quedarán dos opciones: lanzar por su cuenta la plataforma Sumar -a cuyos debates preparatorios nunca invitó a Belarra ni a Montero-; e incluso la posibilidad de que Yolanda Díaz aparezca en la lista electoral de Sánchez como independiente y número dos por Madrid, como ocurrió con el ex juez Baltasar Garzón y Felipe González.
Una posibilidad no descartable que le costaría a Iglesias otro sofocón y la llamaría ‘traidora’ a Díaz. Un calificativo que está muy de moda en Podemos, aunque a quien le encaja mejor es a Irene Montero porque ha traicionado con su chapucera ley a las víctimas de la violencia de género, como a diario se ve en las excarcelaciones y rebajas penales de los delincuentes sexuales como consecuencia de tan desastrosa Ley.