La crisis del CNI y el nombramiento de la nueva directora, Esperanza Casteleiro, en sustitución de Paz Esteban, me ha recordado mi encuentro con el inolvidable general Sanz Roldán, un gran jefe del CNI, en una comida en la que me demostró cómo hay que ser si eres el responsable de los Servicios de Inteligencia del Estado.
A pesar de mis preguntas sobre algunos de los acontecimientos sucedidos durante su mandato y a pesar de la relajada conversación, no le importó negar que los conociera, aunque, lógicamente, no le creí.
Uno de ellos tenía como protagonista a la inefable Letizia. ¿No se le encargó al CNI investigara sobre el pasado de la futura consorte real como se hace en todas las monarquías europeas?
En el caso de Máxima, la hoy consorte del rey Guillermo de los Países Bajos, se investigó no solo su pasado sino incluso el de su familia.
Como consecuencia de ello, se llegó, incluso, a la conclusión de prohibir la presencia de su padre en la boda por haber sido .... ministro del dictador de la República Argentina, general Videla.
Si aquí, en España, se hubiera investigado el pasado de Letizia, sobre todo el de su polémica estancia en la ciudad mexicana de Guadalajara, donde llegó a posar en topless para un pintor y otros hechos, seguro estoy no se hubiera autorizado el matrimonio.
Conocida es la reacción del Rey Juan Carlos cuando Felipe le informó que la mujer con la que pretendía casarse era ... divorciada.
Aunque nada dijo, lógicamente, del aborto, “si mis padres se enteran no habrá boda” le advirtió a Letizia cuando ésta le pidió que ayudara a su primo David Rocasolano a que desapareciera la documentación de la clínica Dator, donde había abortado.
Felipe se marchó a los Estados Unidos sin que don Juan Carlos autorizara el matrimonio, después de que amenazara a su padre con renunciar a sus derechos. Ante el temor de que esto sucediera, el Rey autorizó la boda.
¿Se extraña nadie de la poca o nula simpatía de Letizia por su suegro?
También me sorprendió en mi conversación con Sanz Roldán del desconocimiento que me confesó tener de lo sucedido el 6 de febrero de 1961, el tristemente famoso año del 23 F.
Como ya me he referido en alguna ocasión, ese día fallecía en Madrid y de forma repentina la reina Federica, madre de doña Sofía, mientras los Reyes se encontraban descansando en Baqueira.
Aquel día 6, a las nueve de la noche don Juan Carlos recibió una llamada desde Madrid del general Sabino Fernández Campo informándole de la muerte de la soberana griega. Inexplicablemente, el Rey no informó a Sofía permitiéndole viajar sola a Madrid esa noche, creyendo simple y sencillamente que su madre estaba indispuesta.
Mientras, el rey se quedaba en Baqueira con el general Alfonso Armada cuando solo faltaban ....17 días para el golpe del 23 F.
¿Y el CNI no sabía nada? Al menos, el general Sanz Roldán lógicamente me lo negó. Como era su obligación.
No me cabe la menor duda que si un día decide escribir sus memorias será un voluminoso libro de cientos por no decir miles de páginas, por todo lo que ha vivido, pero todas ellas .... en blanco.
El silencio será ley de su vida.