La censura del gobierno protagonizada por Ramón Tamames y promovida por el grupo parlamentario VOX concluirá este miércoles con una votación desfavorable para los promotores y sin mayores consecuencias, más allá de dos sesiones parlamentarias en las que Sánchez ha desplegado el argumentario conocido sobre los logros del Gobierno y la incompetencia de la oposición, especialmente la ausente, es decir Feijóo. Acaba la censura y punto, ninguna consecuencia, ningún aprendizaje, ningún acuerdo.
Si hubo una variante no prevista, fue la presentación del programa electoral de la plataforma que encabeza Yolanda Díaz, disfrazada de defensa del gobierno ministerio a ministerio. Un discurso preparado con elogios al gobierno y a sí misma, que encubre una crítica con propuesta de otras políticas. Lo de Yolanda Díaz ha sido lo más relevante de la moción ya que supone un reto a los díscolos de Podemos renuentes a aceptar la fórmula Sumar con disolución de otras siglas y también un indisimulado desafío al propio Sánchez y al PSOE, ya que la nueva plataforma no oculta su pretensión de encabezar la izquierda. El discurso de Yolanda Díaz merece un análisis específico ya que la selección de datos que incluye responde a la estrategia del manejo de las estadísticas a la carta, mezclada con enunciados de principios generales poco discutibles.
De antemano se sabía que la moción estaba destinada a decaer, pero algunos esperaban una trinca interesante entre el profesor-candidato y el doctor Sánchez. El presidente del gobierno compareció con intervenciones preparadas de antemano con un doble eje bien conocido: ¡qué bueno es mi gobierno y qué incompetente es la oposición! Nada nuevo, ninguna sorpresa, bastante estadística debidamente agitada para cantar lo que al intérprete le interese. Eso si con generosidad en el tiempo, lejos de la síntesis. Ninguna idea nueva, ninguna tentativa de propuesta con posibilidades de acuerdo, acusaciones recíprocas que ni mueven el molino ni dan harina.
Quizá el formato ayude poco ya que las facultades del gobierno para defenderse y enaltecerse son potentes y la capacidad del proponente para convencer resulta muy limitada, entre otras razones porque a priori se sabe que no tiene la menor posibilidad de éxito. Tampoco Tamames tenía interés en ir más allá de su discurso de presentación. Lo no previsto está en la intervención de Yolanda Díaz como gran protagonista de la sesión que desplaza a los contendientes principales. Tan protagonista que Tamames optó por agradecer las lecciones que había recibido (ironía) evitando entrar al debate con la promotora de SUMAR, que en su día fue compañera de militancia.
Tanto el debate entre los principales como el discurso de la imprevista, más bien sus respectivos monólogos, sirven para abrir (si es que no está ya abierta) la campaña para las elecciones generales que deben celebrarse a final de año. Una campaña que será a pares o nones, para dirimir que bloque consigue ganar suficiente número de escaños para gobernar. También para dilucidar quien encabeza la izquierda porque el discurso de Yolanda Díez habilita la hipótesis de un sorpasso en la izquierda. Lo que los españoles van a decidir es si siguen los que están o dan entrada a otros, incluida la jubilación de Sánchez.
Las inmediatas elecciones municipales y autonómicas en doce comunidades quedan en segundo plano, en lo que deben ser, que no es otra cosa que la elección de alcaldes, concejales y parlamentarios autonómicos en base a la personalidad y carácter de sus candidatos.
En conclusión, la moción ha sido un escenario de apertura de la campaña electoral, no era una censura propiamente dicha sino el aprovechamiento de un instrumento constitucional para otros intereses. VOX queda como un mero accidente instrumental, con un Abascal más moderado en las formas, y poco más al margen de un PP a la expectativa considerando que estos días no les corresponden.