El Betis-Real Madrid se jugó sin restricciones mentales. Ninguno de los participantes ahorró un mínimo esfuerzo. Ninguno de los veintidós renunció a la disputa del balón en cualquiera de las zonas del campo. Hubo juego vibrante y con jugadas de alta calidad y en algunos momentos incluso de autentica orfebrería. Los contendientes sabían de antemano sus necesidades y cómo cubrirlas. Para el Betis ganar era acercarse más a los puestos de Liga de Campeones. Para el Madrid comenzar el partido a diez puntos del Barcelona obligaba a vencer para no quedarse fuera de cacho. Y al final fueron nueve los puntos de diferencia porque el empate del Villamarín no acabó de satisfacer a los contendientes.
Ancelotti hizo varios cambios en la alineación. En el lateral derecho volvió a colocar a Lucas y en la izquierda a Camavinga, que se ha convertido en jugador que para todo vale. Es la mejor ayuda para la banda izquierda en los momentos de ataque y su rapidez le permite regresar con eficacia a la zona de retaguardia.
El entrenador madridista dio descanso a Modric y contó con Kroos y Tchuamení con la ayuda de Valverde, incansable y dispuesto a disparar a gol en cuanto tiene la mejor oportunidad y sin contar los metros de distancia del marco. Rodrygo y Benzema se encontraron con facilidad y fueron las mejores bazas del ataque.
El Betis, sin Canales y Fekir, dedicó sus esfuerzos a que Guido, Rodri y Carvalho movieran el juego desde el centro y que Ruibal fuera peligro constante por la banda y que Borja Iglesias aunque recibiera el balón de espaldas a la portería pusiera en jaque a Militao y Rudiger.
En la tabla de emociones estuvo el gol marcado por Benzema en libre directo que fue anulado porque hubo desvío en los brazos de Rudiger. La segunda parte tampoco tuvo treguas. Los futbolistas sacaron a lucir su óptima forma física. El Madrid se adueñó más del campo, pero el Betis nunca renunció a buscar el gol. Los cambios ordenados por ambos entrenadores sirvieron para refrescar piernas y en el caso del Madrid contar con Álvaro como delantero centro fue casi pedir milagro al recién incorporado joven del Castilla. El milagro de la noche lo volvió a hacer Courtois.
Ganó el Barça al Valencia muy apuradamente y con la duda de si fue penalti en el último minuto del partido, que no quiso ver el árbitro y tampoco le debió ayudar el inefable Latre, protagonista desde el VAR de los últimos desaguisados.
La Liga se le ha puesto de cara al Barça que va a recuperar a Benzema, Lewandowski y Pedri mientras en el Madrid se tiene la sensación de que hay jugadores que llegan al tramo final muy cansados.
Posdata. No nos privamos del tumulto de cada día de Vinicius.