¿Qué le pasa a Mohamed VI? 

¿Qué le pasa a Mohamed VI? 

EFEPedro Sánchez visita el Mausoleo Mohamed V en Rabat (Marruecos) junto al portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrini, y el ministro marroquí de Sanidad, Khalid Ait Taleb.

Rutinaria sesión plenaria en Rabat, tras el plantón del Rey Mohamed VI al presidente Sánchez, en la cumbre hispano marroquí con un discurso del primer ministro Aziz Ajanuch en el que le ‘recordó’ varias’ veces en nombre del Rey ausente a Sánchez la entrega por España a Marruecos de la plena soberanía del Sahara Occidental.

Lo que dejó sin respuesta al jefe del Gobierno español quien en un discurso breve se limitó a saludar al gobierno marroquí y a decir ‘hay que evitar lo que ofende a la otra parte’.

O sea otra jornada en blanco o en negro para Sánchez en Rabat. Aunque conviene precisar, en relación a Marruecos, que el plantón de Mohamed VI a Sánchez en Rabat no parece un hecho político en sí mismo, ni un desaire premeditado a España, sino más bien la evidencia del deterioro del monarca alauita, que lleva tiempo desaparecido y huido de sus responsabilidades en el país vecino.

Y perdido desde hace ya algún tiempo en extrañas fiestas y en prolongadas vacaciones sin control alguno, como lo explicó días atrás Ignacio Cembrero en una excelente crónica en El Confidencial.

Pero el presidente Sánchez nunca debió de hacer aceptado la visita de su amplia comitiva ministerial a Rabat sin la garantía de que Mohamed VI, la máxima autoridad política y religiosa del vecino país, participaría en la cita.  Máxime después del enorme regalo que Sánchez le hizo a Mohamed VI, al reconocer la soberanía marroquí del Sahara Occidental.

Lo que, por otra parte, ha tenido un alto coste económico y político en las relaciones de España con Argelia. Y lo que ha dejado a Sánchez, y a su ministro de Exteriores Albares, en desairada posición. Y mientras crece la sensación de que Sánchez es rehén de presuntas escuchas y grabaciones que Rabat habría podido hacer con el programa Pegasus en el teléfono del presidente y de otros de sus ministros.

Sin embargo y dicho todo esto se tiene la impresión en Madrid, París y en Rabat de que el desvarío personal del monarca alauita no puede continuar en el descontrol ni con sus largas e injustificadas ausencias.

De ahí que se pueda especular con la idea de que Mohamed VI podría verse forzado a una abdicar en beneficio de su hermano el príncipe Rachid hasta que su sobrino el príncipe heredero Hassan termine sus estudios y su preparación para gobernar el país.

Por supuesto cabe la posibilidad de que Mohamed VI rectifique y abandone las extrañas compañías de los hermanos Azaitar y otros personajes que le suelen acompañar en sus escapadas, y que regrese a sus altas funciones de Estado. Pero la larga secuencia de espantadas y despropósitos no permiten ser optimistas sobre esa posibilidad del retorno del Rey alauita.

Pero mientras tanto y a la espera de lo que, en un momento dado, puedan hacer los poderes fácticos marroquíes (asesores reales y grandes fortunas) y políticos (Gobierno, Parlamento y el Ejército), en España se debe actuar con prudencia y con paciencia.

No en vano las relaciones políticas y económicas hispano-marroquíes son de la máxima importancia para la estabilidad en las dos orillas del Estrecho y no sería apropiado ni inteligente convertir el desaire personal de Mohamed VI en una afrenta a España. Sobre todo cuando se sabe que, a pesar de lo ocurrido, la disposición del Gobierno de Rabat es ahora la de colaborar.

Sobre el autor de esta publicación

Pablo Sebastián

Pablo Sebastián, actual Editor y fundador del diario digital Republica.com, ha sido el primer periodista en fundar un diario exclusivamente digital de habla hispana en España y America, al iniciar esta su etapa profesional y digital en el año 1997 con EstrellaDigital.es, hace ya 25 años.

Pablo Sebastián, nacido en Córdoba en 1947, es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra y desarrolló una amplia carrera profesional en la que trabajó en todos los diarios impresos de la Transición: ABC, Diario 16, El Pais, El Mundo y El Independiente que fundó y dirigió.

Asimismo fue delegado del Periódico de Cataluña en Madrid, director de Interviú, subdirector de Tiempo, y corresponsal de EFE, ABC y Cambio 16 en Bruselas. Y más adelante corresponsal de TVE en Paris, después de haber dirigido uno de los telediarios (TD3) de la primera cadena de TVE y haber colaborado en radio con RNE, COPE y Onda Cero.

Pablo Sebastián fue vicepresidente de la APE, Asociación de Periodistas Europeos, y luego secretario general y fundador de la AEPI, Asociación de Periodistas y Escritores Independientes. Tiene en su haber el ‘Premio del Periodismo Europeo, el Premio del Movimiento Europeo, el Premio Luca de Tena, así como el Premio a la Libertad de Expresión. Durante la Transición y en la oposición al franquismo fue representante, durante su estancia en Bruselas, de la Junta Democrática de España ante la Comisión Europea y el Parlamento Europeo.