En un sentido artículo estos días Rosa Díez mostraba sus comprensibles asco y vergüenza al ver el compadreo de Sánchez con los del Bildu en la evidente operación de compra de votos para seguir en el poder. No era ciertamente un espectáculo edificante.
Al final del artículo la autora se pregunta “si alguno de los 39 exministros socialistas que firmaron un manifiesto pidiendo el voto para Sánchez hace un par de meses habrá sentido durante el día de ayer siquiera un poquito de vergüenza”.
Es posible que más de uno haya experimentado ese poquito de vergüenza pero la pregunta del millón, la que yo formulo, para la hipótesis, ciertamente remota dada la catadura ética de Sánchez y sus tragaderas, es qué harían si se fuese de nuevo a las elecciones en enero.
Dudo mucho que los que han permanecido callados ante la deriva de Sánchez, es decir, de los indultos pro domo, de abaratar la malversación y la rebelión, de coquetear con Puigdemont, de besar ostensiblemente a la contrabandista Delcy, de la foto oprobiosa con los “herederos” de los asesinos de Ernest Lluch, Buesa, Múgica…, de la negociación de la amnistía ahora, dudo mucho que estos, Bono, Solana, Zapatero, Moratinos, Fernández de la Vega y un largo etcétera vayan a decir una palabra. El partido es sagrado y, como en la Italia fascista de Mussolini, “il duce tiene siempre razón”.
Sin embargo, me pregunto con estupor cuál será la actitud de los que con la boca chica o grande han cuestionado los manejos de Sánchez en temas TRASCENDENTALES. Felipe González ha sido inequívoco en su postura sobre la amnistía, descalificándola sin vacilaciones. Ayer comentó que está más próxima a una estupidez que a un fraude. Page, en su constante deshojar la margarita verbalmente acaba de reiterar que hay que tener una cosa muy clara: no se puede votar contra nada que vaya en contra de la Constitución.
Si esto es así y es obvio, hasta para un lapón, que la plana mayor sanchista echaba pestes de la amnistía sólo hace dos meses y el giro sólo obedece a las apetencias del líder, ¿podrían los González, Page, Lambán, Belloch, ahora que su jefe se ha quitado la penúltima careta… repetir en enero que ellos habrían votado a Sánchez porque ellos votan socialista?
Teniendo yo en cuenta que ellos vienen reiterando que la amnistía, no digamos la concesión de un referéndum consultivo, son nefastos para la historia de España ¿tendría derecho yo a pensar que ellos, a pesar de sus quejas y críticas veladas, están anteponiendo claramente los intereses del partido socialista a los de España? Algo nefasto e impropio de personas con su trayectoria.
Que los cobardes o pesebristas se zampen ruedas de molino por temor a la derecha y voten de nuevo al que hace de España una interesada almoneda ya me he hecho a la idea. De Felipe y los otros mencionados me cuesta creerlo y si oigo a alguno de ellos que, con la que está cayendo, votaría de nuevo a Sánchez en enero creo que me atrevería a decirle: “Perdona, ¿tú de verdad, de qué vas?”