El impacto de las candidaturas de Bildu con 44 etarras (7 con delitos de sangre) para las elecciones del 28-M ha causado estupor en toda España y especialmente en el País Vasco. Y ha obligado a Arnaldo Otegi a anunciar una incompleta rectificación con la retirada de sus listas de los 7 etarras que están condenados por crímenes, aunque sólo uno de ellos podía haber sido elegido.
Un paso atrás de Otegi que se ha visto presionado por Pedro Sánchez, y puede que también por Andoni Ortuzar desde el PNV. E incluso por parte de Bildu porque semejante desafío y humillación de las víctimas va a dañar las expectativas electorales de Bildu tanto en el País Vasco como en Navarra.
Aunque el daño ya está hecho y continúa porque Otegi aún mantiene a 37 candidatos de ETA en sus listas, que son inalterables hasta el 28-M, aunque, a partir de ahora, existe el compromiso de que los 7 etarras condenados por delitos de sangre no asumirán sus cargos si son elegidos.
La decisión de Otegi supone un reconocimiento de su gran error y de su agresión a las víctimas de ETA. Y un intento tardío e incompleto, de socorrer a Sánchez, para que el PSOE no pierda por ello votos en los ayuntamientos y las autonomías. Pero ya es tarde y todo apunta a que el daño está hecho y que la rectificación no le servirá para nada a Bildu ni al PSOE.
Y puede incluso que haya empeorado las expectativas de ambos partidos una vez que Otegi ha reconocido, con su incompleta rectificación, que su desafío y afrenta a las víctimas de ETA ha sido un enorme error.
De manera que la batalla electoral se mantiene tensa y esta rectificación de Otegi que es incompleta permanece a la espera de que Bildu retire de sus listas a los otros 37 etarras cuya presencia en las elecciones agrede a todas las víctimas de ETA y deja en evidencia los pactos de Bildu con Sánchez y con el PSOE.
Como lo ha demostrado el intento tardío de García-Page y otros dirigentes del PSOE de alejarse de Bildu a pesar de que Page, Lambán, Armengol, Illa, Chivite, Vara y demás dirigentes del PSOE aprobaron los pactos de Sánchez con Bildu, ERC, Podemos y PNV sin ruptura alguna y sin rechistar.