La fábrica de consignas de La Moncloa, que luego repiten como cotorras ministros y dirigentes del PSOE, ha emitido dos nuevos mensajes que las obedientes cotorras ya han comenzado a difundir.
La primera de ellas, completamente falsa, ha sido la de decir ante el estupor general de la proclama de Puigdemont contra España, que el Gobierno y el PSOE están ‘en las antípodas’ de las proclamas de Puigdemont, empezando por esa Ley de amnistía que el prófugo y delincuente de Waterloo exige que se apruebe antes de la votación de la investidura de Sánchez. Y en el doble y solo beneficio de Sánchez y Puigdemont.
Y ello como si desde las antípodas, o desde Australia a donde iría Sánchez si hace falta para pactar con Puigdemont (para no desmentir a sus ministros y dirigentes del PSOE), estos dos ‘artistas’ de La Moncloa y de Waterloo no pudieran culminar la felonía en contra de la Constitución y del Estado de Derecho español con la pretendida Ley de amnistía.
El segundo aullido (y nunca mejor dicho lo de aullido) que han aireado estos dos ‘pobrecitos’ de la política que son la ministra portavoz Rodríguez, el pingüino Bolaños y el portavoz del PSOE en el Congreso, López, ha sido tocar a rebato las campanas de la capilla de La Moncloa para advertir a la ciudadanía que el PP pretende meter miedo con lo de Puigdemont diciendo ‘que viene el lobo’.
Lo que nos recuerda el cuento infantil de ‘Pedro y el Lobo’, en el que un joven pastor de ovejas se mofaba de los vecinos de su pueblo gritando ‘que viene el lobo, que viene el lobo’. Y cuando una y varias veces los vecinos acudieron en su ayuda, el pastor se mofaba de ellos porque se trataba de una broma pesada. Hasta que el lobo llegó y se comió varias ovejas porque, cuando Pedro pidió socorro a sus vecinos, estos no le hicieron caso.
Sin embargo la versión del cuento que se puede aplicar a la situación política de España es que el lobo, el gran depredador, ya está aquí desde hace unos cuantos años se llama Sánchez y tiene su guarida en La Moncloa. Desde donde hace sus feroces incursiones por distintas instituciones del Estado español donde está causando estragos.
Y donde ahora, y en pago de los favores de Puigdemont para que proteja su guarida monclovita, el lobo Sánchez lanzará nuevas y feroces incursiones contra el conjunto institucional español. Para que cuando culmine su festín y como dijo una vez Alfonso Guerra, ‘a España no la reconozca ni la madre que la parió’.